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23/05/2013, 02:16 #1
El Compinche Insospechado
INTRODUCCIÓN.
Uno de los mayores retos al presentar un espectáculo de mentalismo consiste en ser capaz de ver el efecto desde la perspectiva de tu audiencia. ¿Qué es lo que "piensa" un espectador espectador medio cuando razona sobre prácticamente cualquier rutina de mentalismo? ¿Cómo lo explicarán la mayoría de los "incrédulos"? En muchos casos, la respuesta, por supuesto, es que utilizas un compinche. Ésa es, muy frecuentemente, la explicación más inmediata y fácil. De hecho, para un observador racional y escéptico, el uso de compinches se convierte en una explicación plausible para prácticamente todos los efectos mentales.
IRÓNICA REALIDAD.
Pero de hecho, por descontado, pocos efectos de mentalismo se apoyan en el uso de compinches o algún otro tipo de asistentes insospechados escondidos entre el público. En eso se esconde una ironía nada despreciable que, nosotros como actuantes o creadores de mentalismo, debemos llegar a tener en consideración. En pocas palabras, nuestras mayores energías a la hora de crear y ejecutar, se destinan a idear y presentar efectos que NO recurran al uso de compinches, mientras que los espectadores "escépticos continúan" explicando nuestros milagros asumiendo falsamente que la respuesta tiene que ser la existencia de un compinche.
UN NUEVO ENFOQUE.
¿Cómo hacemos, normalmente, para superar el reto de probar que no estamos usando compinches? Muy a menudo, de hecho, no lo hacemos. Ya que NOSOTROS sabemos que no los estamos usando, cometemos el error de asumir que la audiencia aceptará la legitimidad de nuestra presentación. Ocasionalmente, cuando recurrimos a probarlo, lo hacemos con técnicas como lanzar una pelota de mano en mano para una selección arbitraria de un miembro de la audiencia, o incluso acudimos a métodos que son, en sí, más complejos que el usar directamente un compinche. Y esto demuestra una inversión completa del modo de pensar tradicional para estos casos. Más que no usar un compinche cuando la audiencia asume que sí lo estamos haciendo, ¿por qué no dar un paso más, con ingenio, y lo usamos? En otras palabras, en vez de dedicar nuestras energías para desarrollar y presentar rutinas SIN compinches, en alguna ocasión podríamos centrarnos en el problema de cómo crear al impresión de que NO se está usando un compinche, cuando de hecho sí es así.
UN EJEMPLO.
Tomemos un ejemplo específico veamos cómo se le puede aplicar esta forma de pensar. Digamos que quieres presentar un número ene l que tres espectadores piensan en tres cosas diferentes (por ejemplo, un color, un número y una palabra), que a continuación adivinarás. ¿Qué es lo que normalmente pensamos? Nuestra mente se vuelve hacia estratagemas laboriosas: pizarras trucadas, sistemas de un paso por delante, conceptos de forzaje, falsas numeraciones en tarjetas o pizarras, etcétera. De hecho, pensaremos en casi cualquier cosa menos en usar tres compinches, con los que hayamos acordado previamente un color, un número y una palabra, que serán adivinadas o predichas. Pero, ¿por qué no? ¿Cuál es el método más sencillo? Adoptando esta forma de pensar tan opuesta a la ortodoxia, podemos centrarnos en cómo "probar" de manera convincente que NO se están usando compinches (a pesar de que sí lo hagamos) en nuestro juego. He aquí una posibilidad: empiezas lanzando quince o veinte pelotas de papel al público, pidiendo que los espectadores las vayan cogiendo. das instrucciones para que desplieguen las hojas de papel y vena qué hay dentro, señalando que todas menos TRES, son hojas en blanco. Preguntas quién, de entre los espectadores, cogió las bolas de papel que tenían algo escrito en su interior. Tus tres compinches, previamente aleccionados, levantan las manos,leyendo lo que ponen sus papeles. Uno lee, "primer voluntario", el segundo lee, "segundo voluntario", y el tercero, "tercer voluntario".
¿VOLUNTARIO O COMPINCHE?
¿Cómo llegan los compinches a coger precisamente esas tres bolas? No lo hacen. Todas las pelotas lanzadas son papeles en blanco. En el barullo que se forma entre el público al intentar coger las bolas de papel, los tres compinches cambian las suyas por unas que llevan preparadas en su bolsillo, con el mensaje escrito. Pero aquí está la clave: la selección de los tres voluntarios PARECE imparcial y totalmente legal. El esfuerzo se ha destinado a convencer a la audiencia de que o e ha podido usar compinches, ya que se ha lanzado bolas al azar para garantizar una elección al azar de los voluntarios. Quizás cientos de rutinas que usan métodos que EVITAN el uso de compinches podrían ser rediseñadas utilizando precisamente este método de selección de los compinches. No se trata de usar exactamente este método. Es la filosofía del procedimiento lo que importa, el poderoso concepto de la existencia de un asistente insospechado.
COMITIVA DE COMPINCHES.
El concepto incluso puede utilizarse para obtener toda un gran grupo de voluntarios, algunos de los cuales serían compinches. He aquí una forma. Pocas rutinas de mentalismo requieren la participación de TODOS los espectadores, a pesar de que sean de las que no funcionan con éxito para cada uno de los asistentes. Un ejemplo es el bien conocido "vamos a pensar todos en un número", donde se fuerza un número a la mayoría del público. Inmediatamente después de este efecto, di que necesitarás la participación de un grupo de espectadores para ayudarte más adelante. "para asegurarnos de que estamos tabajando en la misma dimensión mental, voy a pedir ÚNICAMENTE voluntarios que consiguieron pensar en el número que antes he proyectado. Así, podemos tener alguna garantía de que no se tratan de escéticos con actitud negativa. Algunos, como habéis visto, son más receptivos que otros a los experimentos ESP, me gustaría tabajar con ellos".
PASO AL FRENTE, VOLUNTARIOS.
Entre los voluntarios se encuentran tus compinches, como si formaran parte del grupo formado por aquellos con los el experimento anterior ha funcionado. Los compinches habrán levantado antes la mano, para indicar que habían pensado de manera acertada en el número proyectado. Por supuesto, lo más inteligente es no utilizarlos inmediatamente. Mejor que eso, realiza primero algunos efectos en los que no tengan que actuar como compinches, y entonces pasa a la rutina en la que ya sí necesitas que se comporten como tal. Como en el ejemplo anterior, la técnica por la que han sido seleccionados los compinches parecerá tan natural en el devenir de tu actuación, que no levantará sospechas.
CAMBIA DE PERSPECTIVA.
Una vez que empiezas a pensar en el compinche insospechado como otro posible método a usar, tu perspectiva en lo que se refiere a qué se puede llegar a presentar. Efectos que previamente eran impracticables o demasiado difíciles, se convierten inmediatamente en factibles. Vuelve atrás y revisa rutinas que has leído y que te parecieron geniales cuando leíste el efecto, pero no tan buenas cuando leíste el método. ¿Se puede obviar el método y sustituirlo por el uso de un compinche insospechado? Cuando encuentras un efecto así, pon todos tus esfuerzos creativos en cómo harás para usar el compinche sin que los espectadores lo sospechen. Y trabaja con los compinches, su actuación debe de ser perfecta.
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"EL COMPINCHE INSOSPECHADO", Walter Webb. 25 de Marzo de 1988.Última edición por Iban; 23/05/2013 a las 02:19
No hay magia más bella que la propia vida.
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23/05/2013, 03:13 #2
Re: El Compinche Insospechado
Utilizando compinches se pueden conseguir multitud de efectos (la imaginación es el límite); sin embargo, nada brindará mayor satisfacción que conseguir la misma proeza sin la necesidad de estos.
"No es preciso cerrar los ojos para que mientras leas estas lineas, te relajes y entres en trance ahora..."
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23/05/2013, 08:01 #3
Re: El Compinche Insospechado
Interesante artículo, aunque yo tampoco soy partidario de utilizar compinches. Si me permitís la expresión, pactar con un compinche su intervención supone "desvirgarlo" para el mentalismo (no solo a él, sino a todos aquellos a quienes lo comente a posteriori) y esto sí que contribuye a fijar la idea de que cualquier efecto mentalista se basa en este burdo sistema.
qué bonito sería...
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23/05/2013, 09:09 #4
Re: El Compinche Insospechado
Imagino que los compinches pueden ser amigos tuyos magos, no tienen porque ser profanos a los que les has dicho que digan lo que tu quieras.
A mi me he parecido un articulo la mar de interesante.
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23/05/2013, 12:02 #5
Re: El Compinche Insospechado
Iban esto te va interesar es el ultimo dvd de Jean Luc Bertrand.
http://www.youtube.com/watch?v=ouNy25oNSQYÚltima edición por Iban; 23/05/2013 a las 12:08 Razón: Inserto el vídeo.
Como hacen 300 magos para cambiar una bombilla?Uno se sube a los hombros de otro para quitarla y los otros 298 les dicen que ellos no lo hubieran hecho asi.
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23/05/2013, 12:07 #6
Re: El Compinche Insospechado
Última edición por Iban; 23/05/2013 a las 12:10 Razón: Inserto el vídeo.
Como hacen 300 magos para cambiar una bombilla?Uno se sube a los hombros de otro para quitarla y los otros 298 les dicen que ellos no lo hubieran hecho asi.
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23/05/2013, 12:22 #7
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23/05/2013, 13:40 #8
Re: El Compinche Insospechado
El compinche es una técnica. Una más. Muchas veces sustituye a otras técnicas o aparatos en el proceso de un efecto, y como tal debe ser considerada.
No hay nada inherentemente negativo ni positivo en el compinche porque requiere tanto o más trabajo estructural que cualquier otro manejo. Sólo hay que saber ponderar en qué casos y bajo qué premisas hace que el efecto gane.
Por ir un paso más allá, creo que el compinche es una técnica completamente legítima (y potente) y, sin embargo, estoy en contra del compinche instantáneo.Mi Blog: http://tenderistheword.blogspot.com/ We Believe You
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23/05/2013, 23:54 #9
Re: El Compinche Insospechado
Probablemente no conozca la técnica del compinche lo suficiente y por eso la he calificado -tal vez de manera imprudente- como burda y pido disculpas por ello, pero tener a varias personas preparadas entre el público para que corroboren aquello que yo digo o escriban, dibujen o nombren lo que hemos acordado previamente que deben escribir, dibujar o nombrar no me parece la más sutil de las formas de la magia. Y reincidiendo en la temeridad: Con un buen elenco de compinches, ¿no sobraría el resto de técnicas?
(Hago la pregunta con toda humildad, porque es muy posible que mis prejuicios hacia el compinche provengan del desconocimiento. Y ya de paso, si conocéis alguna obra en la que se trate a fondo esta técnica os agradeceré la referencia).qué bonito sería...
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24/05/2013, 00:27 #10
Re: El Compinche Insospechado
Bien llevado es, sin duda, la forma más sutil posible. Un ejemplo más arriba: el artículo que ha compartido Iban.
El compinche, igual que cualquier otra técnica, pierde seguridad con la repetición. De la misma forma en que no sirve un elenco de compinches, tampoco sirve hacer mil dl, ni forzar cartas en todos los juegos...
El trabajo del compinche es sumamente complejo. Estructuralmente, el público no puede ver posible la utilización de compadres, por lo tanto hay que plantearles otras vías que, a su vez, conduzcan a callejones sin salida. Esto no deja de entroncar con las pistas falsas.
En libros de Annemann, Max Maven, Waters... puedes encontrar muchos trabajos interesantísimos con compinches.Mi Blog: http://tenderistheword.blogspot.com/ We Believe You