Me ha encantado el artículo de nuevo. Quiero decir, porque ya lo había leído y me encanta aún más.

Yo desgraciadamente tiro para otro tipo de magia, y digo desgraciadamente porque siempre me ha gustado este tipo de presentaciones. Yo la usaba (sin tener ni idea de que lo hacía) con el juego en el que se corta por cuatro cartas iguales, fallando la última, y el resto adquieren el valor de la carta que había fallado. Soy malísimo para recordar nombres. Comenzaba por un encontronazo real en un restaurante en Asturias con mi padre manejando las cartas y un hombre gigante que se interesó por lo que allí ocurría, e introducía después el reto de cuatro cortes por cuatro cartas iguales.

¡¡Muchas gracias por dejarnos leer un artículo tan rico, Fernando Solo!!

Un abrazo mágico

S. Alexander