Más formas de presentar juegos

**medibarnu** · 14/04/2010, 12:44

A mí sí que me gusta que un juego de magia cuente una historia. Reconozco que no puedes presentar más de un juego, digamos, literario. A lo más dos si son cortitos (cosa que no suele pasar en este tipo de juegos). Pero no sé, creo que el hecho de personificar las cartas y con ellas contar una historia es muy bonito. El principal inconveniente es que la historia ha de ser muy buena. Pero por ejemplo, la version de Pepe Carroll de los caníbales me parece impresionante u "Old Man River" de René Lavand. Deja de ser magia para volverse algo mucho mas artístico. Se vuelve como una obra de teatro.
También reconozco que corres un mayor riesgo de aburrir al público si no sabes contar bien una historia y darle dramatismo...

**alvarovilla** · 14/04/2010, 13:30

Iniciado por pableton

Es un poco como lo del mago borracho que se le descontrolan sus poderes al volver a casa, pero versión 2.0.

Ye refieres a algo como esto? Es genial este tio!
http://www.youtube.com/watch?v=1aq-toTDGRI

Reconozco que no puedes presentar más de un juego, digamos, literario. A lo más dos si son cortitos (cosa que no suele pasar en este tipo de juegos)

Y René Lavand? Su estilo es muy literario y no conozco a nadie que se haya aburrido de ver 10 juegos suyos seguidos

**LuisJOlmedo** · 14/04/2010, 13:38

Editado: no había entendido bien una cosa y he respondido cuan robin hood en el bosque :D

**alvarovilla** · 14/04/2010, 14:00

Iniciado por LuisJOlmedo

Que no? Yo conozco a más de uno, y más de dos.

Otra cosa es que sea un artista de la leche, pero que las verdades universales... nunca son universales

Es una forma de hablar Luis, solo me referia a que si los juegos están bien presentados aunque sean literarios no tienen porque aburrir!

**LuisJOlmedo** · 14/04/2010, 14:04

Okok

Lo había entendido mal tío.

**alvarovilla** · 14/04/2010, 15:28

No problemo! por cierto...he estado hablando con Iván y queremos acercarnos a Málaga, que la otra vez se fué sin mí! A ver si nos conocemos cuando vaya! Un saludo!

**pableton** · 14/04/2010, 15:53

Por ejemplo (y por volver al hilo, sin acritud) Me gustan mucho los efectos que tienen que ver con recomponer, restaurar, quemar, taladrar, grapar... cartas.

En ese caso, ¿qué soléis argumentar para restaurar la carta?

No hay ninguna razón, "mira esto qué curioso" o La carta que tú tocaste ahora es indestructible o te he sugestionado y no has visto lo que has visto... O según el juego.

S´creo que en una función esas causas mágicas deben estar unificadas. En este juego tengo poderes, en este lo tienen las cartas, ahora es que me echó una maldición una gitana y para acabar te voy a demostrar cuán mágicos son los magos...

Me he dado cuenta de que en mi repertorio tengo justificaciones muy diferentes para cada juego, así que a la hora de presentar tres seguidos, puede quedar muy raro aludir a principios mágicos disparejos, ¿no? Pero, que todo se base en adivinar, también es un poco rollo... Estoy en la lucha de encontrar mi estilo, total, na.

**Némesis** · 14/04/2010, 21:29

Una cuestión de matiz:

Un efecto de adivinación no me parece en ningún caso equiparable a uno de localización. En los efectos de localización el mago no tiene por qué saber la carta, ni siquiera una vez terminado el juego.

**pableton** · 14/04/2010, 21:37

Mucha razón, Némesis, son efectos diferentes LOCALIZACIÓN y ADIVINACIÓN, aunque a veces convivan. No es cuestión de matiz. Así que edito.

**Iban** · 15/04/2010, 02:23

A todos nos gusta romper cosas. De alguna manera, es una forma inocente de liberar nuestros instintos animales. Romper, rasgar, taladrar, quemar... lo siento, pero relaja, te hace sentirte... como si expulsases mal karma. Los niños, que no tienen obligaciones sociales, que no están "modelados", se lo pasan pipa rompiendo cosas. Con esto de las cartas, yo he descubierto que, en secreto, es muy divertido romper poco a poco una carta, o coger una taladradora de papel y llenarla de agujeros. No sé, coger algo así, tan bonito, tan bien acabado y... zapa, zapa, zapa.

Mira, esta carta tuya, la que has firmado antes para el otro juego, es que... yyyyii... no puedo resisitirme. (riiiiis.. riiiis...). Ale, ya la he roto, y ahora, ya estoy muchísimo más relajado. Qué cosas, ¿verdad?

...

Ay la leche, siempre me pasa lo mismo; ahora tengo que tirar toda la baraja, Siempre me doy cuenta tarde, esta terapia no compensa, rompo una carta, y luego ya no me sirve para nada la baraja. ¿Quién quiere una baraja incompleta?

A no ser que... espera, vamos a probar una cosa...

A grandes rasgos.