El humor en la magia infantil

[Pulgas]

Uno de los recursos más utilizados en la magia infantil es el humor. Por eso abro este hilo, para que hablemos un poco de él en relación al público, a la estructura de nuestro espectáculo y a la manera de llevarlo a escena.
De momento se me ocurren estos puntos de los que podemos hablar. Hay más, pero y espero que vayan saliendo.
En cualquier caso, y para romper el hielo, aquí dejo un posible esquema y empiezo a comentar algunas ideas sobre el primero de los puntos.

Posibles puntos a desarrollar.
¿Por qué introducir el humor en la magia infantil?
¿Qué necesito para hacer reír al niño?
El gag recurrente.
La estructura del Club de la Comedia.
El humor y las diferentes edades.

Humor y participación activa del públio.
Me río con el público, nunca del público.
El humor "peligroso"

¿Por qué introducir el humor en la magia infantil?
Una de las piezas cave para que funcione todo espectáculo es que el público se lo pase bien. Esta afirmación, verdad de Perogrullo, tiene mucho más sentido cuando se trata de enfrentarnos a una gala de magia infantil, pues el niño, cuando se aburre, manifiesta su descontento con absoluta espontaneidad: hablando, moviéndose, incordiando a cuantos están a su lado, y, por supuesto, al actuante.
El “pasárselo bien” no es necesariamente sinónimo de comedia, pero en ella tenemos una de las herramientas más importantes al enfrentarnos al público “peque”. Por eso me animo a abrir este hilo donde, si os parece, intentaremos desgranar algunas de las claves del humor dentro de la magia infantil.
El primer punto, en mi criterio, sería el tener claro que nuestro espectáculo está basado en la magia, es decir, todo está supeditado a ella: el desarrollo de los juegos, los gajs, la charla, los comentarios improvisados…
Visto así, ¿por qué introducir el humor en la magia infantil?
Primero, porque reír es saludable (para todas las edades, claro).
Segundo, porque la risa permite a nuestros espectadores relajarse, al mismo tiempo que descargan tensión, con lo cual se mostrarán más receptivos en los instantes en los que nos interese más reclamar su atención de una manera más constante.
Tercero, porque el niño, dentro de sus características, necesita más acción, más dinamismo, y los instantes cómicos se los proporcionan.