Sígue a tiendamagia en las redes sociales:
Follow us on Facebook Follow us on Twitter Linked In Watch us on YouTube Blogger
Página 5 de 8 PrimerPrimer 12345678 ÚltimoÚltimo
Resultados 41 al 50 de 79
  1. #41
    Fecha de Ingreso
    25 jul, 04
    Mensajes
    272

    Predeterminado

    Cita Iniciado por azegarra
    Quisiera saber si tiene algun espectaculo en Argentina o Chile cual es y cuanto cuesta, o en todo caso algun calendario de sus presentaciones.
    Esta es su página personal:

    http://www.renelavand.com/

    Hace mucho que no se pone al día en cuanto a futuras actuaciones, pero es posible ponerse en contacto con él y preguntarle directamente.

    Mágicos saludos.

  2. #42
    Fecha de Ingreso
    27 mar, 08
    Ubicación
    madrid
    Mensajes
    113

    Predeterminado

    Cita Iniciado por shark
    Cita Iniciado por esnar
    no he visto mucho de el, solo he visto el juego de no se puede hacer mas lento, y se me hizo demasiado repetitivo y aburrido...
    .... es que para hablar de un tema, lo mínimo es conocerlo.


    (pd: Sí, he vuelto.)

    (pd2: en efecto el señor lavand va "viejito")
    acaso he hablado de algo que no conozca??
    he hablado de un juego que he visto y que conozco, ademas es solo una opinion.

  3. #43
    Fecha de Ingreso
    27 mar, 08
    Ubicación
    madrid
    Mensajes
    113

    Predeterminado

    Cita Iniciado por Vangrant
    Cita Iniciado por esnar
    no he visto mucho de el, solo he visto el juego de no se puede hacer mas lento, y se me hizo demasiado repetitivo y aburrido...
    Entonces no se que haces posteando en cartomagia Tendrás que ir a un foro no sé..
    EDITO: Lo siento Shark, he visto luego que habias contestado, pero al ver ese post, he tenido que contestar de inmediato
    es que acaso no puedo dar mi opinion sobre UN JUEGO??
    a lo mejor veo otros de el y me encantan, y tendre que ir a un foro de que?
    a lo mejor de magia??para aopinar y aprender de magia?? ah pues si ahora que me lo dices recuerdo uno mira es: www.magiapotagia.com

  4. #44
    Fecha de Ingreso
    02 abr, 08
    Ubicación
    Banfield - Buenos Aires - Argentina
    Edad
    50
    Mensajes
    1,236

    Predeterminado

    Ironic mode ON
    jajajja....este hilo es fenomenal....
    Ironic mode Off

    Para los que dicen que el tipo es repetitivo, que se le notan mucho los movimientos y le confia mucho a esas 2 camaras y bla bla bla, les voy a decir algo....

    Intenten ustedes cartomagos amigos hacer un Second Deal con una sola mano y que se les note tanto como a él.
    ni hablar de una "Dada en Cuarta" y tambien con un solo dedito !!!!.
    Por dios, de solo verlo se me paran los pelos.

    RENE es un Grande y va a estar sentado a la derecha de 10ios cuando muera.

    Saludos
    Ariel - Buenos Aires

  5. #45
    Fecha de Ingreso
    04 ago, 06
    Ubicación
    Ourense
    Edad
    54
    Mensajes
    2,033

    Predeterminado

    al ladito de maradona verdad...
    Dame una razón para darte información que a mi me ha llevado meses encontrar y asimilar.
    NO tengo porque hacerte el trabajo sucio..

    Soy borde porque he ganado un FISM,un Oscar y un Emmy ...y tú no.

  6. #46
    Fecha de Ingreso
    26 may, 05
    Ubicación
    Móstoles (MADRID)
    Edad
    53
    Mensajes
    1,053

    Predeterminado

    AHC, el realizar las técnicas con una mano no justifica lo que pretendes, ten en cuenta que lo realmente valioso de Rene Lavand no es realizar las cosas con una mano, cualquiera de nosotros si estudiásemos y realizásemos nuestras técnicas con una mano... quizá 50 años después, (son bastantes menos de los que lleva el maestro Lavand haciéndolo), tuviéramos una calidad igual o superior (pensar que él lleva casi toda su vida mágica realizando los juegos así). Decía que lo realmente valioso es tener la fuerza de empezar o continuar con aquello que te gusta superando ese obstáculo.

    Abrazos
    En mis mejores momentos.....
    SIEMPRE pongo la BSO "EL PUENTE SOBRE EL RIO KWAI"

    http://dialogosdelobo.blogspot.com/

  7. #47
    Fecha de Ingreso
    02 abr, 08
    Ubicación
    Banfield - Buenos Aires - Argentina
    Edad
    50
    Mensajes
    1,236

    Predeterminado

    Cita Iniciado por Marco Antonio
    Decía que lo realmente valioso es tener la fuerza de empezar o continuar con aquello que te gusta superando ese obstáculo.
    Concuerdo en este punto contigo, es por eso que el Maestro fue, es, y será uno de los Cartomagos y "Lentidigitadores" con mas prestigio.

  8. #48
    Fecha de Ingreso
    02 abr, 08
    Ubicación
    Banfield - Buenos Aires - Argentina
    Edad
    50
    Mensajes
    1,236

    Predeterminado

    Ya que estoy les dejo algo de historia sobre este personaje.
    Leanlo, no tiene desperdicio.

    Mis Saludos a todos.


    René Lavand da la mano con una naturalidad impostada, consciente de que ese simple acto protocolar, a menudo despojado de la más mínima carga emocional, ejerce sobre el receptor una fascinación humillante. No hay equilibrio en ese ejercicio fraterno que supone la despedida y que certifica, quizá para siempre, la imposibilidad de desentrañar el misterio escondido en esa mano, que saluda como dejando constancia de su inocente superioridad. René Lavand, ilusionista, 72 años, barajador de anécdotas y bon vivant empedernido, sentencia, poco antes de despedirse: “Mi intención no es humillar a nadie”.
    Lo hace, sin embargo, cotidianamente. En la sala del Multiteatro, donde todos los fines de semana presenta su nuevo espectáculo de ilusionismo, despliega un arte que opera por sustracción: la magia no está en lo que muestra sino en lo que oculta, detalle que anula de entrada los mecanismos lógicos del virtuosismo. Mientras apabulla a los espectadores con sus juegos de naipes tamizados por historias de tahúres y citas de Borges, Lavand comprueba el carácter inexorable de su victoria. Cada vez que el silencio pasivo de la sala se va tiñendo de tensión, como si se entablara una competencia sorda entre engañador y engañados, se va tejiendo el final invariable: un delicado e indescifrable golpe de KO por parte de Lavand, una ovación (levemente resentida, debe decirse, aunque sea la admiración lo que aflore exteriormente) por parte del público. “Yo escucho los murmullos posteriores a mis juegos. Sé que mucha gente, abajo del escenario, se acuerda de mi pobre madre. Ella aceptaría el ‘calificativo de cuatro letras’, porque aquel muchacho de nueve años que perdió su mano en un accidente dio lugar a estos insultos que no hacen más que halagarla.”

    Desde los nueve años, Lavand anda por la vida con una sola mano. En Coronel Suárez, donde su familia (padre asturiano, madre vasca) se había ido a vivir cuando él era muy chico, un día de carnaval le marcó las cartas: mientras jugaba con unos amigos en la calle, fue atropellado por un auto, que le aplastó contra el cordón de la vereda parte de su antebrazo derecho. “Me agarró entonces el síndrome paranoide de la castración. Ese complejo lo traduje en un deseo de superación desmedido. Ya desde los siete años jugaba un poco con los naipes. Cuando todavía vivíamos en Buenos Aires, una tía me había llevado a ver a un mago chino que venía desde el Lejano Oriente para deslumbrar a grandes y chicos con sus trucos. Chang se llamaba. Me acuerdo que lucía un kimono de seda natural con dragones bordados a mano. Su show transcurría con una serie increíble de apariciones y desapariciones, y es todavía hoy uno de los recuerdos imborrables de mi infancia. Como en mi casa yo no hablaba más que de Chang, un amigo de la familia aficionado a la prestidigitación me enseñó un juego con cartas, que empecé a practicar. Después del accidente, las cartas se transformaron en una obsesión para mí.”
    Creció con una doble sensación de soledad: la que se dibujaba alrededor de su mutilación no asumida, y la de llevar adelante un hobby sin cómplices ni aduladores. Ya instalado en Tandil, la adolescencia lo sorprendió sin progresos artísticos. Siempre el mismo truco, repetido con pasión de autómata. Conoció a un chico que coincidía en sus mismas obsesiones y que le reveló algunas claves mnemotécnicas de objetos y palabras, además de mostrarle un libro, Cartomagia, de J. Bernat y E. Fábregas, que lo sumió en la desesperación: “Todas las ideas que yo había creado para mi juego ya estaban en ese libro desde mucho antes. Igual me lo devoré, y terminé más angustiado. Las técnicas que enseñaban no me servían para nada, porque Bernat y Fábregas tenían dos manos... Allí me di cuenta: debía romper los cánones, inventarme a mí mismo, crear mis propias técnicas”. La euforia creativa se multiplicó, como ese fuego interior que sólo puede surgir del infortunio. “¡Voy a hacer algo con esta desgracia!, me dije, aunque en mi casa mis padres se preocupaban porque me veíanreconcentrado, metido en mis juegos. Creo que mi padre se frustraba al ver que yo estaba condenado al fracaso, embarcado con mi particularidad física en un juego de manos. Falleció antes de que yo pudiera mostrarle que podía, que realmente podía. Cuando era adolescente, mi madre me decía: Muy lindo esto de la barajita, pero ¿qué vas a hacer con tu vida? Pero ella sí me vio triunfar. Creo que vivió hasta los 86 años para poder disfrutarlo.”
    Mientras su carrera de prestidigitador se agitaba interiormente, Lavand fue empleado del Banco de la Nación Argentina. Dactilógrafo aventajado, era el asombro de los clientes, que se quedaban observando su habilidad zurda después de renovar los plazos fijos. René les reservaba a sus compañeros de trabajo sus habilidades –por entonces– más secretas, que cabían en ese mazo de naipes guardado con celo en un cajón de su escritorio. La presión de sus amigos aceleró su paulatina “profesionalización”: “El show de Pinocho”, las noches del Tabarís y del Nacional, los primeros contratos. Dos matrimonios frustrados, cuatro hijos, el juego, los viajes, un cóctel que empezaba a prepararse con ingredientes desconocidos para ese muchachito que se perfeccionaba en soledad para vencer sus complejos.
    En ese momento de la entrevista, a René se le humedecen los ojos. Del mismo modo que es imposible desentrañar sus habilidades arriba del escenario, cuesta acompañar el itinerario de sus recuerdos, que zigzaguean entre la tímida acumulación de éxitos profesionales y la sensación permanente de zozobra emocional. Ahora que vive feliz en su casa tandilense (una finca llamada “Milagro verde”, en la que acondicionó un viejo vagón de tren, el “Pata de Fierro”, para que paren sus amigos cuando lo van a visitar, y donde también acondicionó una especie de jardín botánico con más de 500 especies) en compañía de Nora, su mujer; ahora que el álbum familiar está lleno de aplausos y premios, René parece esconder una melancolía muy profunda, abonada por viajes de trabajo y aventuras por todo el mundo, en hoteles impersonales, en casinos provocadores y, fundamentalmente, en la certeza de que “el personaje Lavand” se impone con la ambivalencia de su defecto transformado en virtud. Con esa paradoja a cuestas, René humilló a millones de telespectadores en los shows de Ed Sullivan y de Johnny Carson, adonde llegó gracias a los oficios de una buena señora que le vio pasta y lo “vendió”. “Todavía recuerdo la cara de Ed Sullivan y el asombro de quienes nos rodeaban. Imaginate lo que era para un norteamericano llevar a la tele a un prestidigitador manco. Era como presentar a un bailarín rengo.”
    En la sala de Multiteatro se lo ve sobrar la situación, ligereza que deja intuir un torbellino interno. Se le pregunta luego por el miedo. ¿Alguna vez lo sintió? ¿El día que estuvo frente a Ed Sullivan y millones de telespectadores? Lavand sale de su personaje entrañable y dice que sí, que esa vez tuvo mucho miedo. “¿Sabés lo que pasa? El actor se puede equivocar, se confunde la letra y se corrige enseguida, la gente se da cuenta o no se da cuenta, y no importa. Yo no puedo sacar el dos de oro en lugar del cuatro de espada. Me di cuenta de los riesgos que corro. Ya me creen capaz del milagro y la verdad es que si el público considera que lo que hago son milagros, mejor para mí. Siempre y cuando no me equivoque. Y esas cosas que parecen hechas con tanta naturalidad... no sabés, para lograr ese temple, esa aparente seguridad en mí mismo, todo lo que tengo que transpirar, practicando todos los días de mi vida.”
    Pero miedo, lo que se dice miedo, sintió una vez. Lavand cuenta la anécdota, una entre tantas para él, con sencillez y picardía. Está relatada en el libro René Lavand, barajando recuerdos, una suerte de autobiografía que se vende en los shows. En 1992 fue contratado para trabajar cuatro días para el Cartel de Cali. Sin saberlo previamente, claro. Un “intermediario” argentino arregló todo, con la mayor discreción. René compartió el viaje con un cómico y una vedette. En Cali lo esperabanun hotel 5 estrellas, un cachet desmedido, y la ignorancia más absoluta respecto de quién organizaba la fiesta a la que había sido invitado. No cabían ni los cómo ni los porqué. Una mansión custodiada por una veintena de hombres armados hasta los dientes certificaba la inconveniencia de exteriorizar los interrogantes. Tuvo que jugar, ante un grupo de millonarios, entre mesas donde circulaba “el alcohol en botellas y la cocaína en platos”. Jugó fuerte, y su buena llegada a los comensales se convirtió en un boomerang. “¡Tiene clase, tiene clase!”, le gritaban, excitados. Lo habían contratado para que actuara durante quince minutos. Pero le pidieron más. “Lo queremos más tiempo, gustó mucho...” “No quise aburrirlos –les contestó–, pensé que estaban para otras cosas...” Había otras cosas: diez chicas bailaban desnudas alrededor de una piscina, por ejemplo. El cómico que había viajado con él no había podido hacer reír a nadie. A la vedette le había ido un poco mejor, lo que constaba por las ofertas monetarias que recibía. Lo llevaron a la suite principal de la mansión, donde lo esperaba “El Padrino”, para quien debió actuar en exclusividad, mientras, simultáneamente, a pocos metros, dos parejas se mataban sexualmente en una cama. “¡Haga otra!”, le decía el Padrino, y le convidaba del plato. René decía que no.
    –Pero... ¿qué edad tienes?
    –Sesenta y dos.
    –Pero hombre...a esa edad hay que probar de todo...
    Después de esa fiesta hubo otra, para “un grupo de familias”. Saunas, baños turcos, mozos con guantes blancos adornaban la escena. A uno de los capos tiempo más tarde lo descubrió en un informe televisivo. Era un narco apodado “El ajedrecista”. Debía trabajar para él, con una presión extra: el cómico había fracasado nuevamente, al punto que escuchó nítidamente la frase: “¡A este cómico lo deben haber mandado los del Cartel de Medellín!”. Entre champagne, embellecido por el bacará tallado en finísimas copas, cocaína y mujeres, hizo su show con la prestancia fingida de quien sabe manejarse en esos ambientes. Tan bien le fue, tanto lo aplaudieron, que lo invitaron a una fiesta más. “El último cachet no lo cobré. Pero estoy seguro de que el gángster que se lo quedó fue el representante argentino; esa otra gente cumple fielmente con esas cosas. Sólo nos quedó la gran duda... ¿A qué se debieron esas fiestas? Otro comentario posterior pareció dar respuesta a esa pregunta: parece que festejaban siete muertos de la DEA por los narcotraficantes.”
    Lavand tiene facilidad para saltar intempestivamente de una época a otra, del mismo modo que en sus espectáculos relata una historia de un tahúr mexicano y pocos minutos más tarde, después de un truco increíble, y de rubricarse la mano con glicerina, cita a la Carmen de Bizet o recita, con porteñidad mundana, los versos de Homero Manzi: “La vida es un mazo marcado/ maneja las cartas la mano de Dios”. Y Lavand preguntará, más tarde, mirando a los ojos con firmeza, como si quisiera reafirmarse algo a sí mismo: “¿Vos querés saber qué haría si pudiera volver atrás, y empezar de nuevo con mi mano derecha? ¡No la quiero! Arruinaría mi personalidad. Tener mi mano derecha sería mi total fracaso. Yo le debo todo a mi accidente”.
    Su imagen de bon vivant, cultivada con el correspondiente aire de indiferencia que es aconsejable en estos casos, podría sugerir, como una de sus facetas ineludibles, una historia de seductor empedernido. Hipótesis que Lavand relativiza: “¿Bon vivant? Más que eso creo que soy un sibarita. Hago un culto del placer, aunque en la vida tengo que decir que sí, que he gozado mucho, pero también he sufrido mucho. De lo que estoy seguro es de que no soy un tipo seductor, y de galán no tengo nada. Pero tengo que admitir que alguna vez he convencido a alguna mujer con una trampa de las mías”. Debe reconocer que cayó en su última “trampa”. “Yo solía hacer un juego con unos cortaplumas. Cuando invité a comer porprimera vez a mi mujer, la labradora de mi alma, como diría Ortega y Gasset, me llevé los cortaplumas para la sobremesa. Me salió bien. Ese juego no lo hice nunca más en 19 años, que es el tiempo que llevo compartido con mi actual mujer. Me lo han pedido en muchos lugares, pero ese juego ha cumplido conmigo... definitivamente.” Y dice definitivamente con una emoción que estremece.
    Ya terminando la entrevista, agradece con delicadeza que no le hayan preguntado por David Copperfield, lo cual, por efecto de la lógica periodística, conduce directamente la conversación hacia el mago más famoso del mundo. “Somos muy distintos -.dice, con una autosuficencia que se impone desde una cierta distancia pudorosa–, él hace funcionar su arte con tres millones de dólares y miles de toneladas en equipamiento, y yo llevo todo en mi bolsillo, mi mazo de naipes, que cuesta cinco dólares.” Tal vez la obscenidad de esas diferencias logísticas, emergentes de otras diferencias más profundas, hayan convertido a Copperfield en un reconocido fan de Lavand. “Fue a verme trabajar a Laussanna, Suiza. Fue exclusivamente a verme a mí, a un congreso de ilusionismo. Trabajé doce minutos para él, ante más de 1200 personas de todos los países.”
    Lavand editó videos didácticos, escribió libros, pero sabe que el estilo es intransferible. Sólo tiene tres alumnos: “En este caso, no es el alumno el que elige al profesor, sino el maestro el que elige al discípulo. Nada puedo enseñarles. Sólo puedo mostrarles lo que hago. Si logro transmitirles lo que es la belleza del ludismo, ya estoy compensado”. Tener alumnos, aunque sean sólo tres, parece obedecer a una necesidad de proyectar su arte, una forma, también, de asumir sus 72 años. “Juego con un margen. No quisiera caer nunca en la declinación. Espero que la experiencia, el oficio, suplan las discapacidades, la artrosis, los dolores en la rodilla, pero los años se siguen sumando.”
    Si es cierto que por el solo hecho de existir todo relato es verídico, entonces Lavand es un estilista de la verdad, al punto que le da formas extrañas, parecidas a la mentira. O acaso sea al revés. René se ataja: “Un andaluz amigo mío siempre dice: No hay cosa más aburrida que la verdad, la verdad y nada más que la verdad. Si la única meta del arte es convencer al mundo de la verdad de su mentira...”. Sonríe, y remata: “No es que yo sea un tipo con cultura; sólo soy un contrabandista de frases”. La imaginería popular no debe esforzarse demasiado para fantasear con Lavand esquilmando ingenuos por el mundo, dándoles el dulce de una supuesta impericia para después destrozarlos con un par de jugadas afortunadas. Lavand, con el aire casual de los que temen provocar demasiado a su destino, admite: “Jugué mucho, pero sólo lo hice hasta que adquirí realmente habilidad. Entonces dejé de jugar, no sólo por una cuestión moral, sino porque yo asocio el juego a la emoción. Si sabés que vas a ganar, no tiene sentido jugar. Sería un vulgar ladrón”. La de él, en cambio, dice, es una mentira bella. “Hago que por un rato la gente viva de una ilusión, algo que se cotiza mucho más en estos tiempos. Mis mentiras son muy distintas a las que nos tienen acostumbrados los políticos. Las mentiras de los políticos son sucias, vulgares, se descubren fácilmente. Yo me valgo de bellos engaños sutiles como simple resultante del arte. Yo solía andar mucho por la calle Corrientes. Ahora volví a actuar a la misma avenida, pero venida a menos. Veo gente tirada en la calle, durmiendo, pidiendo comida. Prefiero acostarme temprano porque me duele mucho ver eso. Y siento impotencia, porque lo único que yo tengo para dar son esos dulces engaños, esas ilusiones, pero en este país la gente más necesitada de ilusiones no puede pagar una entrada al teatro.”

  9. #49
    Fecha de Ingreso
    20 feb, 07
    Ubicación
    Monterrey, México Mágico
    Edad
    44
    Mensajes
    666

    Predeterminado

    Yo solía ser de los que consideraban la magia del Maestro Lavand como aburrida, también, consideraba que era un pedante, engreído y borde.

    Hace poco tiempo mi opinión cambió radicalmente y todo gracias al afamado (aunque criticado y vapuleado) Youtube, un amigo mago me pasó el video de nombre "Contrapunto entre dos manos" y el solo dialogo de Lavand cambió mi opinión respecto a su persona.

    Los invito a buscar dicho video, y a ver la perspectiva de Lavand sobre la magia y sobre la falta de su mano.

    Lo único que puedo decir, más allá de que si sus técnicas son visibles o no, es que el señor René Lavand me confirma que siempre se puede comenzar de nuevo y que ninguna carencia es obstáculo para seguir nuestros sueños.

    ¡Saludos a todos!
    Soy la séptima reencarnación de Cholobot, alma única, eterna y universal. Generalmente tengo hambre.

  10. #50
    Fecha de Ingreso
    09 jun, 07
    Mensajes
    23

    Predeterminado

    Yo lo vi actuar en directo en Almussafes el año pasado y sólo decir que LEVANTO al público del teatro en 4 ocasiones. 4 veces el público en pie y aplaudiendo.

    Luego en la cena tuvimos el honor se sentarnos junto a él- Gracias Luis Lafont - (Y de paso nos firmó su libro Lentidigitación que compré hace ya 18 años!)

    Durante la cena conversamos con él de todo menos de magia, y no lo vimos nada engreído, aunque me consta que a veces se sale de tono.

    Se escandalizó un poquillo por los chistes que Montty contó, pero nada más.

    En fin toda una experiencia!
    "Que a un mago le toquen sus cosas es como si a una gallina le tocasen sus huevos...y viceversa"

 

 

Temas Similares

  1. Documental sobre René Lavand "Vida y obra" [Descarga]
    Por AngelSN en el foro Otros vídeos
    Respuestas: 3
    Último Mensaje: 12/07/2012, 15:30
  2. Actuación René Lavand en Reus (06/06/2009)
    Por rcastells en el foro Anuncios y Noticias Mágicas
    Respuestas: 2
    Último Mensaje: 08/06/2009, 17:13
  3. René vuelve a Salamanca
    Por MagodeGuardia en el foro Anuncios y Noticias Mágicas
    Respuestas: 20
    Último Mensaje: 29/04/2009, 21:52
  4. Articulo sobre Rene Lavand
    Por azegarra en el foro Cartomagia
    Respuestas: 18
    Último Mensaje: 30/03/2008, 01:39
  5. Dudas sobre videos de René Lavand
    Por angelydemonio en el foro Cartomagia
    Respuestas: 7
    Último Mensaje: 22/01/2007, 21:37

Marcadores

Permisos de Publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •  
El huso horario es GMT +2. La hora actual es: 21:24 .
Powered by vBulletin™ Version 4.2.5
Copyright © 2024 vBulletin Solutions, Inc. All rights reserved.
Traducción por vBulletin Hispano.
MagiaPotagia 2010
vBulletin Skin By: PurevB.com