Si me dejas, Álvaro, primero voy a darte la enhorabuena por las ganas de avanzar que tienes, pero luego, con tu permiso, te daré un tirón de orejas, porque, aunque dices que vas a tener en cuenta los consejos que te dan otras personas, has colgado un nuevo vídeo y no has rectificado ninguno de los errores que te han indicado.

Me explico.
Te comentaron que se te descuadraban los do*****, y siguen descuadrándose.
Te dijeron que tienes dos maneras distintas de coger las cartas: cuando haces la trampa y cuando no la haces, y continúas cmetiendo el mismo error.
Te hablaron del discurso plano, de que no entonas, no transmites diferentes emociones, y tampoco aquí has corregido el defecto.
Finalmente (hay más ejemplos, pero con estos creo que vale), te recomendaron que te grabases los vídeos sin subirlos a youtube, que los estudiaras, los corrigieses y los mejorases, y tampo aquí has hecho caso de las recomendaciones.

Cuando alguien pasa de aquello que los demás le indican, consigue dos cosas:
  • La primera, que quien te ha dado los consejos llegue a la conclusión de que no han servido de nada, con lo que dejará de comentar tus trabajos y perderá el interés por ayudarte.
  • La segunda, que tu aprendizaje será mucho más lento, estará cargado de errores (como estos que te han dicho, y, ojo, hay otros michos en los que no entramos porque, de momento, no los podrías entender bien) y el resultado final nunca llegará a ser todo lo bueno que tú quieres.
A este paso, lo tienes muy difícil para llegar a ser un buen mago, porque te falta una de las virtudes esenciales en la magia: la paciencia. Paciencia para ensayar; paciencia para comerte las ganas y no subir trabajos cada dos por tres; paciencia para poder entender cómo haces las cosas y por qué las haces así; paciencia para ir despacio, muy despacio, porque la magia es lenta, muy lenta.
En tu mano está el que pongas interés en escuchar (aquí hay gente de la que puedes aprender mucho) o sigas en tu línea actual: pasándotelo muy bien (enhorabuena por ello) pero avanzando muy poco.
Ánimo, y decide si quieres aprender bien (y entonces tratarás de evitar los tremendos errores en los que incurres) o quieres correr y correr (con lo que seguirás fallando en lo mismo una y otra vez).