El otro día, en un lugar al que acudo a veces y hago cuatro bobadas con las cartas, uno de los presentes trajo a su hijo, de 12 años. El padre sí me había visto alguna vez, pero su hijo no. Parece ser que el padre le habló de mí, y como parece ser que sabía hacer algo con las cartas, pues vino y quiso hacerme un par de trucos. El chaval hizo tres trucos muy buenos. La gente me dijo que a ver si lo superaba. Les dije que esto no es una competición. Cada uno lo hace en la medida de sus posibilidades y de sus conocimientos lo mejor que puede. Lo cierto es que el chaval usó una baraja Svengali. Nada más ver el primer juego lo sospeché. Al segundo truco y ver que volvía a salir la misma carta ya lo confirmé. Pero el chaval lo hizo muy bien. Enlazó los tres trucos con una hábil historia que justificaba precisamente que en el segundo y en el tercero se repitiese la misma carta. Evidentemente no dije nada, pero luego en privado le dije que si siempre usaba una baraja Svengali. Me dijo que sí, que tenía tres barajas en casa, y que para que la gente no sospechara les daba el cambiazo (y muy bien por cierto, según decía). Sabía muchos trucos con la Svengali, pero que sólo había hecho tres para que la gente no sospechara demasiado.
Le dije que por qué no lo intentaba con barajas normales. Me dijo que era muy difícil. Le hice en privado el de la máquina del tiempo. Luego le enseñé la baraja para que viera que era normal. "Tú ya sabes hacer este juego". Aunque se mostró escéptico le dije cómo se hacía. "¿Ves? Con tu baraja trucada has hecho un doble lift, y muy bueno. Inténtalo con la mía". Lo hizo y le salió bien. Quedó alucinado. En fin, resumiendo. Le recomendé el Canuto, aunque es demasiado caro para su asignación. Espero que su padre se lo compre para su cumpleaños. También le recomendé este foro.
Acabando, el chaval tiene destreza manual, tiene imaginación, y una gran serenidad ante el público, sobre todo teniendo en cuenta que era la primera vez que hacía algo ante gente desconocida. Espero que su padre le compre el Canuto y que no lo deje nunca, y que siga adelante con esta afición tan hermosa. Si lees esto, espero que lleves ilusión y magia a mucha gente.
Ah, y recuerda que esto es una afición. O sea, que hay que hacerlo en tiempo libre. Dale duro a las matemáticas, y a todo lo demás (esto me lo ha dicho tu padre, pero lo repito como si fuera de cosecha propia).