emociones... supongo que una de las emociones más fuertes que conozco, es el sentimiento de culpa; pero no parece positiva en la magia.

Cuando comencé (casi ayer), en un juego me voltearon una carta sobre la mesa, el juego se fue al garete y yo no supe controlar mis propias "emociones", y mostré mi malestar.

Pude seguir haciendo algunos juegos, y los presentes quedaron encantados (creo, o eso me gustaría pensar), pero la persona que volteó la carta ya no disfrutó de nada más (también lo creo, porque nada me dijo realmente).

Sin duda fue una emoción forzada, pero ni fue positiva, ni preparada. Sólo me sirvió para ganar tablas, porque menuda cagada...

Una emoción causada que en determinados juegos me parece muy interesante, es más, me encanta (verla en otras manos), es el falso fallo o fallo aparente, por desgracia, demasiado generalizada y aplicada a muchos juegos...

Otra emoción a causar, es cuando juegas con un voluntario, haciendo complices a los demás espectadores de tus diabluras, ya que le produces cierta sensación de contrariedad a tu voluntario, a la vez que animas a los presentes. Y quizá ya no tanto como efecto de un juego, sino más bien como un gag continuado.

Un conjunto de emociones que me parece fascinante, es el de combinar un juego de trileros con la magia: Reto al espectador, que se anima, posteriormente, se confirma en la trampa, no la ve, pero sabe que la hay, y finalmente no ha habido trampa, sino magia. El flujo de sensaciones causadas en el espectador, hace que de por sí se pontencie el clímax.

Es una realidad, que controlar las sensaciones, o emociones del espectador inclinará la balanza a uno u otro lado, pero hasta que punto es posible controlar las emociones?

Supongo, que la mayor prueba de la ventaja que da controlar las emociones es la magia bizarra, básicamente se basa en eso, en forzar una emoción. Aunque en mi caso, no es que me agrade demasiado...