Hola a todos.

Releyendo LA MAGIA DE ASCANIO VOL. I me encontré con unas palabras en el capítulo VALOR DE LA TÉCNICA EN LA MAGIA, PÁGINA 71, en las que no me había parado en anteriores lecturas. Transcribo estas líneas del libro (espero no incurrir en ningún delito por ello) para que no haga falta que busquéis vuestro ejemplar y sea más fácil para todos.

“(…)

De ese modo las manos educan a la mente, y el técnico puede devenir gran teórico (es el caso de Dai Vernon, y tantos otros). Y un teórico de la mejor teoría, porque ha ido de lo concreto a lo abstracto (AB esse ad noscere valet consequentias). En adelante, esa teoría magistral podrá verterla y aplicarla a cualquier juego, intervenga o no la técnica manipulativa.

(…)

En magia, como en otras ramas del saber, los procedimientos son anteriores en el tiempo a las finalidades que satisfacen.

El proceso de invención de un juego no es, con frecuencia, imaginar primero un efecto ideal y luego buscar el modo de conseguirlo en la práctica, sino al revés, teniendo ese modo y buscar el efecto al cual aplicarlo.

El tener ya una solución técnica permite idear efectos que sin ella jamás serían soñados. El empalme fue anterior a las cartas a través de la manga, el salto anterior a la carta ambiciosa. La solución es anterior al problema, y el tener ya la respuesta es lo que provoca la pregunta. Pienso a veces en nuestros notables inventores y me digo. ¿Qué no hubiera conseguido su chispa inventiva con un bagaje técnico amplio y puesto al día?”



Por tanto, y si no he entendido mal (que todo puede ser), las teorías Ascanianas entienden el proceso creativo partiendo de bases técnicas sobre las que desarrollar un efecto. Interpreto que el “con frecuencia” del párrafo tres que os he transcrito no pretende eludir este método en un gran número de ocasiones, sino puntualizar que en algún caso excepcional puede producirse un proceso creativo desde un punto de vista diferente al mencionado. Es decir, tal y como describe el primer párrafo, el proceso creativo es un proceso lineal (esto lo añado yo) con sus idas y sus retornos en función de las necesidades que se originen (también lo añado yo), pero que comienza en lo concreto (técnica) y finaliza en lo abstracto (presentación-idea mágica).

Todo esto puede nos puede sonar a más de uno un poco extraño porque es como empezar la casa por el tejado. Es decir, qué sentido puede tener la búsqueda de las preguntas si ya se tienen las respuestas, tal y como se dice en el último párrafo.

Lo que más me ha llamado la atención de este planteamiento es el choque frontal que se produce con planteamientos realizados por uno de los grandes de este foro como es Gabi y que quedaron reflejados en la entrevista que le hizo Némesis. Si no es mucha molestia transcribo el párrafo al que quiero referirme aun dando el link de la entrevista pues me pareció de grandísimo provecho ( http://www.magiapotagia.com/about116...highlight=gabi ):

“N: Hablemos un poco de la presentación, que en la anterior entrevista la pasamos un poco por alto. ¿Qué lugar ocupa en la importancia de un juego?
G: Más que de lugares de importancia, yo hablaría de círculos concéntricos. Me explicaré: para mi un efecto mágico tiene una técnica, que es el corazón del juego. El siguiente círculo es la cobertura de esa técnica. En el círculo siguiente vendría la construcción del efecto, y en el círculo más externo está la presentación. ¿Cuál es el gran problema de aprender magia hoy en día? Que la puñetera técnica es lo primero que se aprende, luego la cobertura, luego la construcción y por último la presentación. Es decir, que se pasan diez años haciendo el viaje de dentro hacia fuera... Diez años aprendiendo, para luego pasarse diez años más desaprendiendo. Cuando de verdad empezamos a dominar alguna técnica... ¡Ah! Entonces nos damos cuenta de que tenemos que hacer el recorrido en sentido opuesto: De fuera hacia dentro. Primero se elabora la presentación, que nunca tiene que estar supeditada a los medios para llegar a ella. ¿Se inventó primero la baraja marcada y luego los efectos que se hacen con ella? ¡No! Al revés, más bien..."


Por tanto, para Gabi, y siempre con el mayor de los respetos hacia él y rogándole que si no son correctos mis planteamientos me corrija, el proceso creativo de la magia, cuya finalidad es la presentación, es completamente al revés de lo establecido por las teorías Ascanianas, es decir, se ha de partir de lo abstracto, de lo ideal, de la fantasía si queréis llamarlo así, y finalizar en el modus operandi, en el cómo conseguirlo, en lo particular, en la solución técnica para hacer posible esa fantasía.

Esto último concuerda con los pensamientos de Tommy Wonder tal y como se refleja en el capítulo LA PELÍCULA MENTAL, PÁGINA 71, de EL LIBRO DE LAS MARAVILLAS VOL. I. (Haciendo un inciso en todo esto apunto que es curioso que tanto en el libro de Ascanio como el de Wonder los textos se encuentren en la página 71. jugueteos de la Magia, ¿no creéis?). Transcribo de igual forma el texto para seguir con mayor comodidad el post:

“(...)

Siempre que deseo crear un nuevo efecto, lo primero es tener una idea. Después empiezo a darle vueltas, meditándola y contemplando el efecto desde todos los ángulos posibles. El objetivo es recabar el máximo de información posible. Aun cuando el efecto es totalmente original y en nada parecido a cualquier otro, siempre habrá que analizar multitud de detalles. Después llega el momento (a veces llega tarde, pero siempre llega), en que una versión ideal comienza a adquirir forma en mi mente.

Durante todo ese tiempo no he pensado en el modus operandi en absoluto. En cambio, pienso en el efecto como si todo fuese posible. Nada pone barreras a mi imaginación. No hay lugar para pensamientos realistas tipo “muy bonito, pero ¿cómo lo vas a hacer?”. A base de pensar y pensar en el efecto, viéndome hacerlo una y otra vez, la idea borrosa termina cobrando una nitidez cristalina. Al cabo de un tiempo conozco cada movimiento, cada palabra, cada gesto. Sé exactamente cómo va a ser el efecto.

(…)

Desde hace algunos años soy feliz propietario de una videocámara. Me he dado cuenta de que grabar una y otra vez mis ensayos imaginarios es una estupenda idea. Con tu sueño grabado en video resulta mucho más fácil estudiarlo y descubrir fallos.

Desde luego no puedo hacer el efecto porque no sé todavía cómo lo voy a realizar, pero eso no me preocupa. Por ejemplo: si en algún punto necesito hacer desaparecer algo en mi mano, durante esos ensayos de fantasía simplemente dejo caer el objeto al suelo simulando una desaparición mágica y continúo como si todo fuese auténtico. Todavía no me preocupo por encontrar el método secreto que hará posible el efecto. Eso viene mucho más tarde. Todo lo que me interesa en ese momento es hacer que mi sueño sea lo más claro y concreto posible. Mi idea tiene que ser nítida en todos sus detalles. Cuanto más claro tenga el efecto en la mente, más claro resultará después hacerlo realidad.

(...)

En esta etapa no hay por qué considerar aspectos de orden práctico. No pienses si el efecto se puede o no realizar. Lo único que conseguirás con ello es limitar la libertad de tu capacidad imaginativa. Si en este punto te preocupas por cuestiones de índole práctica relacionada con los posibles métodos, te apartarás del camino que conduce al efecto ideal. Tu película mental será imperfecta por culpa de las concesiones que hagas. Lo ideal es que crezca impulsada por una imaginación sin límites, gobernadas únicamente por tu sentido artístico, por lo que te gusta y por tus más elevados objetivos mágicos. En esta etapa la creatividad es lo único que importa.

(…)”

¿Idílico este último planteamiento quizá? Puede que para muchos sea que sí, o que la respuesta a todo esto sea que hasta que no se tiene un gran bagaje mágico no nos podemos plantear el pensar en una presentación o en la creación de un efecto empezando por la idea, la fantasía, el sueño, sino cimentando nuestra Magia con buenas y sólidas bases técnicas como comienzo de todo proceso creativo.

Algo curioso es que Wonder asemeja la Magia con otras disciplinas cuya componente creativa es una base importante. Incluso dedica un capítulo de la misma obra y titulado EL ARQUITECTO a hacer un perfecto símil entre la Magia y la Arquitectura que no transcribo porque ya me parece demasiado, pero que os invito a releer si no lo recordáis.

Y como esto es teoría, y como se trata de que todo el que quiera teorice y se moje, no voy a ser yo el que no lo haga. En mi caso, muy a mi pesar digo que, aunque para mí lo más satisfactorio es cuando consigo tener una idea y luego me gustaría desarrollarla con el escaso nivel técnico que tengo (esto ha pasado en un número de ocasiones que se pueden contar con los dedos de una mano… y sobra más de uno), es decir, cuando el método empleado es el recomendado por Gabi y Wonder, lo normal es que el procedimiento que emplee sea el de Arturo, pero con la salvedad de que lo que para él terminaba en una gran felicidad porque había creado algo único, para mí es una frustración porque al tiempo me doy cuenta mientras sigo estudiando que aquello que pensé que había descubierto ya fue creado por alguien hace más de cincuenta años. Es mi triste realidad, qué le vamos a hacer.

Siento lo extenso del post y entenderé que no os apetezca leerlo entero, pero por lo menos me ha servido para ordenar este par de ideas que tenía en la cabeza.

Sobra decir que si toda esta parrafada no debe estar en la sección de Teoría estaré encantado de que se mueva al lugar que le corresponda.