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11/04/2010, 21:32 #1
Más formas de presentar juegos
Los magos, y los aficionados más, nos repetimos. No es sólo ya el consabido “coge una carta”. Vemos a la misma gente y aprendemos de las mismas fuentes. Los efectos, aunque variados no son infinitos, pero las formas de presentarlos sí deberían serlas. Sin embargo, aunque varíen, todas parecen pertenecer a unos grupos comunes. Es difícil encontrar nuevas formas de presentar los juegos.
He hecho una
CLASIFICACIÓN JUEGOS DE CARTAS
Por su efecto
-Adivinaciones. “tú carta es…” Incluiría predicciones ya sea "esta era tu carta" o "el espectador X tendrá sólo seis cartas en la mano"),
-localizaciones, como El suit aparition…
-Apariciones. “y de la nada, zas… los cuatro ases”. Efectos de manipulación,
-Transformaciones “Era un tres ahora es una as…”, “Y el comodín se convierte en tu carta”.
-Restauraciones. “Estaba rotas, tú mismo tienes que tener un trocito…”
-Viajes: Ambiciosa, al bolsillo, asambleas de ases. Creo que aquí podían meterse también: ordenaciones, separaciones de color… Aquí podríamos incluir levitaciones.
-COMBINACIONES DE LAS ANTERIORES.
Por su técnica:
Dificultad: fácil, media, alta. Sin técnica, con enfiles, emp****, controles, for****, DL y un largo etcétera. Sobre esto hay tanto escrito…
Por su presentación.****
-Tienes poderes. Adivinas cartas, elecciones del espectador, predices cosas, sientes, eres una persona especial, “¿cuál era tu carta, el 7 de tréboles?, zas, lo transformo… Y ahora sí, el siete de tréboles.”
-Simbólicos. Las cartas representan algo. 4 jotas, cuatro ladrones, la reina de diamantes es una faraona egipcia, el 3 de picas es una carta detective y la baraja es manhattan, las cartas blancas, la nada, el
jóker, un loco que se ha escapado de un manicomio, la baraja es un tren que viaja de Madrid a Alicante a 250 km por hora…
-Literales. Las cartas son cartas. Los juegos suelen ser representaciones de partidas entre un tahur y un mago. Al final, la suerte, la magia o la habilidad del mago salvan la situación.
-Mixtos. Las cartas no son del todo cartas, están vivas, tienen cualidades humanas o especiales. El 5 de picas es el cinco de picas, pero es una carta muy sensible y siempre se esconde. Los ases son muy escurridizos, cuando firmas una carta se vuelve ambiciosa... etc.
- De habilidad. Las cartas son normales, tú no tienes poderes, pero finges (o no) tener una sorprendente habilidad. Dices ser un tahur, o alguien capaz de detectar cualquier carta con el tacto, el olfato o con un corte. Sabes atrapar una carta elegida en el aire (cartas sandwich) . Aquí cabría también las florituras o la manipulación.
-Combinaciones de las anteriores.
¿Qué más formas globales se os ocurren de presentar magia con cartas? ¿Tenéis formas personales y novedosas de hacer juegos con cartas?
Seguro que me dejo cosas. ¿A alguien se le ocurren maneras diferentes de presentar un juego? ¿O efectos de otro tipo que no sean los descritos ahí?Última edición por pableton; 14/04/2010 a las 21:38
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12/04/2010, 01:57 #2
Soy poco dado a la magia narrativa (alguno sí que tengo, pero los menos). Quizás porque no soy teatrero (y, sinceramente, ver una vez a un grandísimo mago intentar hacer algo así y quedar un resultado patético tampoco me ayudó mucho). Prefiero hacer lo que yo llamaría... "la magia cotidiana", o "la magia sincera". Juegos con charla, sí, pero la propia charla narra el juego. No son dos planos paralelos unidos por analogías, sino que la charla es un relato de lo que sucede en el juego. Os lo haría entender mejor si hubiese colgado ya el juego de "ni ciego, ni tonto" que desde hace tanto tiempo tengo prometido (lo he grabado ya dos veces, con diferentes espectadores, pero ninguna de las dos grabaciones termina de satisfacerme y... ya conocéis la regla de oro: si a tí no te convence el vídeo, no lo subas y hagas perder el tiempo a los demás. Lo intetaré volver a grabar una tercer vez, pero no siempre es fácil disponer de los medios adecuados de manera espontánea).
Pensad en Tamariz: ¿sobre qué tratan sus charlas? Sobre cartas, sobre el cuatro de tréboles, sobre unos dorsos que cambian de color, sobre un rey que se convierte en la carta pensada.... Quitando muy maravillosas excepciones (el juego de Tamariz que más me gusta es el de los centauros y las sirenas), Juan se centra en lo que hace.
No pretendo imitar su estilo, y ni siquiera he sido consciente hasta ahora, pero no soy amigo de los ladrones que suben un ascensor, o de la princesa que es raptada por cuatro guerreros.
Pablo, ¿dos por uno?Última edición por Iban; 12/04/2010 a las 01:59
No hay magia más bella que la propia vida.
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12/04/2010, 14:37 #3
En mi caso también prefiero eso que Iban llama "La Magia Sincera" si los espectadores son adultos... pero cuando los espectadores son mis sobrinos (la mayor tiene 12, y ahí van bajando hasta la de 6), si disfrazo todo con alguna historia y las cartas adoptan la figura de personajes, su favorito es un famoso ladrón de diamantes, Jack (la J de diamantes), que intenta escapar tras un robo pero es atrapado (en un efecto), aun así, al final se fuga de la cárcel (en el efecto siguiente). ya que es mas fácil mantener su atención si hay una historia con personajes carismáticos, creo...
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12/04/2010, 17:10 #4
Sin embargo, esto no quita que se pueda relacionar con otras cosas.
Pongo el ejemplo que se me viene a la cabeza (y no sé porqué... :P): si decimos que las cartas son el espejo del alma, o el espejo de nuestros deseos, no creo que sea tan... patético. No estás contando una historia, si no simplemente estás dándole personalidad a esas cartas... Voy a buscar un ejemplo que se me venga a la cabeza mejor porque el que he dado es de algo que estoy trabajando ahora mismo y lo mismo estoy un poco cieguete con el tema... pero lo que quiero decir básicamente es que en ese caso por ejemplo, los 7 de tréboles son sietes de tréboles siempre, salvo que salen por una razón (real o no). No deja de ser la personalidad del mago lo que marca lo que queremos transmitir.
Hacer el experimento interesante es algo que es necesario. Otra cosa es saber lo que le va a cada uno, y aquí "volvemos" al tema del autoestudio de cada uno.
Ale, ahora váis y descifráis lo que he puesto, que me explico a veces como un libro roto y sin recomponer!
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12/04/2010, 17:22 #5
En mi caso, el hecho de tratar las cartas como... cartas, sin mas, es principalmente por que en la mayoría de los juegos que realizo centro la presentación en temas como las predicciones, la lectura de mente, y cosas así, (que me fascina, y que ve visto provoca mucho y mucho asombro)... y entonces las cartas son solo la herramienta a través de la cual realizo esas acciones...
otro tipos de juegos: transformaciones, desapariciones y cosas así, realizo, pero poco...
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12/04/2010, 17:58 #6
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12/04/2010, 18:01 #7
No creo que ninguna opción sea mejor que otra, yo suelo preferir que las cartas representen lo que son, cartas... Pero me encanta cuando Tamariz hace aquello de El AS-esino, el As-queroso, el As-pirante y el As-túpido (el del aspirante me lo he inventado).
Quizá no he visto aún a un mago asustado de sus poderes, en plan "el otro día llegué a mi casa, empecé a adivinar cartas y me acojoné, lo malo es que no se me quita y me da un mal rollo. Mira, coge una... ¿Ves? El cuatro de tréboles, y no puedo parar, oye... No sé para que sirve esto, pero da un juego..."
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12/04/2010, 18:05 #8
Juas, buena ésa, Pablo. :-) Sería una presentación c*jonuda: el que tiene poderes y no quiere tenerlos. Como cuando Spiderman descubre que le salen cosas pegajosas de las manos.
Algo parecido a daOriz con lo de "qué raro"...No hay magia más bella que la propia vida.
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12/04/2010, 18:14 #9
Es un poco como lo del mago borracho que se le descontrolan sus poderes al volver a casa, pero versión 2.0.
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12/04/2010, 18:19 #10
Es muy similar al personaje de Pulgas: Arcadio, que sin saber hacer magia (lo reconoce explícitamente), durante todo el espectáculo, no para de hacerla.
En este caso, el mago es repentinamente consciente de unos poderes que desconocía y no controla. Puede servir estupendmente de hilo conductor, empezando la sesión haciendo demostraciones de dichos poderes... digamos de una manera caótica. A medida que avanza la función empieza a domarlos, y acaba con esos poderes completamente controlados a voluntad. Eso, además, da lugar a una evolución de emociones: desde el desconcierto, estupor, miedo a lo desconocido, pasando por la sorpresa, la diversión, el esfuerzo, la decepción y llegando a la alegría, la satisfacción, el orgullo y la admiración.
Si no te lo pides tú, estoy seguro de que vendrá alguien y se tomará prestada la idea.No hay magia más bella que la propia vida.
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