Magia infantil de salón: la elección del espacio

[Pulgas]

La elección del espacio.

(Nota: algunas de estas reflexiones son válidas para cualquier tipo de magia de salón, no necesariamente infantil, pero como yo a lo que me dedico es a los peques, lo cuelgo en este subforo.)

Con frecuencia recae sobre nosotros la responsabilidad de elegir nuestra ubicación en la sala antes de empezar una función infantil. Otras la disposición escogida por la organización no es la adecuada. Por eso me planteo abrir un hilo para que charlemos sobre los puntos básicos a tener en cuenta a la hora de decantarnos por uno u otro espacio.

¿Dónde y cómo me sitúo?
Imagínate en un restaurante en el que se actúa con motivo de bautizos o comuniones; piensa en el gimnasio de un colegio, o en la habitación de una casa. Con un simple vistazo tienes que decidir dónde te vas a situar. Y de esa elección dependerá, en parte, el éxito de tu gala.
Cuando llego a un sitio sigo siempre un esquema básico que atiende a normas generales y a las características especiales de mi espectáculo.

¿Qué debo tener en cuenta?
Las características generales de la sala: distribución, espacio, orientación, iluminación, decoración…
Algunos aspectos particulares: enchufes, puertas de entrada, ventanas, servicios…

Paralelo a la pared o esquinado.
No hay una respuesta fija para esta cuestión. En ocasiones te interesará más situarte paralelo a la pared, con ella como fondo. Es la posición ideal pues dota al espectador de una sensación de mayor amplitud y comodidad y ello, psicológicamente, se transmite a la audiencia.
Sin embargo, en otras ocasiones, si las condiciones de la sala lo aconsejan, te interesará más situarte en una esquina, en especial cuando el número de personas que ven tu acto es reducido.
Tiene la ventaja de que elimina la opción de que los espectadores se sitúen donde no deben, pero presenta el inconveniente de que trabajas constreñido, encajonado. De todas maneras, si optas por esta solución, asegúrate de que tienes espacio suficiente como para que tus movimientos sean libres, sin tener que estar preocupado por sortear veladores o mesas auxiliares.

[eldanar]

Hola Pulgas,

Yo, cuando actúo suelo primero mirar dónde está ubicado el público. En ocasiones, cuando te contratan, puedes pedir que te dejen un espacio concreto para realizar el espectáculo. En otras, bien debido a las condiciones del espacio o al número de asistentes, no nos es posible hacer esta petición.

Es en estos últimos casos cuando entra en juego la habilidad del mago para rápidamente elegir el sitio. En estas ocasiones, mi elección se centra en las esquinas (me ha dado mejores resultados), y lo hago por varios motivos. En primer lugar, si el público es numeroso te permite tenerlo más controlado para que no se sitúen, como bien dices, en lugares no deseados. En segundo lugar, aquí difiero de tí, si sabes colocarte en una posición avanzada, se crea la ilusión de más espacio. Además, el hecho de que las paredes se unan en un punto (que es el rincón), centran y dirigen las miradas del público.

Pero esta es mi experiencia y mi visión, seguro que habrá más.

Saludos titirimágicos.

[Magnano]

todo tiene sus pros y sus contras
El estar delante del escenario todo queda como mas limio, como si realmente no te importan los angulos que lo tuyo es magia y se puede hacer rodeado de gente, al público generalmente se le nota mas agusto cuando el mago esta delante, porque indirectamente al estar delante la libertad de movimientos es mucho mayor y eso hace mucho aunque a veces el mago no se de cuenta de ello

El estar cerca de la esquina da muchas ventajas, elimina muchos angulos, y el mago se puede relajar mas, pero... no se supone que el mago tiene que actuar relajado? a ver si me explico, la actitud del mago no debe variar de la situación en el escenario, aunque inconscientemente así sea
A parte de esto el estar en la esquina al público le carga la vista, todo esta concentrado en un punto, y los ojos se ven obligados a trabajar en un solo punto y la gracia es que se puedan observar muchos detalles en sitios distribuidos por todo el escenario, la vista juguetea con todos los elemenots de aqui para alla y todo se hace mas ameno

siento la parrafada

[Ezequiel Ilusionista]

otra de las cosas que me gustaria sumar es en que momento actuar,

muchas veces en mi hora de actuar, una hora ya pactada, al llegar al lugar veo que la gente esta comiendo, o todavia no, o que la gente esta recien llegando etc.

en lo que a mi merefiere tanto como close up o salon, simpre exigo ser el ultimo, que la gente primero coma tranquila, charle, se tome el cafe y luego actuo.
por que la comida es una distraccion y muy ruidosa, y cuando actuo pido que por favor quiten todo lo que esta en la mesa, botellas, plato etc, por que esas cosas dificulta la visualidad, y tambien puede ser perjudicial ya que siempre se cae una botella, escuchas el ruido de los cubiertos etc, entonces al estar la mesa limpia evito futuros disturbios.

ademas cuando la gente va a un cumpleaños, tienen ansiedad y nervios, por el echo de festejar y encontrarse con familiares que hace tiempo que no ven, entonces yo prefiero que descargen esa ansiedad primero, que coman, y luego mas tranquilo actuo yo, en salon trato de mantener la misma rutina.
esto por supuesto no se aplica a magia de restaurante.

si bien con los chicos no es mi fuerte, prefiero que primero vallan a los juegos, descargen su ansiedad en el pelotero y luego actuo yo, trato de que siempre que el lujar lo permite actual lejos de las mesas, por que sino los chicos pediran algo de tomar o les dara habmbre, y ademas siempre esta el papa que se aserca y le dice ¿queres tomar algo nene?.

entonces creo que es muy importante pensar en que momento de la fiesta actuar.

con el tema de la pared, creo que es igual de las dos formas, pero manteniendo una distancia de la pared, si actuamos en una esquina, y estamos a menos de 2 metros de la misma queda muy encajonado, entonce si estamos en una esquina tendriamos que ganar en distancia lo que perdemos de ancho.
y si actuo contra una pared a lo ancho trato de tener en cuanta el tema de las personas que esten a los costados.

otra cosa que creo que es importante, es el estudio de la gente, yo simpre tengo 20 minutos antes de actuar, que eso la aplico para estudiar a la gente, ver quienes son los mas expresivos, quien se rie mas fuerte, quien es mas sentimental que otro, quien es el mas extrovertido, que esto sirve como estrategia para la eleccion de personas en los juegos, ya que tenes una leve nocin de como pueden reaccionar y a su vez transmitirle al publico.

con los chicos creo que es igual, el ver quien es el mas inquieto o revoltoso, para de antemano evitar problemas, entonces los siento a delante o le pido la complisidad en los primeros juegos, asi ya lo tengo con forme y no me interumpe el shows.

bueno espero sus opiniones
ezequiel

[Pulgas]

Continúo con el tema de la sala y dónde situarme en ella.
Hay dos puntos que siempre tengo en cuenta. Son:

La puerta de entrada.
Procura que la puerta de entrada a la sala esté de espaldas al público. De lo contrario cada vez que alguien entre o salga del lugar se convertirá en un foco de atención que te restará protagonismo, despistará a los pequeños y te arruinará un juego (por bueno que sea) si la interrupción coincide con el clímax.
Lo ideal es que, una vez comenzado el show, nadie entre ni salga de la sala, pero eso no siempre es posible. Mira si la puerta hace ruido al abrirse (chirrido de las bisagras, pomos escandalosos…) Si no se pueden evitar esos ruidos, es preferible trabajar con la puerta abierta, salvo que el ruido externo aconseje lo contrario.
Aveces (dependerá de la educación de quienes estén fuera) un cartel pegado en la puerta de entrada advirtiendo de que estás actuando hace que quienes deseen abrir la puerta extremen la precaución. Yo no lo llevo, pero una nota simpática y bien elaborada, con un mensaje claro y directo, puede evitarnos muchos quebraderos de cabeza. ¡Y no abulta nada en nuestra maleta! (a ver si me aplico el cuento y lo hago de una vez, que es mejor predicar con el ejemplo que con las palabras).

Los servicios.
Bajo ningún concepto te sitúes junto a la puerta de los servicios o delante de ella, pues en uno u otro momento los peques pueden tener ganas de ir a hacer sus necesidades (si la ven recordarán con más facilidad que tienen ganas de hacer pis). Todo lo que he dicho en el punto anterior es aplicable a este, pero, además, hay un añadido que dificulta más nuestro acto: el efecto llamada que tiene ver cómo alguien acude a evacuar. Si un niño ve que otro sale va a hacer pis aumentan considerablemente sus ganas de ir al servicio.
Esta norma cobra mucho más sentido si trabajamos en un restaurante. Ya se sabe que en las comuniones se bebe alcohol (aveces mucho alcohol) y ya decía Shakespeare en su Macbeth que la bebida estimula mucho a tres cosas: “enrojecimiento de la nariz, pereza y orina”. El trajín de los unos y las otras interrumpiéndote constantemente puede ser letal para tu montaje.
Y ya que de pises hablamos, en ocasiones la necesidad de evacuar es un síntoma de que el niño no está enganchado a nuestra historia. Si nuestro espectáculo está muy medido y es suficientemente atractivo, se reducirán considerablemente las ganas de miccionar.

[Ezequiel Ilusionista]

tienes toda la razon pulgas, son cosas muy importante para tener en cuenta.

Tu dedicas tiempo al estudio previo del publico, o los estudias mientras haces el acto?

y si te toca un niño medio revoltoso, como actuas, yo busco la complisidad del chico, tu que haces?

gracias.

[Pulgas]

Cuando actúo, generalmente no puedo estudiar a los niños antes, así que no me toca más remedio que hacerlo sobre la marcha.
Sobre los alborotadores h ecomentado algunas cosas en el hilo del humor (en el diálogo de la participación activa del público). De todas maneras hay varios hilos abiertos al respecto.
En cualqueir caso, como este hilo está dedicado al espacio físico, podemos charlar del tema en otro lugar para no desvirtuar mucho el tema.
Un saludo.

[Ezequiel Ilusionista]

ok, mantengamos el hilo actual perdon por la devariacion,

[Pulgas]

Hoy me gustaría que nos detuviésemos en un nuevo aspecto:

La decoración de la sala.
Otro punto en el que normalmente no reparamos es la decoración de la sala. Personalmente apuesto por llevar un fondo negro que me permita trabajar sobre neutro, con lo que se fija mejor la atención y logro que mi material resalte por igual actúe donde actúe.
En cualquier caso, y si no dispongo de la bendita tela, habré de buscar un lugar en el que las paredes contengan el menor número posible de elementos de distracción. Póster, cuadros, ventanas… se convierten en nuestro enemigo, especialmente en los juegos que requieren un poco de concentración en su seguimiento. Si el peque desconecta para contemplar un cuadro, le costará recuperar el hilo de lo que sucede en escena, con lo que, ya que no se entera, crece el riesgo de que incordie a los demás (y a nosotros, por supuesto).
Ni que decir tiene que si voy a tapar o a mover algo habré de contar siempre con el consentimiento de los dueños del local. Bien explicado, con corrección y argumentos no suele haber nunca problemas para que accedan a nuestra solicitud. Es más, me atrevería a decir que lo ideal es que sean ellos los encargados de desplazar adornos y objetos pues de lo contrario, “si te cargas algo, te la cargas”.

Los espejos.
El espejo es uno de los mayores enemigos de todo actuante. La opción de que los niños vean al conjunto del público (o a una parte) reflejados es una puerta abierta para que no te hagan ni caso. Y tiene su lógica: si pueden ver lo que hacen quince, ¿para qué se van a conformar con mirar únicamente lo que hace uno?
Personalmente prefiero situarme junto a la puerta de entrada o al lado de los servicios que tener un espejo con el que no puedo competir.
Por otro lado. Y como magos, no podemos olvidar que un espejo nos puede delatar en cualquier momento si nos reflejamos en él: cargas, servantes, etc. Quedarán al descubierto revelando un secreto que no debe ser compartido.

[Pulgas]

Las tomas de corriente (los enchufes).
Si voy a conectar equipo de sonido, o si deseo completar la luz de la sala con mis propios focos, deberé tener en cuenta dónde hay una toma de corriente. No siempre estará cerca del lugar que he seleccionado, por lo que debo ser previsor y llevar metros de cable suficiente como para no tener problemas.
Lo que nunca puedo hacer es convertir el cableado en una trampa para los espectadores. Los cables deben ir siempre (siempre que sea posible, claro) junto a la pared, no los atravesaré en la sala. Y no lo haré por dos motivos: el primero (lógico) alguien se puede tropezar, caer y hacerse daño. El segundo (también lógico) si alguien se tropieza puede tirarme la mesa de sonido, o hacer que se caiga un altavoz, o volcar el pie de foco. Todo ello puede implicar dos problemas diferentes: que se me rompa el material (malo, malo); que al caerse mi material dañe o lesione a alguien (peor. Mucho peor).
Otro aspecto a tener en cuenta es que los cables nunca deben estar tensos, deja unos metros de seguridad. De esta manera, si alguien tropieza, no se caerá tu altavoz pues el cable no llegará a tensarse como para empujarlo.
(Aunque no venga mucho a cuento, un último consejo: intenta que los cables de sonido no se crucen con los cables de luz. Así evitarás más de un ruido indeseable).

La iluminación de la sala.
La sala tiene que estar perfectamente iluminada, diseñada para que el público se sienta cómodo y para que tú trabajes bien (por eso siempre llevo un par de focos, con sus pies, por si tengo que reforzar iluminación). Un par de lámparas halógenas de 200 w. son muy baratas y te puede sacar las castañas del fuego en más de una ocasión.
Evita todo tipo de focos que den directamente al público: se sentirá deslumbrado y no disfrutará como debe.
Huye de la luz intensa detrás de ti, además de descentrar a los niños, creará un contraluz que puede delatarte. Un pañuelo, por ejemplo, con luz detrás, se vuelve traslúcido y puede delatarte.
Si el sol entra por una ventana e incide sobre los espectadores, cierra la persiana o tápala no hay nada más incómodo que tener que seguir la evolución de un juego con las manos como viseras para protegerte del deslumbramiento.