Wálter Ríos
27/08/2010, 11:51
Nombre: Wálter Ríos.
Nombre artístico: Wálter Ríos.
Edad: 29.
País/ciudad: Ciudad del Este / Paraguay.
Ramas preferidas: cartomagia, numismagia, mentalismo y cuerdas.
Perteneces a alguna Asociación o círculo mágico: ¿Cuál? A ninguno.
Años practicando magia: desde marzo del 2010.
Profesional: Si presentarse en TV y cobrar por presentaciones ante auditorios con gente desconocida, entonces sí. Si hay otros parámetros para el profesionalismo, entonces, no sé.
Tipo de público: Amigos, familiares, profesional.
Por qué me gusta la magia:
Bueno, en este punto quiero dejar vertidas algunas anécdotas y apreciaciones de cómo me inicié en este mundo fantástico y mágico (en el sentido artístico de la palabra).
Trabajo como entrenador mental, o sea, dicto entrenamientos acerca de técnicas de memorización (Mnemotecnia), lectura veloz, cálculo acelerado, control emocional, PNL, aprendizaje acelerado y algunas otras ramas por el estilo. Por el mes de julio y agosto del año 2009 me encontraba investigando acerca de técnicas y trucos para el desarrollo de habilidades matemáticas, información con la cual publiqué en noviembre el libro titulado “Cómo ganarle a la calculadora”. Mientras buscaba más información para el susodicho, encontré algunos “trucos” de ilusionismo en Youtube. Aprovechando mis descansos, me aprendí unos cuantos de ellos (moneda que viaja a través de la mesa, gomitas pasa-dedos, moneda tras la palma, escarbadientes que aparece y desaperece... ) y, cuando hacía mis presentaciones de cálculo ante mis clientes, solía intercalar algunos de estos juegos, observando el fuerte impacto que esto ejercía sobre ellos.
Durante las charlas presento que suelo dictar presento muchos efectos de habilidades mentales, tales como demostraciones de habilidades de memorización, cálculo acelerado, etcétera, etcétera. Lo que ya me posicionaba en un rango de “presentador de maravillas”. Con estos efectos me presentaba (y continúo haciéndolo) en canales de TV y eventos diversos. Dos de los muchos tenían muy especialmente un punto en común con el arte del ilusionismo: memorización de 200 años de calendario (desde el 1 de enero de 1900 hasta el 31 de diciembre de 2099) y cálculo de las potencias del 1 al 100, haciéndolo más rápido que la calculadora. Ambos escondían una “trampa”, la cual era ya un precedente de nuestros Gimmick’s.
En el caso del juego de los calendarios, pido a algún espectador/a que me nombre la fecha en que nació y, en menos de tres segundos, le digo en qué día de la semana cayó esta fecha. Es mitad cierto, mitad falso, pues lo que supuestamente es sólo memorización es la combinación de la memorización de una escala más un algoritmo matemático efectuado a gran velocidad. Quienes conozcan el algoritmo, muy popular en la Web, saben a qué me refiero. Con las técnicas de memorización simplifiqué el algoritmo de 7 pasos, reduciéndolo a sólo 3. Como es verdad que memorizo muchos datos en vivo, el hecho de tener esta pequeña “trampa” pasa desapercibida aunque algunos conozcan el procedimiento, más todavía por la velocidad con la cual efectúo el cálculo.
Al efectuar el juego de las potencias, me valgo de los resultados por mnemotecnia. Sin embargo, al explicar cómo lo hago, puedo explicarlo fácilmente mostrando dos técnicas que simplifican el proceso en extremo, lo cual me ahorra el cálculo ante el auditorio, porque en los demás efectos sí haga cálculos reales, si en verdad no en todos.
Del 19 al 21 de diciembre del 2009 fuimos a la granja de unos familiares de mi novia. Ahí, en medio de los tragos presenté los pocos juegos de ilusionismo que conocía (no más de 7 y en total desorden). Tan pocos y terriblemente mal presentados efectos generaron un muy fuerte impacto y un jolgorio entre los presentes, tanto es así que para el 20 de enero una tía me encomendó que animara la fiesta de primer año de su hija. De puro audaz, acepté el desafío y colgarme de Youtube se ha dicho. Busqué todos los efectos sin técnicas que pude y hasta me inventé un par de efectos. Una locura. Ni quiero recordar el fiasco de mi primera presentación paga. Menos mal que se redujo a un ámbito puramente familiar. Pero aun así, quedé notoriamente decepcionado de lo sucedido. Abandoné durante una semana las prácticas. Y sólo fue una semana dado el milagro ocurrido. Uno de los espectadores (que no era un familiar) quería que me presente al cumpleaños de su nieta para presentar un show. Quedé sorprendido. Incluso con lo mal que ejecuté los juegos anteriores, ¡tenía el segundo contrato! Me dije que, si incluso haciéndolo mal, alguien que lo vio quiso pagarme para volverlo a ver, ¡qué sería si lo perfecciono! Para los primeros días de febrero tuve mi segundo show. Me sentí orgulloso de los resultados cuando entonces. Conocía cerca de 50 juegos. Presenté 10 de ellos durante el show y no me dejaron salir los invitados. Me quedé una hora más luego que los niños se hayan retirado en su mayoría para presentar los juegos a los adultos. Resultado: tres contratos al hilo. Había encontrado algo que incluso me divertía más que mi profesión de entrenador mental y encima me pagaban por hacerlo. Comencé a atiborrarme de juegos sueltos hasta que en marzo un conseguí el Canuto. Ahí empecé a comprender mal que mal los principios que rigen este arte. De ahí pasé a “La belleza del asombro”, de Lavand y, por sugerencia vuestra, hoy día estoy comenzando con Giobbi y su GEC.
Soy consciente de que todo esto recién comienza y que estoy en pañales en este arte tan hermoso, pero con el entusiasmo de quien ha encontrado aquello que le satisface plenamente. Un arte que me satisface más plenamente incluso que ejecutar diversos instrumentos musicales (guitarra, bajo y batería), escribir e incluso actuar. Todo cuanto aprendí hasta ahora puedo manifestarlo gracias a este maravilloso arte que está en el puesto número uno de mis pasiones. A los 29 años, puedo decir con total convicción: ¡quiero ser ilusionista profesional!
Desde ya, gracias a todos.
Gracias a Magia Potagia.
Gracias a la magia.
Wálter Ríos. :001_302:
[email protected]
Nombre artístico: Wálter Ríos.
Edad: 29.
País/ciudad: Ciudad del Este / Paraguay.
Ramas preferidas: cartomagia, numismagia, mentalismo y cuerdas.
Perteneces a alguna Asociación o círculo mágico: ¿Cuál? A ninguno.
Años practicando magia: desde marzo del 2010.
Profesional: Si presentarse en TV y cobrar por presentaciones ante auditorios con gente desconocida, entonces sí. Si hay otros parámetros para el profesionalismo, entonces, no sé.
Tipo de público: Amigos, familiares, profesional.
Por qué me gusta la magia:
Bueno, en este punto quiero dejar vertidas algunas anécdotas y apreciaciones de cómo me inicié en este mundo fantástico y mágico (en el sentido artístico de la palabra).
Trabajo como entrenador mental, o sea, dicto entrenamientos acerca de técnicas de memorización (Mnemotecnia), lectura veloz, cálculo acelerado, control emocional, PNL, aprendizaje acelerado y algunas otras ramas por el estilo. Por el mes de julio y agosto del año 2009 me encontraba investigando acerca de técnicas y trucos para el desarrollo de habilidades matemáticas, información con la cual publiqué en noviembre el libro titulado “Cómo ganarle a la calculadora”. Mientras buscaba más información para el susodicho, encontré algunos “trucos” de ilusionismo en Youtube. Aprovechando mis descansos, me aprendí unos cuantos de ellos (moneda que viaja a través de la mesa, gomitas pasa-dedos, moneda tras la palma, escarbadientes que aparece y desaperece... ) y, cuando hacía mis presentaciones de cálculo ante mis clientes, solía intercalar algunos de estos juegos, observando el fuerte impacto que esto ejercía sobre ellos.
Durante las charlas presento que suelo dictar presento muchos efectos de habilidades mentales, tales como demostraciones de habilidades de memorización, cálculo acelerado, etcétera, etcétera. Lo que ya me posicionaba en un rango de “presentador de maravillas”. Con estos efectos me presentaba (y continúo haciéndolo) en canales de TV y eventos diversos. Dos de los muchos tenían muy especialmente un punto en común con el arte del ilusionismo: memorización de 200 años de calendario (desde el 1 de enero de 1900 hasta el 31 de diciembre de 2099) y cálculo de las potencias del 1 al 100, haciéndolo más rápido que la calculadora. Ambos escondían una “trampa”, la cual era ya un precedente de nuestros Gimmick’s.
En el caso del juego de los calendarios, pido a algún espectador/a que me nombre la fecha en que nació y, en menos de tres segundos, le digo en qué día de la semana cayó esta fecha. Es mitad cierto, mitad falso, pues lo que supuestamente es sólo memorización es la combinación de la memorización de una escala más un algoritmo matemático efectuado a gran velocidad. Quienes conozcan el algoritmo, muy popular en la Web, saben a qué me refiero. Con las técnicas de memorización simplifiqué el algoritmo de 7 pasos, reduciéndolo a sólo 3. Como es verdad que memorizo muchos datos en vivo, el hecho de tener esta pequeña “trampa” pasa desapercibida aunque algunos conozcan el procedimiento, más todavía por la velocidad con la cual efectúo el cálculo.
Al efectuar el juego de las potencias, me valgo de los resultados por mnemotecnia. Sin embargo, al explicar cómo lo hago, puedo explicarlo fácilmente mostrando dos técnicas que simplifican el proceso en extremo, lo cual me ahorra el cálculo ante el auditorio, porque en los demás efectos sí haga cálculos reales, si en verdad no en todos.
Del 19 al 21 de diciembre del 2009 fuimos a la granja de unos familiares de mi novia. Ahí, en medio de los tragos presenté los pocos juegos de ilusionismo que conocía (no más de 7 y en total desorden). Tan pocos y terriblemente mal presentados efectos generaron un muy fuerte impacto y un jolgorio entre los presentes, tanto es así que para el 20 de enero una tía me encomendó que animara la fiesta de primer año de su hija. De puro audaz, acepté el desafío y colgarme de Youtube se ha dicho. Busqué todos los efectos sin técnicas que pude y hasta me inventé un par de efectos. Una locura. Ni quiero recordar el fiasco de mi primera presentación paga. Menos mal que se redujo a un ámbito puramente familiar. Pero aun así, quedé notoriamente decepcionado de lo sucedido. Abandoné durante una semana las prácticas. Y sólo fue una semana dado el milagro ocurrido. Uno de los espectadores (que no era un familiar) quería que me presente al cumpleaños de su nieta para presentar un show. Quedé sorprendido. Incluso con lo mal que ejecuté los juegos anteriores, ¡tenía el segundo contrato! Me dije que, si incluso haciéndolo mal, alguien que lo vio quiso pagarme para volverlo a ver, ¡qué sería si lo perfecciono! Para los primeros días de febrero tuve mi segundo show. Me sentí orgulloso de los resultados cuando entonces. Conocía cerca de 50 juegos. Presenté 10 de ellos durante el show y no me dejaron salir los invitados. Me quedé una hora más luego que los niños se hayan retirado en su mayoría para presentar los juegos a los adultos. Resultado: tres contratos al hilo. Había encontrado algo que incluso me divertía más que mi profesión de entrenador mental y encima me pagaban por hacerlo. Comencé a atiborrarme de juegos sueltos hasta que en marzo un conseguí el Canuto. Ahí empecé a comprender mal que mal los principios que rigen este arte. De ahí pasé a “La belleza del asombro”, de Lavand y, por sugerencia vuestra, hoy día estoy comenzando con Giobbi y su GEC.
Soy consciente de que todo esto recién comienza y que estoy en pañales en este arte tan hermoso, pero con el entusiasmo de quien ha encontrado aquello que le satisface plenamente. Un arte que me satisface más plenamente incluso que ejecutar diversos instrumentos musicales (guitarra, bajo y batería), escribir e incluso actuar. Todo cuanto aprendí hasta ahora puedo manifestarlo gracias a este maravilloso arte que está en el puesto número uno de mis pasiones. A los 29 años, puedo decir con total convicción: ¡quiero ser ilusionista profesional!
Desde ya, gracias a todos.
Gracias a Magia Potagia.
Gracias a la magia.
Wálter Ríos. :001_302:
[email protected]