Jorlando
05/11/2007, 01:30
Aprovechando el reciente puente del 1 de noviembre, hemos estado pasándolo familiarmente en esa casa que mi suegro tiene y de la que ya he hablado en otras ocasiones.
Fuimos mi mujer, mi hija y mis suegros, y además, se presentaron también mi cuñado (el que me la quiso calzar doblada con una baraja Svengali, si recordáis), y sus dos niñas. Además mi acompañaban un par de barajas y diversos textos sesudos para dedicarme al estudio, y la meditación.
El jueves por la tarde, estuvimos en Llanes, y estábamos en una terraza de una cafetería cuando de repente, mi hija, coge el posavasos, lo sostiene en vertical, sobre la palma de la mano izquierda y vemos cómo con la derecha frota una y otra vez el susodicho posavasos, como si quisiera borrarlo. Parecía muy decepcionada al ver que el posavasos seguía siendo el mismo que antes. Me incliné hacia mi mujer y le susurré al oído "está intentando hacer un pintaje". Mi suegro se extrañó bastante al ver el movimiento de la niña, y al final le preguntó que qué era lo que intentaba hacer. "Estoy haciendo potagia, como papá". Potagia, menuda palabra. Lo digo porque yo jamás la he usado delante de ella. Y no creo que lo haya sacado de este foro, porque no sabe usar el ordenador y no sabe leer aún (sólo tiene cuatro años). ¿Dónde la habrá oído?
Luego, en casa, estuvo haciendo magia. O haciando como que hacía magia. Cogió los cuatro ases y le dijo al abuelo: ¿ves los cuatro ases? Sí, claro que los veo. Y con el mayor descaro del mundo retiró con su mano uno de los ases y se lo llevó a la espalda, y dijo, "pues ahora sólo hay tres". Estuvo claro que la cosa movió a risa sana, y también a aplausos, pero de los presentes, sólo yo me di cuenta de lo que había intentado hacer. Había intentado empalmar una carta. Lamentablemente sus manos tienen el tamaño de media carta aproximadamente, con lo cual se le veía todo claramente. Pero el movimiento, la forma de ocger la carta, el llevarla sujeta con la palma hacia abajo. Me había visto a mí hacerlo y practicarlo tantas veces que lo estaba imitando. No sé si con lo anterior estaré desvelando algún poderoso secreto de estado, y si es así, por favor que borren esto lo antes posible, pero es que francamente, se me estuvo cayendo la baba tres horas y media aproximadamente. Creo que le voy a comprar una baraja mini, un día de estos a ver qué hace.
Debo decir que yo también tengo las manos muy pequeñas, y me cuesta mucho empalmar cartas. Simplemente medio milímetro que quede torcida, y ya se ve el tinglado. Creo que es la maniobra que más me cuesta.
Fuimos mi mujer, mi hija y mis suegros, y además, se presentaron también mi cuñado (el que me la quiso calzar doblada con una baraja Svengali, si recordáis), y sus dos niñas. Además mi acompañaban un par de barajas y diversos textos sesudos para dedicarme al estudio, y la meditación.
El jueves por la tarde, estuvimos en Llanes, y estábamos en una terraza de una cafetería cuando de repente, mi hija, coge el posavasos, lo sostiene en vertical, sobre la palma de la mano izquierda y vemos cómo con la derecha frota una y otra vez el susodicho posavasos, como si quisiera borrarlo. Parecía muy decepcionada al ver que el posavasos seguía siendo el mismo que antes. Me incliné hacia mi mujer y le susurré al oído "está intentando hacer un pintaje". Mi suegro se extrañó bastante al ver el movimiento de la niña, y al final le preguntó que qué era lo que intentaba hacer. "Estoy haciendo potagia, como papá". Potagia, menuda palabra. Lo digo porque yo jamás la he usado delante de ella. Y no creo que lo haya sacado de este foro, porque no sabe usar el ordenador y no sabe leer aún (sólo tiene cuatro años). ¿Dónde la habrá oído?
Luego, en casa, estuvo haciendo magia. O haciando como que hacía magia. Cogió los cuatro ases y le dijo al abuelo: ¿ves los cuatro ases? Sí, claro que los veo. Y con el mayor descaro del mundo retiró con su mano uno de los ases y se lo llevó a la espalda, y dijo, "pues ahora sólo hay tres". Estuvo claro que la cosa movió a risa sana, y también a aplausos, pero de los presentes, sólo yo me di cuenta de lo que había intentado hacer. Había intentado empalmar una carta. Lamentablemente sus manos tienen el tamaño de media carta aproximadamente, con lo cual se le veía todo claramente. Pero el movimiento, la forma de ocger la carta, el llevarla sujeta con la palma hacia abajo. Me había visto a mí hacerlo y practicarlo tantas veces que lo estaba imitando. No sé si con lo anterior estaré desvelando algún poderoso secreto de estado, y si es así, por favor que borren esto lo antes posible, pero es que francamente, se me estuvo cayendo la baba tres horas y media aproximadamente. Creo que le voy a comprar una baraja mini, un día de estos a ver qué hace.
Debo decir que yo también tengo las manos muy pequeñas, y me cuesta mucho empalmar cartas. Simplemente medio milímetro que quede torcida, y ya se ve el tinglado. Creo que es la maniobra que más me cuesta.