Yo creo que esas discusiones parten de un problema principal: no tener guión (o no trabajarlo).

Los espectadores ya saben que vas a hacer magia, así que no hace falta decirlo. "Hay algo en lo que pienso mucho...", "El otro día leí una cosa...", "Mirad lo que he encontrado..."

Si la primera frase es "voy a hacer un juego"..., "voy a hacer una magia...", está claro que se desaprovecha todo el sistema dramático que pueda montarse alrededor. Empezamos diciendo una redundancia que no aporta nada. La única respuesta esperable de un espectador en ese caso es "Ese truco ya lo conozco...", "Tengo un tío que también hace trucos..."

El equivalente en narrativa es empezar una novela con una de estas dos opciones: A) "Érase una vez la historia..." o b) "Era una tarde lluviosa..."