Singular personaje

[Jorlando]

Ya hace muchos años que trato al sujeto (llamémosle Sergio Jiménez) del que voy a hablar. Se trata de uno de los amigos más antiguos e íntimos de mi suegro. Cuando lo conocí, no vivía en España, pero venía a menudo y siempre llamaba por teléfono a mi suegro. Solían quedar a comer, y a veces venía por su casa, y yo le saludaba. Aproximadamente solía verle dos o tres veces al año.

Se pasó los últimos años viviendo en diversos países suramericanos, por motivos de trabajo, y hace tres años se jubiló. Se estableció en el sur de España, porque detesta la humedad, el frío y la lluvia. Se compró una tierra, se hizo construir una casa de las de caerse de culo, y se dispuso a pasar el tiempo dedicándose a su afición favorita: el billar a tres bandas. ¿Os habéis fijado en que el traje de los jugadores profesionales de billar es muy similar al de algunos magos? Pantalón negro, camisa blanca, chaleco con algún color chillón, pajarita. He visto por la tele algún mago así.

Cuando empecé hace un año aproximadamente a practicar magia, mi suegro un buen día me dijo que Sergio Jiménez era un buen manipulador de cartas, y que dominaba muchas técnicas. La verdad es que no lo sabía. Nunca había mencionado el tema las veces que había coincidido con él. Me decidí a sacar el asunto a colación la próxima vez que nos viéramos.

Este hombre viaja a veces al norte porque tiene muy buenos amigos aquí, compañeros de fatigas del billar. De vez en cuando viene a jugar con ellos o a participar en algún campeonato. Tiene varios premios en esto del billar. Yo no tengo ni idea, y soy bastante torpe con el taco y las bolas. Las pocas veces que he intentado jugar alguna partida, siempre he hecho el ridículo más espantoso. Él en cambio una vez, hizo una exhibición para nosotros. Muy buena. Luego dijo que eso está bien para partidas de exhibición, donde se suelen hacer florituras, jugadas más o menos rocambolescas, etc. Pero en una partida de verdad, eso no se hace. Se trata de asegurar la carambola por el método más rápido y eficaz posible, sin fuegos artificiales.

De la misma manera, opino que un buen mago debe ser también un buen manipulador, y puede hacer exhibiciones de tal cosa, si lo desea. Pero en la ejecución de un juego, eso sobra. Está claro que el espectador sabe que el mago usa una serie de técnicas que implican una gran destreza manual. Pero al hacer el juego, no debe dar esa sensación. Los juegos salen por sí solos. Cuanto menos haga el mago, o menos parezca que haga, mejor.

Volvamos a Sergio Jiménez. Hace muy poco tiempo estuvo por aquí. Comió en casa de mi suegro, y nosotros también estuvimos presentes. Saqué el tema de la magia, y al fin admitió que sí, que sabía bastante, si bien hacía años que no practicaba. A pesar de todo, se animó y me pidió prestada la baraja, a ver si no había perdido maña.

La falta de práctica le había oxidado un poco, pero el que tuvo retuvo y aunque al principio parecía ir un poco torpe, al poco rato empezó a hacer abanicos, florituras de todo tipo. Empalmó de manera invisible un buen manojo de cartas, que luego hizo aparecer de la oreja de mi mujer. Me mostró cómo hacía él el salto. Algo se notó. Creo que se nota siempre algo. Es posible que no se vea la maniobra en sí, pero que algo raro ha pasado sí. Le comenté que Palmero lo disimulaba fingiendo una especie de tic. Me dijo que no quería parecer falto de modestia, pero en sus tiempos, él era capaz de hacerlo sin que se notase nada de nada. Ni afirmo ni niego. De lo que no he sido testigo no puedo dar fe.

Finalmente, le dije que todo eso estaba muy bien, pero qué tal si hacía algún juego. Me sorprendió la respuesta. No sabía hacer ningún juego. Sabía todo tipo de técnicas, robos, mezclas falsas, cortes falsos, cuentas, dadas de segunda y de tercera, y de abajo, pintajes, empalmes, DL, etc.. Pero no sabía hacer ningún juego.

No me lo explicaba. En el mismo sitio donde había aprendido esas técnicas, debería haber aprendido algún juego. Me contó que de joven había conocido algún mago que le había enseñado cosas. También jugaba mucho a las cartas, y algún tahur le enseñó más cosas también. Por otra parte, no le costó mucho esfuerzo aprender. Tenía un don natural, y una gran agilidad con los dedos. Lo que para otros costaba meses, o años, a él le costaba sólo unas pocas semanas. Luego se volvió autodidacta. Veía magos actuando y sabiendo lo que ya sabía, no le costaba mucho deducir cómo se podía hacer el juego. Pero en cambio no tenía paciencia para contar una historia, para hacer una charla de presentación. Era muy poco hablador. Me decía que prefería el billar porque se jugaba en silencio.

El caso es que viendo actuar a otros magos, él podía repetir el juego e incluso usar la misma charla, pero no quería. El trabajo de contar algo mientras manipulaba las cartas le parecía agotador. POr otra parte admitía que no tenía nada de imaginación. Así que no podía inventarse nada. Y para usar la charla de otro, que no era plan.

Le dije que era una pena, que viéndole la destreza que tenia con las cartas, aún después de estar tantos años sin usar una baraja, hubiera podido ser de los grandes.

Por otra parte, le dije que lo que hacía era justo lo contrario que al billar. Eran unas florituras maravillosas, no lo dudo, pero en un juego estaban de más. Aunque él me había demostrado que era capaz de hacer cualquier técnica con perfecta discreción y sin que el espectador se enterase.

Seguimos hablando de magia y me dijo que los juegos realmente bonitos eran los que implicaban destreza manual. Los juegos automáticos o aquellos en que se usaban cartas trucadas eran más aburridos. Yo no podía estar más en desacuerdo. De un mago para otro, posiblemente tuviera razón. Y de hecho Palmer dice por algún sitio que cuando un mago actúa para otro, no es muy correcto usar cartas especiales. Pero ante el público general la cosa es diferente. Lo importante es que el juego asombre al espectador, sin que éste sospeche la verdad. Lo demás es secundario. Además el espectador no está en condiciones de saber si el juego obedece a habilidad, a que hay cartas especiales, o a que hay cartas preparadas. Es labor del mago hacer que el espectador ignore estas cuestiones, que ni las sospeche siquiera.

A tal fin le hice tres juego. Uno de habilidad, otro automático y otro con cartas especiales. El de las cartas especiales le tuvo un rato inquieto. No entendía cómo había sido posible. Estuvo un rato pensativo, y yo estaba dudando en decírselo. A fin de cuentas él no era un profano, y con todo, me había enseñado unas cuántas cosas. Finalmente lo descubrió él mismo basándose en un principio elemental, completamente invisible para un profano, pero que alguien que sepa unas cuántas cosas sobre cartas puede adivinar a poco que se lo piense. ¿Ves?, le dije, es el juego que más te ha dado que pensar, y sin embargo está hecho con cartas de doble cara. Lo cual no quiere decir que sea fácil de hacer. Las cuentas y el DL hay que hacerlas perfectamente, de todos modos. Ahora imagina que tuviéramos público delante. ¿Crees realmente que el público distinguiría un tipo de juego de otro? Si así fuera, entonces los juegos no habrían salido bien.

A pesar de todo, no quiso darme la razón. Creo adivinar el porqué. Él no sabe hacer juegos. Sólo domina técnicas. Si se pone a hacer un juego pongamos automático, eliminamos la parte técnica que es la que domina. Sólo queda la charla, la presentación, y otros factores que ayudan a que el público crea que la magia existe. Y eso es en lo que falla. Venía a darme a entender que si le quito la habilidad, lo dejo sin nada.

Lamento decir que tras nuestro encuentro, me quedó mal sabor de boca. Debo admitir que me dio un poco de pena.

[Némesis]

Yo insisto.
¿Para cuándo el libro de anécdotas mágicas?

[Patrick I. O'Malley]

Nuevamente me quito el sombrero ante Jorlando. ¿A qué te dedicas? Tu estilo literario es estupendo (y raro de encontrar hoy en día).

En cuanto al contenido..... bueno, es una de esas anécdotas que te fuerzan a pensar, a reflexionar... Una maravilla.

Por un lado está su visión sobre las florituras y asegurar la carambola. Podría servir de respuesta a los que debaten sobre la inclusión de florituras durante el juego. Yo lo acepto para la magia, pero no como axioma. Quiero decir que coincido en que 'empañan' un poco el juego, pero admito que ciertas florituras son aceptables, aunque deben estar plenamente justificadas dentro del juego.

Sobre el uso de cartas especiales al actuar para magos, no coincido con nuestro compañero Palmer ni con tu amigo. No creo que no sea correcto usar cartas especiales. A fin de cuentas de lo que se trata es de transmitir una ilusión y para ello está justificado el uso de las cartas que sea preciso. El juego es un conjunto de técnicas, material, charla, acciones, movimientos, etc que lo componen. De lo que debemos disfrutar es del resultado, independientemente de los medios utilizados.

Quizá, ciertamente, su visión de la magia está condicionada por su 'rechazo' a la charla.

En cualquier caso, no te quedes con mal sabor de boca. Busca los lados positivos de conocerle y de haber charlado con él. Siempre te habrá servido para sacar conclusiones o plantearte otros puntos de vista.

[magomago]

Fantastico , enorme , grandiosa anecdota , me ha encantado.

En cuanto a lo de las cartas especiales , cada uno tiene su opinión y no hay que intentar que la nuestra sea la mejor , ni que la del otro sea la peor. Si tu consigues el mismo efecto en el publico usando cartas especiales y el mago Pepito consigue el mismo efecto con solo manipulación pues cada uno con lo que mejor le venga.

Evidentemente las cartas especiales tambien hay que saber usarlas, al igual que las manipulaciones.

[sisly]

Y si ponemos todos 5€ y que publique su novela...?

que jorlando, muy entrenida y escritura inmejorable

[Jorlando]

Nuevamente me quito el sombrero ante Jorlando. ¿A qué te dedicas?

Dado mi carácter alegre y extravertido, creí que estaba claro. Trabajo en una funeraria, embalsamando cadáveres.

Hablando en serio, soy marino civil, especialista en máquinas. Hace años que mandé a paseo los barcos y no subo a uno a menos que sea como pasajero. Actualmente me dedico a desasnar adolescentes, enseñándoles lo poco que sé de matemáticas.

[ZAFER]

Hola, Jorlando, Te felicito por el extenso e interesante post, da gusto leer cosas cuando están bien redactadas.

Cita:

"De la misma manera, opino que un buen mago debe ser también un buen manipulador, y puede hacer exhibiciones de tal cosa, si lo desea. Pero en la ejecución de un juego, eso sobra. Está claro que el espectador sabe que el mago usa una serie de técnicas que implican una gran destreza manual. Pero al hacer el juego, no debe dar esa sensación. Los juegos salen por sí solos. Cuanto menos haga el mago, o menos parezca que haga, mejor."

Totalmente de acuerdo, la magia debe dar la impresión de que se produce sola, no por nuestra gran habilidad manipulativa.

Cita:

"Seguimos hablando de magia y me dijo que los juegos realmente bonitos eran los que implicaban destreza manual. Los juegos automáticos o aquellos en que se usaban cartas trucadas eran más aburridos. Yo no podía estar más en desacuerdo. De un mago para otro, posiblemente tuviera razón. Y de hecho Palmer dice por algún sitio que cuando un mago actúa para otro, no es muy correcto usar cartas especiales. Pero ante el público general la cosa es diferente. Lo importante es que el juego asombre al espectador, sin que éste sospeche la verdad. Lo demás es secundario. Además el espectador no está en condiciones de saber si el juego obedece a habilidad, a que hay cartas especiales, o a que hay cartas preparadas. Es labor del mago hacer que el espectador ignore estas cuestiones, que ni las sospeche siquiera."

De acuerdo también.

[nodrius]

de nuevo Jorlando lo ha vuelto a hacer, es increible, esta vez el relato es totalmente diferente, es mas serio que los anteriores, pero es increible igualmente.

sigue asi Jorlando. GRACIAS