Nunca he compartido la diversión a costa del sufrimiento de una persona del público (aunque sólo sea uno). Que alguien haga reír a los demás por la cara de miedo que pone un tercero me parece tan pobre, tan pobre, que, personalmente (ojo, es una opinión muy personal) a mí me desacredita al artista.
Los efectos en los que se basa una guillotina (elemento con conotaciones de agresividad extrema) y una zig zag (por seguir con el ejemplo anterior) no son en absoluto comparables (tampoco me gusta la zig zag, conste).
Si preguntas a alguien por la calle qué es una guillotina, todo el mundo te contestará (hablará de la cabeza, no del brazo). Si pregunta qué es una zig zag, te dirán que es algo así como la representación gráfica del rayo. A eso me refiero al hablar de la connotación de la guillotina, y a eso me refiero al decir que la encuentro descontextualizada socialmente (y ojalá que erradicada). Y por eso no me gusta.
Pero, insisto, es sólo mi opinión.