El Arte por la Verdad

[S. Alexander]

¡Saludos!:

Creí que sería bueno colgar esto aquí y que podría generar debate. Todo lo que sea debanamiento de sesos entre contrarios en opinión genera conocimiento. Es sobre el arte, y creo que este artículo puede tener mucha relación con la magia (penséis o no que sea un arte lo que hacéis/hacen los magos).

El Arte por la Verdad en el Teatro
Por James A. Herne
Traducción: Sergio Alexander

Aquellos que han ido antes de mí discutiendo acerca del Arte por la Verdad son sobrados conocedores del significado técnico o profesional del término; son especialistas, científicos expertos, inspectores de burocracias educativas, profesores de universidad, científicos de agricultura, ensayistas, químicos, estudiantes de sociología en todas sus formas complejas, contribuidores al trabajo sociológico a través de distintas líneas y todas sus ramificaciones – músicos, pintores, escultores y escritores – y cada uno de ellos ha proporcionado un análisis científico de su arte, su verdad y su misión.
Por tanto, no es de extrañar que me acerque a la tarea que me compete con extrema timidez y razonables dudas sobre mi habilidad para hacer valer mi visión del tema de forma adecuada.
Es cierto que he escrito varias obras, dos de las cuales me han otorgado más atención de lo normal por parte de los intelectuales. Se me ha colocado entre los mejores de los que se dedican a aquello que es conocido como el nuevo teatro y la nueva escuela de actuación. Sin embargo, no soy maestro y no enseño más que lo que puedan enseñar mis trabajos. No soy un científico; no puedo dar un análisis científico a mi trabajo ni explicar científicamente cómo está relacionado y en qué afecta a la sociedad o al hogar.

Soy un actor que posee la facultad de ser capaz de escribir y producir sus propias obras, pero eso es ser actor, no un científico. Que a través de mi trabajo he ayudado a algunas personas; que la influencia de mis obras se ha sentido en algunas casas así como en la sociedad, lo sé, pero no puedo explicar el por qué. Dudo incluso si sería capaz de explicar al lector en qué contribuye al arte, en su sentido científico, o qué significa realmente el Arte por la Verdad o su relativa fuerza y valor con respecto al Arte por el Arte.
Sé lo que constituye la verdad en mi propio trabajo; sé cuándo escribo algo que es verdad y cuándo represento a través de mi actuación algo que es cierto; sé el valor que tiene cada palabra que tengo que decir; sé el valor de cada inflexión, de cada entonación, de cada mirada; puedo detectar los errores de mis propias obras o de las de cualquier otro actor o dramaturgo tal y como un director de orquesta puede detectar los errores de un cantante o músico, pero no creo que pueda explicarle cómo lo hago a mi esposa, Mrs. Herne, a quien tantas veces he contestado: ‘Al igual que un habilidoso herrero puede forjar una pieza extraordinaria trabajando el hacer; él conoce el valor de cada uno de los golpes que ha dado su martillo, el valor del calor y el frío al que la ha sometido; conoce cuándo debe dar cada uno de los pequeños giros durante el delicado trabajo que realiza adornando las piezas en la espiral, y aprecia su belleza. Es una obra de arte, pero no puede explicarte cómo se ha convertido en una obra de arte. Lo que sí puede contarte en cambio es cómo los antiguos herreros llegaron a concebir las maravillosas puertas y portales de acero de sus castillos e iglesias.’

El Arte por el Arte, para mí, se preocupa principalmente de su propia delicadeza en cuanto al toque con talento y habilidad. Es estético. Enfatiza la belleza. Su objetivo es ser atractivo. Siempre debe ser bello. No debe contener ni una sola cualidad desagradable. Nunca ofende. Se ha realizado con alta calidad. Mantiene que la verdad es desagradable, o al menos que no es siempre bella. La compensación del artista es el disfrute por haberlo producido.

El Arte por la Verdad, por otro lado, pone su empeño en la humanidad. No es suficiente la atracción o la belleza, o que no ofenda. Lo primero que debe de hacer antes que nada es expresar una gran verdad. Es decir, debe ser siempre representativo. La verdad no siempre es bella, pero en el Arte por la Verdad es indispensable.
El Arte por el Arte debe estar relacionado a la exquisita decoración de algún noble edificio; mientras el Arte por la Verdad debe ser el edificio en sí mismo.
El Arte por la Verdad es serio. Su propósito final debe ser perpetuar la vida de su tiempo. Cuanto más alta la forma de expresión, más grande es el arte.
[…] Si una verdad es desagradable y sin embargo no es esencial, no debe ser utilizada en el arte. […] La verdad es esencial en todas las artes. No veo cómo puede haber arte sin algo de verdad. Mantengo que el deber del verdadero artista es sentar su propia verdad tan sutilmente como deba. En otras palabras: si tiene una verdad que manifestar y puede presentarla sin ofender y continuar manteniendo su poder, debería presentarla, pero si debe escoger entre ofender y retroceder su posición, debería mantenerse firme en sus principios y expresar su verdad sin miedo alguno.

En todas las artes, antiguas o modernas, aquello que es tocado por la vida contemporánea se adhiere automáticamente a la verdad, porque es producida a través de alguna peculiar condición social.

El arte es universal. No puede ser reclamado por ningún hombre, credo, raza o tiempo; y todo el arte es bueno. […] El artista de hoy es el medio de expresión del arte de hoy, fertilizado por el pasado – perfeccionado por las pruebas, fallos, inferioridades y limitaciones de eras pasadas.

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Un abrazo mágico

S. Alexander