esgatell
26/12/2007, 20:20
“... siendo mis artes tales y tan buenos:
que aquel, que más mire, los ve menos.”
Pablo Minguet (1733)
Me llama la atención leyendo los comentarios del foro la preocupación que muestran muchos magos por el hecho de que muchos efectos y técnicas se divulguen y puedan ser conocidos por el público profano. Para mí esto no supone un problema sino un incentivo que obliga a los magos a mejorar y a idear métodos diferentes para los mismos efectos o para convencer al espectador de que el juego no está hecho por el procedimiento que él cree conocer.
El primer libro de magia publicado en España lo fue en el año 1733 (ojo a la fecha) por Pablo Minguet con el título: "Engaños a ojos vistas y diversión de trabajos mundanos fundada en lícitos juegos de manos que contiene todas la diferencias de los cubiletes, y otras habilidades muy curiosas demostradas en diferentes Láminas, para que los pueda hacer fácilmente cualquier entretenido". Observad el término “lícitos juegos de manos”, muchas del las divulgaciones mágicas que se hicieron el los siglos XVII y XVIII tenían por objeto demostrar la “licitud” de estos juegos de habilidad y engaño alejando de ellos las sospechas de los inquisidores que podían hacer acabar el la hoguera a buhoneros y prestidigitadores. Minguet presenta el libro como para la diversión y el entretenimiento (los puede hacer fácilmente cualquier entretenido), alejando así cualquier tentación de ver estos entretenimientos como brujería o magia negra.
El libro tuvo, al parecer, un gran éxito y fue muy divulgado. Se editó de nuevo en 1864 , en 1908 y en 1993 (Editorial Alta Fulla), con el título: "Juegos de manos o sea arte de hacer diabluras". Merece la pena leerlo por muchas razones: la más importante de ellas es la necesidad, para los que practican un arte, de conocer sus orígenes y su historia, hacernos con una cultura mágica y no estas día a día “descubriendo el Mediterráneo”. El libro marca la transición entre la magia medieval, villana y “de mercado” a la magia de la Ilustración, vinculada a la ciencia y a las demostraciones públicas de curiosidades técnicas y científicas. Más tarde, a finales del XIX, de la mano de Houdin, la magia se convertirá en un arte por derecho propio.
Leyéndolo nos damos cuenta de cómo los efectos mágicos no han variado apenas en trescientos años así como los objetos utilizados y muchas de las técnicas básicas empleadas. Empieza el libro describiendo como fabricarse una bolsa para portar los materiales que se lleva colgada a modo de faltriquera.
Las ilustraciones son magníficas, merecen a pena.
Comienza el libro con una rutina de cubiletes formada por doce efectos, el primero de los cuales es el cubilete que atraviesa a los otros dos. Para el último de ellos utiliza una especie de Chop Cup utilizando sebo.
Usa una especie de cartera de mentalismo con un mecanismo muy parecido a los modelos actuales.
Juegos con cuerdas con técnicas que aun se usan, pañuelos, cartas utilizando fakes, juegos matemáticos, monedas, etc. etc.
Algunos de los nombres de los juegos son ilustrativos:
Juego de poner un poco de alpiste dentro de una copa, y hacer que se pase debajo de una campanilla.
Juego de hacer parecer que una moneda baila dentro de un vaso.
Juego de hacer nudos a un pañuelo, y deshacerlos de un soplo.
Juego de sacar tres cuentas o bolitas de dentro de dos cintas, sin romperlas, teniéndolas asidas dos sujetos, cada uno por su lado.
Juego de un embudo para beber vino, o agua con él y después hacerlo salir por la frente.
Juego de un clavo, para hacerlo parecer, que atraviesa la lengua.
Juego de dar una peseta a una persona y a otra un ochavo, y después hacer, que al que tiene la peseta, se le vuelva ochavo: y al que tiene ochavo, se le vuelva peseta.
En fin, muchos juegos en los que reconocemos efectos que aun vemos hoy y asombran a los espectadores pese a que están divulgados desde hace trescientos años.
Recomiendo la lectura de este libro por su valor histórico y porque nos ayudará a reflexionar acerca de problemas que se plantean en la magia actual. Soy de los que consideran que es imprescindible conocer la historia del arte es imprescindible para los artistas actuales. Y la magia es un arte con pleno derecho.
Espero que sirva. Seguiré con algunos posts sobre el mismo tema: el próximo, que quiero trabajarlo bien, sobre un libro de Houdin publicado en España a primeros de siglo que se vendía en librerías y en el que desvela para el gran público gran parte de los secretos mágicos actuales, p. ej. los aros chinos.
que aquel, que más mire, los ve menos.”
Pablo Minguet (1733)
Me llama la atención leyendo los comentarios del foro la preocupación que muestran muchos magos por el hecho de que muchos efectos y técnicas se divulguen y puedan ser conocidos por el público profano. Para mí esto no supone un problema sino un incentivo que obliga a los magos a mejorar y a idear métodos diferentes para los mismos efectos o para convencer al espectador de que el juego no está hecho por el procedimiento que él cree conocer.
El primer libro de magia publicado en España lo fue en el año 1733 (ojo a la fecha) por Pablo Minguet con el título: "Engaños a ojos vistas y diversión de trabajos mundanos fundada en lícitos juegos de manos que contiene todas la diferencias de los cubiletes, y otras habilidades muy curiosas demostradas en diferentes Láminas, para que los pueda hacer fácilmente cualquier entretenido". Observad el término “lícitos juegos de manos”, muchas del las divulgaciones mágicas que se hicieron el los siglos XVII y XVIII tenían por objeto demostrar la “licitud” de estos juegos de habilidad y engaño alejando de ellos las sospechas de los inquisidores que podían hacer acabar el la hoguera a buhoneros y prestidigitadores. Minguet presenta el libro como para la diversión y el entretenimiento (los puede hacer fácilmente cualquier entretenido), alejando así cualquier tentación de ver estos entretenimientos como brujería o magia negra.
El libro tuvo, al parecer, un gran éxito y fue muy divulgado. Se editó de nuevo en 1864 , en 1908 y en 1993 (Editorial Alta Fulla), con el título: "Juegos de manos o sea arte de hacer diabluras". Merece la pena leerlo por muchas razones: la más importante de ellas es la necesidad, para los que practican un arte, de conocer sus orígenes y su historia, hacernos con una cultura mágica y no estas día a día “descubriendo el Mediterráneo”. El libro marca la transición entre la magia medieval, villana y “de mercado” a la magia de la Ilustración, vinculada a la ciencia y a las demostraciones públicas de curiosidades técnicas y científicas. Más tarde, a finales del XIX, de la mano de Houdin, la magia se convertirá en un arte por derecho propio.
Leyéndolo nos damos cuenta de cómo los efectos mágicos no han variado apenas en trescientos años así como los objetos utilizados y muchas de las técnicas básicas empleadas. Empieza el libro describiendo como fabricarse una bolsa para portar los materiales que se lleva colgada a modo de faltriquera.
Las ilustraciones son magníficas, merecen a pena.
Comienza el libro con una rutina de cubiletes formada por doce efectos, el primero de los cuales es el cubilete que atraviesa a los otros dos. Para el último de ellos utiliza una especie de Chop Cup utilizando sebo.
Usa una especie de cartera de mentalismo con un mecanismo muy parecido a los modelos actuales.
Juegos con cuerdas con técnicas que aun se usan, pañuelos, cartas utilizando fakes, juegos matemáticos, monedas, etc. etc.
Algunos de los nombres de los juegos son ilustrativos:
Juego de poner un poco de alpiste dentro de una copa, y hacer que se pase debajo de una campanilla.
Juego de hacer parecer que una moneda baila dentro de un vaso.
Juego de hacer nudos a un pañuelo, y deshacerlos de un soplo.
Juego de sacar tres cuentas o bolitas de dentro de dos cintas, sin romperlas, teniéndolas asidas dos sujetos, cada uno por su lado.
Juego de un embudo para beber vino, o agua con él y después hacerlo salir por la frente.
Juego de un clavo, para hacerlo parecer, que atraviesa la lengua.
Juego de dar una peseta a una persona y a otra un ochavo, y después hacer, que al que tiene la peseta, se le vuelva ochavo: y al que tiene ochavo, se le vuelva peseta.
En fin, muchos juegos en los que reconocemos efectos que aun vemos hoy y asombran a los espectadores pese a que están divulgados desde hace trescientos años.
Recomiendo la lectura de este libro por su valor histórico y porque nos ayudará a reflexionar acerca de problemas que se plantean en la magia actual. Soy de los que consideran que es imprescindible conocer la historia del arte es imprescindible para los artistas actuales. Y la magia es un arte con pleno derecho.
Espero que sirva. Seguiré con algunos posts sobre el mismo tema: el próximo, que quiero trabajarlo bien, sobre un libro de Houdin publicado en España a primeros de siglo que se vendía en librerías y en el que desvela para el gran público gran parte de los secretos mágicos actuales, p. ej. los aros chinos.