Todo teória 1

[Marko]

A pesar de haber empezado con un "gol" (atribuirle a Robert-Houdin la autoría de estos consejos), esta discusión ha sido interesante por los que han aportado. Yo solo quiero hacer unos comentarios....

1. Si vas a convertir una manzana en naranja, reduce el tiempo entre el último momento en que se ve la manzana y el primero en que se ve la naranja.

Dicho así parece referirse únicamente a la magia visual pero pensemos cuántas veces encontramos la carta elegida, la ponemos CARA ABAJO en la mesa, preguntamos cuál se eligió, levantamos la puntita de la carta como para ver su cara y preguntamos si no es aquella otra, fingimos habernos equivocados y al cabo de todo esto, mostramos ¡por fin! que la carta es la elegida.

O cuando hacemos que alguien sujete algo en la mano y entonces sacamos la varita que se rompe y hacemos este gag, y luego la que se dobla e ídem y luego la que dispara, etc. etc. y luego el abanico que se rompe y después de varios minutos mostramos que lo que tenía la persona en la mano se ha transformado.

6. Es más importante que la gente pueda oírte que verte.

Por supuesto que en la magia es mejor que te puedan VER pero... uno tendría que estructurar su acto de salón para que en caso de actuar en un lugar difícil (con columnas, malos ángulos, etc.), los que no puedan ver puedan por lo menos apreciar algo por el oído. Sobre todo se aplica a los profesionales que no podemos muchas veces elegir donde trabajamos. Esto nos ayuda, por lo menos, a terminar el acto y COBRAR. Suena cínico pero hay veces que no hay más remedio.

Nótese, sin embargo, que el mago visual, paradójicamente, lo tiene más fácil que el mago charlista en los casos de mala visibilidad ya que nadie le puede culpar por los defectos del local y como tiene menos relación con el público y no requiere tanto sus reacciones, con que se limite a actuar para los que lo pueden ver bien, cumple con la papeleta y cobra.

Por supuesto los dos párrafos anteriores se refieren solamente a aquellas situaciones en que el local es malo... en todos los otros casos el mago deberá siempre intentar llegar a todos sus espectadores.

8. Al contar una historia, si es posible, personalízala; sé tú el héroe.

Esto es lo que más ha dado que hablar y, en efecto, salir a contar que uno conoció a un fullero en tal o cual sitio, dándole la entonación que le da El Manco, es como increíble... sin embargo se me ocurre que yo podría decir:

Cuando yo era un muchacho, mi padre era propietario de una pensión barata en uno de los barrios más bajos de Panamá. Mi padre, para ahorrar, me llevó a trabajar ahí un verano en mis vacaciones cuando yo tenía catorce años. Me daba solamente un dólar diario pero no me importó porque ahí conocí unos tipos y también unas tipas de lo más... ¿cómo podría decirlo?... de lo más pintoresco. Imagínense ustedes si pueden una pensión de mala muerte en un barrio bajo de la ciudad de Panamá... cerca del puerto: borrachines, estafadores de pacotilla, marineros en tierra, prostitutas, tipos que no se sabía ni siquiera de qué vivían.

En esa pensión vivía un tipo a quien apodaban "Loquillo" y parecía uno más de aquella fauna tan interesante, pero un día, en uno de los juegos de póquer que se solían armar cuando mi papá no estaba, pude ver que Loquillo era un as con la baraja.... Déjenme mostrarles que fue lo que ocurrió aquel día...

-------------
Y a partir de este punto me lanzaría con el truco que haya que hacer, contando que lo vi cuando era un muchacho pero dejando de protagonista a Loquillo. Creo que al no pretender ir uno de tahúr ni de Indiana Jones sino solamente contar una historia de la que se fue testigo y demostrar con la baraja (o con lo que sea) lo que ocurrió, el público recibirá la historia con menos incredulidad que de la otra manera. Nótese que es perfectamente creíble que mi padre tuviera la dicha pensión. Esto le da verosimilitud a la historia y no es tan difícil de tragar como si dijera lo que dice Lavand.

Yo creo sinceramente que al ser Lavand el tío que más nos ha impresionado con este tipo de historias, se nos hace difícil a los magos, cuando pensamos en esta clase de charla, pensar en otra cosa que no sea el estilo de él y por eso los que se atreven a hacerlo se decantan por contarlas a su manera (la de Lavand) y también con el lirismo o dramatismo que les da él. Ni se nos ocurre casi que hay muchas más formas de contar una historia mágica.

10. Dí siempre lo mismo en el mismo punto de cada juego.

Esto, por supuesto, no solo es una tontería sino que también es aburridísimo.

Marko

[ewy99]

Eso me recuerda al juego del rey del corte Pepe Carroll y Juan Tamariz

" y hoy..como aquella noche" " esa noche había en el local..."