Goreneko
14/12/2005, 17:33
Pues bien, os voy a contar cómo fue que gracias a la magia conseguí que tras dar la carta de renuncia en un empleo me vuelvan a llamar de aquí a un tiempo (o eso me dijeron xD).
Hace un par de semanas estaba haciendo unos juegos a unos compañeros, y en eso que llego a la baraja invisible, pido a un compañero que se preste voluntario para que yo le transmita el pensamiento de una carta que he puesto ya boca abajo... y en eso se abre la puerta de golpe y aparece la bestia parda de mi jefe, y pregunta que qué hacemos, le miro y le digo que me diga la carta que le acababa de llegar a la mente, y dice: 'el 7 de tréboles, pero conmigo no estás compinchado eeeh...'. Y en eso que extiendo la baraja y está esa carta boca abajo. Total que el tío no se podía creer que leo mentes, así que le hice el centro roto con un libro y el papel firmado, roto y recompuesto (esta vez con unos post-it jeje). Todo para él, que mis compañeros en cuanto aparece el jefe, se esfuman, pero se quedaron mirando.
Total, que el otro día presenté la carta de renuncia a mi jefe y me preguntó que por qué me iba y tal, y le dije que porque me quedaba poco tiempo de contrato y tal... y me pregunta que si yo sabía que no me iba a renovar, y le dije que lo sabía a ciencia cierta. Él, con la típica chulería que caracteriza a los jefes, me pregunta que cómo estaba tan seguro, que realmente él no me iba a renovar pero que esas cosas nunca se presuponen porque para quedar bien con la empresa lo mejor es estar hasta que se acabe el contrato... a lo que saco la baraja, busco una carta y la dejo encima de la mesa. La giró y ahí estaba el 7 de tréboles. Se le puso la cara blanca. Le dije que ya sabía que me iba a decir ese royo de la empresa y que no quería escucharlo más veces, y que también sabía a ciencia cierta que no me volvería a llamar.
Y me contestó: 'si sigues leyendo mi mente, te voy a llevar la contraria, así que de aquí a 4 meses, te vuelvo a llamar y te prepararé un contrato indefinido'. Y se guardó la carta en el bolsillo interior de su chaqueta.
Yo me quedé orgullosísimo, pero me hubiera encantado hacer la típica fantasía de tirar una bola de humo en su despacho y desaparecer tras el humo. Hubiera sido el clímax perfecto!!!
Hace un par de semanas estaba haciendo unos juegos a unos compañeros, y en eso que llego a la baraja invisible, pido a un compañero que se preste voluntario para que yo le transmita el pensamiento de una carta que he puesto ya boca abajo... y en eso se abre la puerta de golpe y aparece la bestia parda de mi jefe, y pregunta que qué hacemos, le miro y le digo que me diga la carta que le acababa de llegar a la mente, y dice: 'el 7 de tréboles, pero conmigo no estás compinchado eeeh...'. Y en eso que extiendo la baraja y está esa carta boca abajo. Total que el tío no se podía creer que leo mentes, así que le hice el centro roto con un libro y el papel firmado, roto y recompuesto (esta vez con unos post-it jeje). Todo para él, que mis compañeros en cuanto aparece el jefe, se esfuman, pero se quedaron mirando.
Total, que el otro día presenté la carta de renuncia a mi jefe y me preguntó que por qué me iba y tal, y le dije que porque me quedaba poco tiempo de contrato y tal... y me pregunta que si yo sabía que no me iba a renovar, y le dije que lo sabía a ciencia cierta. Él, con la típica chulería que caracteriza a los jefes, me pregunta que cómo estaba tan seguro, que realmente él no me iba a renovar pero que esas cosas nunca se presuponen porque para quedar bien con la empresa lo mejor es estar hasta que se acabe el contrato... a lo que saco la baraja, busco una carta y la dejo encima de la mesa. La giró y ahí estaba el 7 de tréboles. Se le puso la cara blanca. Le dije que ya sabía que me iba a decir ese royo de la empresa y que no quería escucharlo más veces, y que también sabía a ciencia cierta que no me volvería a llamar.
Y me contestó: 'si sigues leyendo mi mente, te voy a llevar la contraria, así que de aquí a 4 meses, te vuelvo a llamar y te prepararé un contrato indefinido'. Y se guardó la carta en el bolsillo interior de su chaqueta.
Yo me quedé orgullosísimo, pero me hubiera encantado hacer la típica fantasía de tirar una bola de humo en su despacho y desaparecer tras el humo. Hubiera sido el clímax perfecto!!!