Voidmain, estoy contigo. Yo soy un novato pero en mi corta experiencia he llegado a la conclusión de que la presentación abre la puerta a la magia.

Creo que la dicción, la charla, los gestos de las manos, la postura corporal, las miradas etc...exigen tanto esfuerzo como la técnica y eso a veces se olvida a los novatos. En este sentido, el temor a equivocarse por no dominar las técnicas hace que a veces la presentación sea titubeante, nerviosa, que sólo transmita inseguridad.

Por poner un ejemplo, una historia de Lavand sería apasionante aunque no tuviese la baraja en la mano. Si simplemente la narrase ya de por sí atraparía y engancharía al lector. La magia es lo que la lleva más allá de la mera literatura oral.