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Daroca
Hola, Letang.
Para intentar explicar este curioso fenómeno, el de una reacción mayor con una no muy limpia transformación de dibujo que con la aparición de toda una señora pecera de un block de dibujo, creo que nos puede ser muy útil distinguir y definir los siguientes conceptos: Anticlímax, clímax doble, dos clímax y clímax expandido. También creo que de igual manera se puede explicar la extraña reacción a tu juego con el carnet "robado".
ANTICLIMAX
Imaginemos el siguiente ejemplo: un chico le dice a una compañera de estudios o de trabajo que le sientan muy bien esos zapatos que lleva hoy, porque esos brillantitos que lleva en los zapatos le combinan muy bien con los de los vaqueros y con los pendientes, que también son brillantes. Ella seguramente pondrá una sonrisa de oreja a oreja; son pocos los chicos que se fijan en esas cosas y creía que probablemente nadie iba a notar sus esfuerzos estéticos por lucir.
A continuación, el chico le dice que según uno viste así es, y que ha notado que esa armonía en su forma de vestir también sale luego en su forma de ser, le sigue diciendo que le considera una persona diferente, excepcional, que realiza las cosas de manera muy profesional, muy eficaz, y que no por ello pierde la simpatía o está engreída, sino todo lo contrario, todos los que la conocen suelen comentar que es una chica que vale mucho y que le admiran bastante, aunque pocos se atreven a decírselo cara a cara.
Esta chica seguramente vivirá un día muy feliz. Acaba de enterarse que alguien la valora de verdad, y que no sólo es él, sino varias personas que no se lo dicen por timidez pero que la consideran en muy alta estima. Los días posteriores serán de una simpatía especial y miradas brillantes hacia ese chico, y hasta entra dentro de lo posible que acabe enamorándose de él.
Bien, pues ahora imaginemos la historia con las fases invertidas. Sin comenzar con el elogio de la combinación de brillantitos entre zapatos y ropa, el chico comienza a elogiar su eficacia y simpatía, es decir, todo lo que venía después. Si consigue introducir sus elogios de manera no brusca, para que vengan a cuento, ella se sentirá igual de bien; las palabras del chico le han transportado a una nube de satisfacción; existen varias personas que se fijan en ella, que la admiran y la valoran especialmente.
Sin embargo, el chico también quiere decirle lo de los zapatos, pero va y se lo dice AHORA, después de ese elogio brutal y maravilloso. "Ah, y por cierto, los zapatos te combinan muy bien con el cinturón y los pendientes"... Shocked _"Ah, jeje, gracias Confused " El chico no ha dicho nada malo, al contario; sin embargo acaba de hundir un poco el clímax anterior, ha difuminado un poco la nube de felicidad tan bonita que había creado. ¿Por qué? Pues porque ese elogio no pega ahí; es un halago bonito, pero bastante menos fuerte, menos importante, y el dedicar un tiempo para pensar en él, hace que se tenga que parar de saborear la emoción anterior, que era la verdaderamente potente. Es un anticlímax.
Es curioso, pero los tres conceptos que quiero definir tienen una analogía sexual referida al comportamiento a seguir en la meseta del orgasmo (pero hablando de Sexología científica y sana, de la que pueden leer también los dameros jóvenes porque es educación y cultura básicas). La analogía de del anticlímax sería el de la equivocada estimulación post-orgasmo. Si después de un orgasmo femenino, el hombre no se da cuenta y sigue estimulando, esas sensaciones irán en detrimento del placer del orgasmo. El buen amante ha de darse cuenta de que éste se ha producido, para entonces parar la actividad y ponerse a abrazarla o acariciarla no sexualmente; seguir estimulando sexualmente produce un anticlímax que impide percibir bien el clímax.
En Magia es lo mismo. Si una fase de una rutina acaba con dos clímax sucesivos, el segundo tendrá que ser más fuerte que el primero, o por lo menos igual. Si es menor, congela la emoción del anterior. Es un defecto de construcción del juego.
Pongamos este ejemplo: una carta se elige, se firma, y el espectador la introduce entre cuatro comodines que tiene en sus manos, custodiándola. El mago muestra sus manos vacías, y bajo una música apropiada las entrecruza con elegancia y entre ellas aparece una carta de dorso, boca abajo. El mago pide que busque la carta que estaba entre los comodines y ya no está. El mago vuelve la carta y resulta ser la carta del espectador firmada.
¡Maravilloso! Pero ahora, al mago se le ocurre hacer esto: aprovechando que aparentemente no ha visto la carta y que al aparecer estaba boca abajo y no la ha podido ver, y al volverla la ha encarado hacia el público y tampoco la ha visto, pues se le ocurre adivinarla. "Ah, y a ver que me concentre...¡Es el 7 de rombos! TACHAAANNNN"... Confused Anticlímax. Después de ese efectazo, haces una adivinación en condiciones poco claras, pues no está tan claro que no hayas podido verla de reojo, y que poca continuidad tiene con el efecto anterior. Has impedido que la gente saboree y goce el clímax principal, despistándola con este menos fuerte. Mejor no hacer nada.
También podemos catalogar un segundo y tercer tipo de anticlímax: anticlímax por ruptura de la armonía interna y anticlímax por desestructura del juego. Esto lo haremos al final del siguiente punto, cuando hayamos definido el clímax doble.
CLIMAX DOBLE
El clímax doble es sencillamente el conjunto de dos clímax, siendo el segundo más fuerte que el primero, o por lo menos de igual rango (y que guarden armonía entre ellos, que el segundo no desestructure al primero). Pueden sucederse con una breve distancia temporal o bien superponerse. Es algo perfectamente aceptable; no es un defecto.
De lo que no estamos hablando es de una rutina con dos clímax en fases distintas. Eso no es un clímax doble; eso son dos clímax. Si tomas una moneda y haces que penetre el fondo de un vaso, la gente aplaude; si después dices que eso lo consigue porque la moneda no es real, sino que es tan sólo una ilusión, y automáticamente desaparece entre tus dedos... Otro aplauso. No es un clímax doble; son dos clímax.
En cambio, una carta que además de viajar se recompone, es un clímax doble superpuesto. Una baraja que al extenderla se ve que todas las cartas mezcladas boca arriba y boca abajo se han colocado en el mismo sentido, excepto una que aparece boca arriba (o boca abajo para introducir suspense en vez de sorpresa), y que resulta ser la elegida...Eso se un clímax doble superpuesto. Y si un mago de escena aparece de la nada un pañuelo y en seguida de él una paloma, eso es un clímax doble sucesivo, no superpuesto (pero ya no son dos clímax, sino un clímax doble sucesivo).
En los clímax dobles sucesivos hay una limitación. No se pueden hacer 20 o 30 clímax sucesivos (por exagerar el ejemplo). La gente se cansa. Si hacemos aparecer una carta elegida, que en seguida cambia su dorso de color; acto seguido lo hace su cara, a continuación se transforma en una bola, que se convierte en dos, y una de ellas cambia de color...Eso es un castillo de fuegos artificiales y aturde. (No me refiero a un número de escena coreografiado, sino a la resolución de una rutina de cerca).
El ejemplo de la vida real sería el que hemos dicho antes de los zapatos y la valoración posterior, pero en orden correcto. Y la analogía sexual sería el multiorgasmo en la fase de meseta, en las personas que pueden alcanzarlo.
Y también hay que referirse a un caso de aparente clímax doble algo engañoso, porque aunque guarda el "crescendo", es en realidad un anticlímax, a pesar de que el segundo clímax tiene una fuerza mayor; esto es porque desestructura al primero o por lo menos no guarda armonía con él. Imaginemos que en una rutina de monedas que viajan de una mano a otra, un segundo después de constatar el viaje de la última moneda, el mago hace aparecer una paloma tirando de un bucle con el pulgar de la mano que no atrae la atención. Evidentemente es un anticlímax. No pega ni con cola y va a evitar que se saboree el viaje de las cuatro monedas, y sin embargo este segundo clímax de la paloma es más fuerte que el primero, es superespectacular. Por tanto no basta que el segundo clímax sea de mayor o igual rango, sino además que guarde una armonía interna con el primero. Si no tendremos un anticlímax por ruptura de la armonía interna.
E imaginemos ahora que este mismo mago renuncia por fin a hacer aparecer la paloma, pero que empecinado en añadir algo más, aprovecha la distracción de la aparición de la última moneda en la mano, para con la otra cargar una pila de monedas y esparcirlas sobre la mesa, a modo de gran multiplicación, diciendo _"Pero no me importa que viajen a la otra mano, porque en ésta... ¡puedo tener las monedas que yo quiera!". Pues es un anticlímax, a pesar de que sea más fuerte y a pesar de que que guarde relación con el juego y el material que se utiliza. ¿Por qué? Pues porque desestructura el juego, rompe el hilo interno. Otra cosa es que tras hacer aparecer tres o cuatro monedas aisladas, termine con una aparición múltiple de muchas monedas; ahí perfecto, pero en monedas de una mano a otra no pega. Anticlímax por desestructura.
CLIMAX EXPANDIDO
Este concepto es muy bonito. Se trata de un sólo clímax, no de dos. Sin embargo, es un clímax que se revela en dos (o más) instantes diferentes y sucesivos. Es algo muy bueno, no es un defecto. Y muchas veces es el tipo de clímax que mayor potencia tiene.
Comencemos con un ejemplo de la vida (también sentimental que son los más bonitos). El marido le dice a la mujer que este aniversario de boda que se acerca, cenarán en... ¡París!... Very Happy Alegría inmediata; se trata de un anuncio divertido y sorprendente de un viaje a París. Pero en seguida, el marido dice: "Pero tendremos que darnos prisa para hacer un recorrido romántico por las calles parisinas para que nos dé tiempo a llegar al restaurante, ya que esa misma tarde llegaremos de Londres, en donde te quiero llevar a ese musical que tanto querías ver. Surprised Very Happy El marido acaba de quitar una capa más del regalo. No son dos regalos, es uno solo: un viaje a Londres y a París, pero que lo ha revelado por etapas. Y todavía podría decir: "Y tendremos que alojarnos en un buen hotel, porque para entonces estaremos algo cansados del largo viaje. _¿Largo de Londres a París? _No, cariño, largo de Nueva York a Londres, porque Nueva York va a ser la primera etapa de nuestro viaje de aniversario. Surprised Surprised Surprised Very Happy Very Happy Very Happy Ahora son tres etapas en que has revelado el mismo regalo. Un solo regalo en tres etapas, pero un solo regalo; un viajazo Nueva York-París-Londres.
(...)
¿Qué es en Magia un clímax expandido? Pues por ejemplo, colocar dorso arriba sobre el tapete una carta elegida. Ahora, el mago toma un comodín y dice que como vale por todas va a adivinar esa carta gracias a que el comodín va a adoptar su imagen. Realiza un pintaje y el comodín se transforma en el 3 de Picas, que era la carta elegida. Aplausos. Pero ahora dice el mago que no, que en realidad no es que el comodín haya copiado su imagen, sino que es la misma carta que el espectador ha tenido en sus manos la que ha viajado al lugar del comodín, porque el comodín ¡ha viajado al lugar de la carta! Vuelve la carta de dorso y resulta ser ahora el comodín. ¿Se trata de un clímax doble? No, se trata de un sólo clímax, pero revelado en dos etapas. Se supone que era un viaje de carta, pero primero se ha visto que en manos del mago ya no estaba el comodín sino la carta elegida, y luego se ha revelado la segunda parte, que ha hecho comprender que era un viaje y no una transformación.
Dos clímax expandidos famosos de Juan Tamariz: el final de La gran coincidencia, en donde todas las cartas existentes se han ordenado en la misma secuencia que sus homólogas de dorso diferente. Sin embargo, primero se muestra que ha ocurrido así con las de la mesa, y luego se amplía a que también lo han hecho las que los espectadores guardaban en el bolsillo. No es un clímax doble, sino uno expandido. Otro igual: el de su Reloj Arco Iris: Primero adivina la carta y la hora. Y como segundo o tercer clímax muestra una transformación del dorso de la baraja. Pero en tres momentos sucesivos. Primero creo que enseña el dorso de las cartas del reloj, después el de las cartas que había contado el espectador, y por último muestra que el resto de la baraja también ha transformado su dorso. Clímax expandido. (Y también clímax doble o triple sin contamos las adivinaciones primeras).
Bien, pues esto es a lo que voy. El juego de Cyril NO ES UN ANTICLÍMAX, a mi modesto entender. TAMPOCO ES UN CLÍMAX DOBLE. Sino que es UN CLÍMAX EXPANDIDO. El efecto es que un dibujo se convierte en realidad. Sin embargo, lo que se ve al principio es la aparición de una pecera de dentro de un block de papel. En este momento, el público no se traga del todo la posible explicación de que el dibujo se haya convertido en realidad. Lo ve más bien como una aparición de pecera a partir de un dibujo. Aplaude la aparición. Vale. Y el aplauso es moderado porque la aparición es poco limpia (entre los pliegues de un block grandísimo) aunque muy fuerte y bien cubierta. Bien, pero ahora Cyril abre el block y se ve que el dibujo de la pecera ha desaparecido (y la hoja parece ser la misma pues están las mismas palabras que acaba de escribir, incluída la tachada de "Ball"). Ahora es cuando el público cae en la cuenta de que no es una aparición de una pecera, sino que de verdad es un dibujo que ha saltado al mundo real.
Es gracioso que la desaparición del dibujo no es nada fuerte en sí misma, porque cerrar un block y abrirlo y que ya no esté el dibujo es perfectamente explicable por cualquier niño: "Lo ha abierto por otra hoja que no tiene dibujo". Es una tontería. Sin embargo viene a completar el efecto de aparición de la pecera. El público no grita por la desaparición del dibujo, sino por la completitud de la aparición de la pecera, que ahora cobra una nueva dimensión.
Y el juego de Letang, en el que parece que la gente se asombre más de que el carnet del espectador haya aparecido al lado de la carta elegida que de que éste aparezca en la baraja cuando debería de estar en el bolsillo del espectador, creo que también puede explicarse entendiendo que es un clímax expandido. El público no grita porque se haya localizado la carta perdida, sino porque el viaje del carnet cobra una nueva dimensión, un motivo que le da sentido: ha ido a buscar la carta de su propietario, y se ha plantado junto a ella. Esta revelación es la que hace gritar o aplaudir mucho más al público. Y nosotros nos quedamos pensando cómo es posible que una localización de carta (que hubiéramos podido hacer con una tarjeta de visita o un comodín) sea más fuerte que el viaje de un carnet de la cartera del espectador a la baraja. No es que sea más fuerte, es que viene a expandir el clímax del viaje del carnet.