Esta tarde fuí a un teatro en el que esa misma mañana había actuado un mago.
Vi que el suelo estaba lleno de papelitos de kabukis y cartas. Supuse que el mago habría usado alguna rutina de producción de naipes.

El caso es que curioseando las cartas, al alcance de cualquiera con posibilidad de pasear por el escenario (que es más gente de la que en un primer momento puede uno pensar), descubrí que algunas no eran normales.

¿No merece la pena que él o alguien de su equipo se dedique a borrar luces rojas después de cada actuación?