Una historia gótica...escrita por todos...

[logos]

La tormenta se escucha en la lejanía. Yo, sentado en mi estudio, contemplo la negra noche que se cierne en las cimas peladas que rodean mi castillo invernal. Un cuadro inmenso detrás de mi butaca, muestra a mi única e inmortal amante, por siempre perdida pero nunca olvidada. En la noche, entre los truenos y los recuerdos, el filo de mi daga emite un brillo sobrenatural. Los viejos libros de nigromantes olvidados me invitan a un último intento de pasar la barrera que me separa de ella. Entonces, una idea de aterradora belleza viene a mi atormentada alma, debo...

[Ravenous]

... continuar mi búsqueda. Mis ojos se abren y recorren las paredes del cuarto, donde penden tapices más antiguos y polvorientos que el propio castillo, mostrando imágenes retorcidas de seres danzantes y criaturas repulsivas, contando historias terribles de dolor y cativerio. Mis manos se acercan a uno de ellos y lo retiran, dejándome ver un reflejo distorsionado de mi propio rostro en un espejo oscurecido y agrietado por los eones. Tras de mí, una puerta cruje. Sé que estoy solo, salvo por la compañía de los los inertes habitantes de los tapices, y las ratas negras que corren ocultas tras ellos. Quizá...

[Magnano]

me haya dejado una ventana abierta y un susurro entre las profundidades de las montañas ha entrado por ella haciendo acto de presencia tras de mi, haciendo chirriar las bisagras de la puerta. No logro entender el por qué de la situación, es mi estudio, yo mismo lo he organizado y he jugado con todos los elementos que he tenido a mi disposición para hacerlo realmente mio, pero hay algo raro, algo que nunca antes había sentido. Es...

[Ricardo Solo]

...tarde y todos deben estar durmiendo. Todos salvo yo, que no distingo el día de la noche. Tengo los ojos hinchados y llorosos. He perdido la noción del tiempo y apenas distingo el crujir de una puerta del de mis rodillas. El estudio constante y compulsivo ha quebrado mis nervios de forma irreparable, pero comienzo a entender. Intento evitar pensar en el ruido, trato de ver una línea recta y definida, pero las ideas se niegan a transformarse en palabras. No puedo pensar. Pensar. No puedo evitar sentir la oscuridad de una sombra a mi espalda. No puedo evitar volverme...

[eidanyoson]

con un escalofrío hiriente galopando de mi nuca a mi coxis.
Nada.
Agudizo mis oídos en un vano intento de percibir cualquier cosa más allá de la temible tormenta.
Nada.
Pero otra vez me atenaza es sentimiento de saberme observado por una presencia abominable justo detrás de mi. Y de nuevo me vuelvo, ágilmente, cual gato asustado, para redescubrir mi atestada mesa de estudio.
Nada.
Cierro los ojos en un apresurado e inútil intento de tranquilizarme, cuando...

[b12jose]

vuelvo a sentir esa sensación, el miedo me paraliza ... soy incapaz de abrir los ojos, intento concentrarme, lentamente consigo ir girando, despacio, poco a poco giro sobre mi mismo... esa sensación esta justo frente a mi, armándome de valor, abro los ojos y ... Nada, no veo nada, sólo los tapices polvorientos, esos seres grotescos que parecen danzar jocosamente frente a mi... pero de repente por el rabillo del ojo creo intuir una sombra, un movimiento, me giro rápidamente y allí ...

[Ricardo Solo]

...no hay nada. O lo hay todo. Si fuera un reflejo podría relajarme, pero no lo es. No hay espejos en mi estudio.

Hay otro yo. Un yo duplicado, una imitación, fiel pero equivocada. Los pequeños errores de construcción sólo serían visibles para mi. Los ojos un poco más juntos, las mejillas más hundidas, la chaqueta un poco más holgada. Sin embargo, soy yo, mirándome con una expresión que conozco bien.

Me mira con condescendencia, como cuando me siento superior a los demás. Cuando se sienta en mi silla parece más alto...

[logos]

Una historia gótica.

Capítulo 1 - Doppelganger


La tormenta se escucha en la lejanía. Yo, sentado en mi estudio, contemplo la negra noche que se cierne en las cimas peladas que rodean mi castillo invernal. Un cuadro inmenso detrás de mi butaca, muestra a mi única e inmortal amante, por siempre perdida pero nunca olvidada. En la noche, entre los truenos y los recuerdos, el filo de mi daga emite un brillo sobrenatural. Los viejos libros de nigromantes olvidados me invitan a un último intento de pasar la barrera que me separa de ella. Entonces, una idea de aterradora belleza viene a mi atormentada alma, debo continuar mi búsqueda.

Mis ojos se abren y recorren las paredes del cuarto, donde penden tapices más antiguos y polvorientos que el propio castillo, mostrando imágenes retorcidas de seres danzantes y criaturas repulsivas, contando historias terribles de dolor y cativerio. Mis manos se acercan a uno de ellos y lo retiran, dejándome ver un reflejo distorsionado de mi propio rostro en un espejo oscurecido y agrietado por los eones. Tras de mí, una puerta cruje. Sé que estoy solo, salvo por la compañía de los los inertes habitantes de los tapices, y las ratas negras que corren ocultas tras ellos. Quizá me haya dejado una ventana abierta y un susurro entre las profundidades de las montañas ha entrado por ella haciendo acto de presencia tras de mi, haciendo chirriar las bisagras de la puerta. No logro entender el por qué de la situación, es mi estudio, yo mismo lo he organizado y he jugado con todos los elementos que he tenido a mi disposición para hacerlo realmente mio, pero hay algo raro, algo que nunca antes había sentido. Es tarde y todos deben estar durmiendo. Todos salvo yo, que no distingo el día de la noche. Tengo los ojos hinchados y llorosos. He perdido la noción del tiempo y apenas distingo el crujir de una puerta del de mis rodillas. El estudio constante y compulsivo ha quebrado mis nervios de forma irreparable, pero comienzo a entender.

Intento evitar pensar en el ruido, trato de ver una línea recta y definida, pero las ideas se niegan a transformarse en palabras. No puedo pensar. Pensar. No puedo evitar sentir la oscuridad de una sombra a mi espalda. No puedo evitar volverme con un escalofrío hiriente galopando de mi nuca a mi coxis. Nada. Agudizo mis oídos en un vano intento de percibir cualquier cosa más allá de la temible tormenta. Nada. Pero otra vez me atenaza es sentimiento de saberme observado por una presencia abominable justo detrás de mi. Y de nuevo me vuelvo, ágilmente, cual gato asustado, para redescubrir mi atestada mesa de estudio. Nada. Cierro los ojos en un apresurado e inútil intento de tranquilizarme, cuando vuelvo a sentir esa sensación, el miedo me paraliza ... soy incapaz de abrir los ojos, intento concentrarme, lentamente consigo ir girando, despacio, poco a poco giro sobre mi mismo... esa sensación esta justo frente a mi, armándome de valor, abro los ojos y ... Nada, no veo nada, sólo los tapices polvorientos, esos seres grotescos que parecen danzar jocosamente frente a mi... pero de repente por el rabillo del ojo creo intuir una sombra, un movimiento, me giro rápidamente y allí no hay nada. O lo hay todo. Si fuera un reflejo podría relajarme, pero no lo es. No hay espejos en mi estudio. Hay otro yo. Un yo duplicado, una imitación, fiel pero equivocada. Los pequeños errores de construcción sólo serían visibles para mi. Los ojos un poco más juntos, las mejillas más hundidas, la chaqueta un poco más holgada. Sin embargo, soy yo, mirándome con una expresión que conozco bien. Me mira con condescendencia, como cuando me siento superior a los demás. Cuando se sienta en mi silla parece más alto...

[Arturo Jiménez]

Deseo huir, pero mis pies están clavados en el suelo.
Deseo apartar la mirada, pero no puedo quitar mis ojos de ese yo fantasmagórico.
Intento engañarme a mí mismo diciendome que quizá se trate de una pesadilla. No lo consigo. Lo que está pasando es real. Extremadamente real.
Pese al tremendo impacto que en mí causa la aparición, puedo pensar con extraordinaria claridad y decido...

[Magnano]

Pese al tremendo impacto que en mí causa la aparición, puedo pensar con extraordinaria claridad y decido dar un paso al frente, decidido, tengo miedo, demasiado como para analizar lo que está pasando, miro ese ser que me contempla bajo un reflejo de mi persona y le pregunto... -¿Qué o quien eres? -Soy tu...