Némesis
26/07/2007, 13:41
Esto es a propósito de una actuación que tuve ocasión de ver ayer...
No quiero crear polémica de ningún tipo, pero entiendo que estos temas siempre son un poco controvertidos... La actuación tuvo lugar en un municipio de Catalunya, con un grupo de magia que obviamente no citaré. Era en la calle, en un mini-escenario montado en un parque.
Se hicieron cosas que me parecieron realmente poco afortunadas... Un número de pickpocket, en el que hasta tres niños de diez años vieron cómo le levantaban el reloj a un chico que lo pasó bastante mal en el escenario, después de casi romperle las muñecas (él hizo como que no se daba cuenta, pero le pregunté y se había enterado totalmente). Un número de manipulación de cigarrillos en el que el artista "regaló" el empalme hasta tres veces. Un número de predicción en el que oí con claridad que el público se daba cuenta del cambio de papeletas (así que no es que yo sea quisquilloso porque sepa los secretos). Una baraja invisible presentada en escenario (la gente no aplaudía porque no se enteraba de qué había pasado). Incluso, se atrevió a destripar de arriba a abajo el juego que sólo se le hace a uno, de Slydini, donde la víctima le cantó al final la trampa al artista, sin ningún tipo de reservas.
Los que me conoceis sabéis que siempre soy benévolo en mis críticas (entre otras cosas porque no me creo capacitado para criticar),... Pero es que lo de ayer fue demasiado. Creo que cualquier miembro de este foro habría hecho una mejor actuación.
Ahora me diréis, "era un matado cualquiera"... Pues no. Tuve la curiosidad de indagar algunas cosas más sobre él, y resulta que estuvo en la SEI de Madrid, y que había conocido personalmente a Ascanio, Tamariz y Carroll (nada menos), y que hacía diez años que era profesional. Debo decir que, pese a las deficiencias técnicas, se desenvolvía bien con el público y tenía presencia escénica. Pero este no es el caso: se le vieron los trucos (sí, dije TRUCOS), eso es lo que me preocupa. Por supuesto, contaba con una infrastructura bien preparada: muy buen equipo de sonido, furgoneta y DOS ayudantes. De hecho, tenía otra actuación inmediatamente.
Este señor, como buen profesional cobró lo que le pidió al Ayuntamiento de este municipio, que no debió ser poco (la cantidad exacta no la sé, no me atrevo a preguntar tanto).
Hasta aquí los hechos. Ahora viene mi reflexión:
Tantas veces que se ha puesto el grito en el cielo por el intrusismo profesional en la magia, de algunos aficionados que cobran poco y que "les quitan el pan" a los que son profesionales "de verdad"... Y, ¿no son esta clase de cosas lo que de verdad está matando nuestro arte? Es decir, ¿no es peor que haya artistas malos que artistas baratos? ¿Por qué un profesional tiene siempre mejor consideración que un aficionado, cuando un profesional puede ser también un destripajuegos?
En fin, como siempre lo hago con intención constructiva, y de tener un debate bueno, pero como aquí es muy fácil herir susceptibilidades... Perdón si alguien se ha visto ofendido.
No quiero crear polémica de ningún tipo, pero entiendo que estos temas siempre son un poco controvertidos... La actuación tuvo lugar en un municipio de Catalunya, con un grupo de magia que obviamente no citaré. Era en la calle, en un mini-escenario montado en un parque.
Se hicieron cosas que me parecieron realmente poco afortunadas... Un número de pickpocket, en el que hasta tres niños de diez años vieron cómo le levantaban el reloj a un chico que lo pasó bastante mal en el escenario, después de casi romperle las muñecas (él hizo como que no se daba cuenta, pero le pregunté y se había enterado totalmente). Un número de manipulación de cigarrillos en el que el artista "regaló" el empalme hasta tres veces. Un número de predicción en el que oí con claridad que el público se daba cuenta del cambio de papeletas (así que no es que yo sea quisquilloso porque sepa los secretos). Una baraja invisible presentada en escenario (la gente no aplaudía porque no se enteraba de qué había pasado). Incluso, se atrevió a destripar de arriba a abajo el juego que sólo se le hace a uno, de Slydini, donde la víctima le cantó al final la trampa al artista, sin ningún tipo de reservas.
Los que me conoceis sabéis que siempre soy benévolo en mis críticas (entre otras cosas porque no me creo capacitado para criticar),... Pero es que lo de ayer fue demasiado. Creo que cualquier miembro de este foro habría hecho una mejor actuación.
Ahora me diréis, "era un matado cualquiera"... Pues no. Tuve la curiosidad de indagar algunas cosas más sobre él, y resulta que estuvo en la SEI de Madrid, y que había conocido personalmente a Ascanio, Tamariz y Carroll (nada menos), y que hacía diez años que era profesional. Debo decir que, pese a las deficiencias técnicas, se desenvolvía bien con el público y tenía presencia escénica. Pero este no es el caso: se le vieron los trucos (sí, dije TRUCOS), eso es lo que me preocupa. Por supuesto, contaba con una infrastructura bien preparada: muy buen equipo de sonido, furgoneta y DOS ayudantes. De hecho, tenía otra actuación inmediatamente.
Este señor, como buen profesional cobró lo que le pidió al Ayuntamiento de este municipio, que no debió ser poco (la cantidad exacta no la sé, no me atrevo a preguntar tanto).
Hasta aquí los hechos. Ahora viene mi reflexión:
Tantas veces que se ha puesto el grito en el cielo por el intrusismo profesional en la magia, de algunos aficionados que cobran poco y que "les quitan el pan" a los que son profesionales "de verdad"... Y, ¿no son esta clase de cosas lo que de verdad está matando nuestro arte? Es decir, ¿no es peor que haya artistas malos que artistas baratos? ¿Por qué un profesional tiene siempre mejor consideración que un aficionado, cuando un profesional puede ser también un destripajuegos?
En fin, como siempre lo hago con intención constructiva, y de tener un debate bueno, pero como aquí es muy fácil herir susceptibilidades... Perdón si alguien se ha visto ofendido.