Yo opino que no es cuestión de que haya tipos de magia mejores o peores que otros, sino que, como siempre, todo depende de cómo se ejecute. Se puede ser estupendo en magia de salón o una verdadera pena, como en mentalismo, o en grandes ilusiones, o en numismagia o en lo que sea.

Sí que es verdad que hay gente que piensa que por comprar artilugios que "hacen todo el trabajo" ya se convierten en magos y realmente resultan patéticos, pero, como digo, en cualquier rama de la magia. Lo que ocurre es que, por desgracia, hay gente (demasiada) para quien la magia no es más que un modo relativamente fácil y barato de ganarse un dinerito presentando cuatro trucos superconocidos, y que, por tanto, no se preocupan de cuidar lo más mínimo la presentación, la sensación mágica ni nada. Es más, estoy seguro de que a bastantes de ellos les asquean los niños, no tienen ni idea de cómo tratarlos y por eso se les suben a las barbas.

Se ha dicho muchas veces en este foro que los niños son el público más difícil. Yo estoy de acuerdo con esto solo en parte. Llevo 27 años trabajando con niños de todas las edades (y solo unos pocos actuando como mago ocasionalmente para ellos) y si de algo estoy convencido es de que merecen un respeto absoluto; si Tamariz nos encandiló, o Carroll, o Lavand, cuando éramos pequeños -y ahora, of course- es porque muestran un respeto enorme hacia el público, tenga la edad que tenga, y no porque usen o no determinados accesorios para hacer su espectáculo.

Esto es lo que falta: respeto y amor por lo que se hace y por a quién se dirige. Si esto preside nuestra manera de hacer, encontraremos las rutinas, personajes y efectos adecuados para cada momento y para cada público.

P.D.: Respecto a no hacer la función en la comunión, creo que has tomado la decisión correcta. ¡Enhorabuena por tu coherencia!