"La Actuación; Ganándote el respeto del público"

[Moss]

El maestro "Sarasa" tiene un apellido aún más simpático que el mío.

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Lo "conocí" gracias a Pulgas. Un saludo Fernando.

[Iban]

Viendo a Pit Hartling me hago una reflexión:

Creo que una de las claves del éxito está tanto en el entretenimiento, o en el asombro, como en la empatía. Los 15 segundos del vídeo de del hormiguero, o las impresiones de Tomás son parte de la clave (es en ese momento cuando creamos el vínculo empático).

Los psicólogos, sobre todo los laborales, dicen que tenemos que empatizar con el prójimo (ponernos en su lugar) para conseguir una comunicación satisfactoria. Saber mirarlo desde su punto de vista, sentirnos ellos, etc. Y yo por mucho que lo pienso, veo esta herramienta un poco débil y, sobre todo, volátil. Porque nos obliga a "perseguir" emocionalmente al prójimo para no perderle la pista. Intentar amoldarnos a su psicología significa que, si fallamos, fracasamos. Si se nos desvía de nuestras previsiones, y nosotros pensamos que él A, mientras que en realidad, él, B, la hemos pifiado.

Así, la empatía en sentido inverso se me antoja un vínculo mucho más potente. Si conseguimos que el prójimo empatice con nosotros, entonces lo tendremos mucho más... cautivo, conservando mayor libertad de acción (pues no tendremos que ser nosotros los que le sigamos emocionalmente, sino él a nosotros). Creo que ésa es una de las razones de éxito de los magos... maleducados. Porque han encontrado la forma de no necesitar empatizar, sino que son empatizados. El mago bondadoso puede utilizar cualquiera de las dos direcciones (y, en caso óptimo, ambas). El mago paternal, de él hacia el espectador; el mago al que todo parece salirle mal, del espectador hacie él.

Sé que habéis dicho que es importante preocuparse por las preocupaciones del espectador, pretender satisfacerlas, pero: ¿no los tenemos más atrapados si conseguimos que ellos se preocupen por las del mago?

Si lo conseguimos, claro.

Hablo aquí, el gran profeta...

[Luis Vicente]

Sé que habéis dicho que es importante preocuparse por las preocupaciones del espectador, pretender satisfacerlas, pero: ¿no los tenemos más atrapados si conseguimos que ellos se preocupen por las del mago?

Si lo conseguimos, claro.
Hablo aquí, el gran profeta...

Que el público se interese por nosotros (nuestros arte) es lo ideal. El secreto... ¿quien sabe?

Es lo que pretendemos ir descubriendo, si se puede.

¿Por qué el público se interesa tanto por Belén Esteban con lo poco ofrece y lo repetitiva que es con su hija? Esto si que es el misterio de los misterios.