esgatell
09/01/2008, 11:32
En todas la artes consolidadas como tales se dan, al menos, tres niveles se relación con la disciplina artística correspondiente:
Los artistas propiamente dichos, aficionados o profesionales, es decir aquellos que disponen de las técnicas necesarias y producen resultados: actúan, pintan, escriben, etc.
Un grupo de expertos, que pueden o no ser artistas, que conocen esa disciplina a fondo, escriben sobre ella y hacen crítica.
Un público minoritario entendido, es decir aficionados “fuertes” y con un conocimiento amplio sobre literatura, pintura o música, por poner algunos ejemplos. Suelen ser un público que tiene opinión y que arrastra a otro público mayoritario y con menos conocimientos.
En magia fallan estrepitosamente los dos últimos puntos: los teóricos se dirigen exclusivamente a magos y no hay un público entendido fuera de los propios magos. A muchísima gente le gusta la magia pero no pasan de ser un público esporádico y, en la mayoría de los casos, llevado más por la curiosidad que por una valoración artística de los magos y de la magia.
Creo que para situar a la magia en un nivel artístico alto y ponerla en valor ante el público culto es necesario que se produzca, al menos, ese segundo nivel al que me refería arriba:
Expertos, sean magos o no, que se dirijan al público profano y difundan la historia de la magia y hagan crítica. Hacen falta más libros, artículos, etc. dirigidos al público profano, no para desvelar efectos o para limitarse a señalar los efectos como meras curiosidades, sino para poner en valor una disciplina artística que, hoy por hoy y por desgracia, se considera un divertimento menor por la mayoría del público culto.
Creo que la crítica mágica es posible:
En relación al espectáculo mágico como arte escénica
En relación a la presentación, calidad de la charla, etc.
En relación a la calidad del efecto, a su historia, a las influencias de otros magos, a la comparación de presentaciones, etc.
En relación al estilo de la magia.
Estoy convencido de que la magia necesita para consolidarse y ocupar un lugar digno en las artes escénicas que se vaya generando un público entendido y que sepa valorar algo más que la curiosidad del efecto. Pienso que hay que ponerse a ello. No es fácil por las características mismas de este tipo de espectáculo pero creo en la necesidad de pensar en serio en cómo hacerlo.
Me gustaría recibir opiniones e ideas.
Los artistas propiamente dichos, aficionados o profesionales, es decir aquellos que disponen de las técnicas necesarias y producen resultados: actúan, pintan, escriben, etc.
Un grupo de expertos, que pueden o no ser artistas, que conocen esa disciplina a fondo, escriben sobre ella y hacen crítica.
Un público minoritario entendido, es decir aficionados “fuertes” y con un conocimiento amplio sobre literatura, pintura o música, por poner algunos ejemplos. Suelen ser un público que tiene opinión y que arrastra a otro público mayoritario y con menos conocimientos.
En magia fallan estrepitosamente los dos últimos puntos: los teóricos se dirigen exclusivamente a magos y no hay un público entendido fuera de los propios magos. A muchísima gente le gusta la magia pero no pasan de ser un público esporádico y, en la mayoría de los casos, llevado más por la curiosidad que por una valoración artística de los magos y de la magia.
Creo que para situar a la magia en un nivel artístico alto y ponerla en valor ante el público culto es necesario que se produzca, al menos, ese segundo nivel al que me refería arriba:
Expertos, sean magos o no, que se dirijan al público profano y difundan la historia de la magia y hagan crítica. Hacen falta más libros, artículos, etc. dirigidos al público profano, no para desvelar efectos o para limitarse a señalar los efectos como meras curiosidades, sino para poner en valor una disciplina artística que, hoy por hoy y por desgracia, se considera un divertimento menor por la mayoría del público culto.
Creo que la crítica mágica es posible:
En relación al espectáculo mágico como arte escénica
En relación a la presentación, calidad de la charla, etc.
En relación a la calidad del efecto, a su historia, a las influencias de otros magos, a la comparación de presentaciones, etc.
En relación al estilo de la magia.
Estoy convencido de que la magia necesita para consolidarse y ocupar un lugar digno en las artes escénicas que se vaya generando un público entendido y que sepa valorar algo más que la curiosidad del efecto. Pienso que hay que ponerse a ello. No es fácil por las características mismas de este tipo de espectáculo pero creo en la necesidad de pensar en serio en cómo hacerlo.
Me gustaría recibir opiniones e ideas.