Repasando estos juegos se me ha ocurrido la siguiente idea, en la que tres de los cuatro efectos se podrían unir en una rutina. La comparto por si alguien quiere trabajarla:

Preparación: Usaríamos 24 cartas, es decir, doce parejas de cartas iguales (no homónimas): dos sietes de Corazones, dos Reinas de Picas, etc.

1 - Damos a mezclar al espectador y comenzamos con Doble predicción, tal y como viene explicado en el libro. En vez de buscar las cartas homónimas, hacemos la predicción con las cartas gemelas. El efecto puede venderse como coincidencia, lo cual encaja con el resto de la rutina.

2 - Tras este efecto el espectador puede volver a mezclar y pasamos a Coincidencia para dos espectadores. El manejo sigue siendo igual que en el libro, pero usando doce parejas de cartas en lugar de cartas cortadas por la mitad. Si en el anterior efecto la coincidencia era con cartas elegidas por el mago, ahora coinciden las cartas de dos espectadores.

3 - Llegamos al final de la rutina con el efecto que considero el más fuerte de los tres expuestos: Vuelvo dos y corto. Requiere preparación R-N-R-N... que podemos realizar tras el efecto anterior. El procedimiento sigue siendo el mismo, pero podemos presentarlo como una predicción (escribiendo previamente el resultado en dos tarjetas), como una demostración de tacto (el mago adivina cuántas cartas quedan cara arriba) o como una coincidencia final (los colores se separan).

Creo que de esta forma nos queda una rutina automática bien maja, en la que los espectadores pueden mezclar y en la cual participan activamente. Estas ideas son referentes a la construcción, así que la rutina puede cambiar radicalmente en función de la presentación que queramos hacer. ¿Os gusta la idea? ¿Qué cambiaríais?