Americo, se nota que has meditado el asunto, pero me temo que para todo lo que lo has hecho, has pasado por alto las cosas más esenciales, entre ellas que la magia no es una competición a la que poner reglas para que todos la hagan en igualdad de condiciones. Es arte.

La gente sabe que se usan cartas trucadas, y que se pueden fabricar. Con eso basta para tener una excusa con la que explicar la ilusión que han visto.
Los certificados, además de que también se pueden falsificar (o inventar), no justifican que una baraja se pueda preparar. Y es algo fácil de hacer. Es más, aunque tengas una baraja normal y se la des a examinar, pueden pensar que has agregado la carta preparada después.

Eso de que las barajas gaff con las instrucciones dan ideas a los profanos de que las cartas se pueden modificar, está alejado de la realidad. La gente no piensa tanto en cartas gaff como en cartas marcadas o repetidas.

En conclusión, no serviría de nada.