Estimados, Hace algunos días, buceando en el pasado, me encontré con un hilo de José Castiñeiras, en el que expresaba una idea, que por aquel entonces, época de vacas sagradas, no cuajó.

Pero llevo días dándole vuelvas, y me he decidido a replantear aquello que en su día calló en el olvido.

Estamos en un foro, en el que cada día entra gente pidiendo secretos, trucos, consejos, ayuda,... y eso está genial. Gente que pide, gente que da, es un buen foro donde todos aprendemos, pero...

Cuando un profano quiere aprender magia, en algunas ocasiones no somos del todo amables, en otras le remitimos al buscador, en otras le aconsejamos algunas lecturas,...

La reflexión es: ¿Es ético, y repito, es ÉTICO como magos recomentar el CF o la GEC a alguien que pide, o a alguien que quiere iniciarse? e incluso remitirle a la biblioteca?

Todos somos conocedores (creo) de lo que albergan CF y GEC, tan poco lo valoramos como para recomendarselo a profanos, que en ocasiones no se convencen, no termina de gustarles la magia, no vuelven a entrar al foro?

No queremos hacerles el trabajo duro, ni ponerles las cosas fáciles, luchamos por el secretismo que es la esencia de este arte. Nunca ha sido fácil aprender magia y colarse en este mundo, y por ello existen foros como este, para facilitar las cosas, permitir que magos de distintos lugares puedan reunirse, aprender y estudiar juntos,...

Pero no es poner las cosas demasiado fáciles recomendar los anteriores? y regalarlos al público profano tan fácilmente? mencionar su nombre a la ligera dada la capacidad de programas P2P y buscadores??

Creo que quien realmente quiere aprender magia, tarde o temprano llega al CF y a la GEC.

Esto no es más que una llamada a la conciencia, pero si son más los que piensan de igual manera, quizá habría que plantearse sugerir una norma que cuide y proteja estos ideales.

En una conversación independiente a la temática de este hilo, José Castiñeiras me dijo:

-Amo demasiado la magia como para ponerla en manos de un profano.