Sígue a tiendamagia en las redes sociales:
Follow us on Facebook Follow us on Twitter Linked In Watch us on YouTube Blogger
Página 5 de 9 PrimerPrimer 123456789 ÚltimoÚltimo
Resultados 41 al 50 de 85
  1. #41
    Fecha de Ingreso
    27 dic, 06
    Mensajes
    180

    Predeterminado

    peor para él, tuvo posiblemente la oportunidad de recibir más que de dar, me temo que no sabia nada más.

  2. #42
    Fecha de Ingreso
    06 may, 07
    Ubicación
    Zaragoza
    Mensajes
    52

    Predeterminado Raro

    Me suena raro.Yo soy principiante y creo que no es cuestion de ir por ahi contando como hacer los juegos al primero que se te cruza, pero desde luego, alguien que como tu demuestra bastante aficion....
    Es más en mi caso, siendo que estoy aprendiendo, que mejor que compartir experiencias con otro aficionado!

  3. #43
    Fecha de Ingreso
    27 oct, 06
    Mensajes
    97

    Predeterminado

    Creo que este caso tiene su explicación en ese mosqueo por haber aparecido en escena el otro mago, en el momento en que el primero acababa de actuar para el camarero. No hiciste mal en presentarte, Jorlando, pero a él le molestó porque todavía no se había bajado de la pose de estrella ante el camarero, y ver que surgía de repente otro que dijera que es mago y que el camarero lo viera, y que quisiera hablar con él, cuando a lo mejor él quería seguir haciendo magia al camarero o seguir recibiendo sus felicitaciones o admiraciones, le hizo ver una intromisión. Y a partir de ahí vino el estar cerrado, y puede que en otra ocasión no lo hubiera sido. Pero bueno, si es así, nadie tiene culpa, son los roces normales entre personas.

    Y ya fuera de este caso: A mí me parece genial explicar o revelar juegos entre magos, pero también respeto mucho al que no lo haga con respecto a algunos juegos.

    Para mí, un juego puede ser muy bueno o muy querido (o que el secreto me haya costado dinero, o esfuerzo), y querer guardarlo para mí, porque no quiero que poco a poco se corra la voz y que todo el mundo vaya haciéndolo por ahí. Tengo derecho a callarme juegos, sin que que el mago que me haya visto sea como el inspector de policía, que hay que sacar el carnet y ponerse contra la pared con las piernas abiertas.

    Por otra parte, puedo no tener inconveniente en hablar de cómo se hace cierto juego, pero "tener la manía" de no querer revelarlo justo cuando acabo de hacerlo. Una vez fuí a una reunión de Magia y no conocía a la mayoría de los magos. Uno dijo que allí, el que hiciera un juego tenía que revelarlo, que gente que fuera en plan "vedette", no la querían. No hice magia, pero me molestó esa imposición. ¿Y si a mí me gusta hacer juegos a magos y no explicarlos para que se queden con la ilusión? ¿Y si me molesta mucho la típica actitud de mostrar un juguetito por lo bonito que es, y que el otro en seguida saque el destornillador para ver qué tiene por dentro? Aunque el otro sea mago, me molesta que en seguida diga que a ver cómo es, porque veo en él a un profano que ha aprendido secretos, con toda su mentalidad de profano, de exclamar cómo c.ñ. lo has hecho, quiero saberlo.

    No creo que esté mal decir que sí, que hablo con él de cualquier secreto que quiera, pero de todos menos de uno, del que me ha servido para hacer el juego que acaba de ver. Y que si otro día surge el recuerdo de aquel juego que hice, pues a lo mejor se lo cuento, pero ahora, en plan Jack el destripador, pues como que no me da la gana. Incluso no veo con malos ojos al mago que no cuente ni un solo secreto a un mago a quien no conoce. Hablar de magia, de magos,...todo lo que quiera, pero secretos ni uno, si quiere secretos que se compre un libro o un vídeo, aunque él me explicase también a mí. Y si acaso más adelante nos hacemos coleguitas, pues ya le voy contando cosas poco a poco, hasta que se lo cuento todo.

    Y otra cosa. Los magos somos un grupo muy amable entre nosotros mismos, de que si se encuentran dos que no se conocen puedan ser ya amigos porque les una la magia. Pero creo que eso es una posibilidad, no una obligación. A mí me puede apetecer no estar una horita hablando de magia con un mago, sólo porque me diga que es mago. Puedo atenderle con una sonrisa y un par de minutos de conversación con él, pero puedo no tener ganas de dedicarle más tiempo. ¿Está mal eso? El pobre que sea un mago famoso ¿va a tener que estar hablando de magia con cualquiera que le reconozca por la calle o en un restaurante, y tener que ver los juegos que le hace y encima hablar de los suyos? Pues a mí no me apetece, oiga. Y si veo a Tamariz o a Jorge Blass, no voy y saco la baraja para hacerle cosas y que él me las haga a mí, en nombre de la amistad universal entre magos, porque por dentro puede pensar: tío, déjame comer o déjame pensar en mis cosas o déjame pasear (aunque a lo mejor me atiende por miedo a que cuente en un foro: oye, ¿sabeis que me hizo el otro día el antipático de Blass o Tamariz o quien sea?)

    Y otra cosa más: la insociabilidad es una opción. No hay que criticar a nadie por serlo. Hay personas solitarias que les aburre departir con la gente, estar charlando con cualquiera. Igual que hay personas a las que les encanta. Cada uno nace de una forma. Hay quien se lo pasa bomba solo, pensando solo, y también quien si está solo se agobia. Hay quien si va al cine acompañado o come acompañado no disfruta porque ya no es él mismo, no se puede concentrar. Y también hay quien necesita la compañía y la charla amistosa para disfrutar, y si no todo le parece frío. Son opciones, y muchas veces no tenemos más remedio que elegir una porque hemos nacido así y no podemos elegir la otra.

  4. #44
    Fecha de Ingreso
    31 ago, 04
    Mensajes
    1,068

    Predeterminado

    Jo der Sentiras... al 1000% de acuerdo contigo!

    Perfectamente explicado.

  5. #45
    Fecha de Ingreso
    21 dic, 06
    Mensajes
    162

    Predeterminado

    Ciertamente, la sociabilidad es una opción, no una obligación, y nadie tiene obligación de hablar conmigo, por muy aficionados a la magia que seamos. Como bien dice Sentiras, pues a veces, con sólo dos minutos de intercambios corteses, es suficiente, y no hace falta más. Pero es que en mi caso no hubo ni siquiera esa opción. Además, no hubo motivo por el que pudiera sentirse invadido, como dices, porque aún no había abandonado la pose de estrella ante su amigo. Y eso es porque yo me presenté, como ya he dicho varias veces, sólo y requetesólo cuando nos quedamos solos. El camarero ya se había ido cuando le pregunté si el juego lo había aprendido de Palmero y se cerró en banda diciendo que no conocía a nadie con ese nombre. Aunque me sorprendió bastante, no insistí sobre ese tema, sino que a solas, repito, le dije que yo también tenía afición al tema. A partir de ahí ya sabéis la historia.

    Así que yo también estaría al 1000% de acuerdo con Sentiras sin su explicación se ajustara a los hechos. Desgraciadamente no es así.

    Respecto a no revelar los trucos. Ya he contado cómo actué el otro día para un profesional, y bueno, lo cierto es que él los conocía casi todos. Y los que no conocía, pues suponía cómo lo había hecho (aquí has hecho una cuenta Fulanítez, y luego has usado una doble flipe con tirabuzón cósmico que quita el sentido). No es que me lo viese o lo notase, es que supuso que tenía que ser así. Es un profesional. Puede admirarte por lo bien que lo haces, por cómo presentas el juego, por tu destreza y habilidad, pero el secreto en sí es bastante posible que lo conozca o lo deduzca (un aficionado quizá no, pero un profesional, salvo que sea otro profesional el que actúe, creo que lo sabe). Ahora imagínate que yo empezase a decir que todo es muy secreto y que yo esas cosas sólo las hablo ante mi confesor. Posiblemente recogiese sus barajas (porque él también hizo algunos juegos) y si es cortés, me dijese que que es una lástima, que podría enseñarme mucho, pero dado que no tengo interés ninguno en aprender pues que como todo es muy secreto que se va, y buenas tardes. Eso si es cortés, porque si no lo es a lo mejor me manda a un sitio muy feo.

    Afortunadamente no fue así. Hablamos, le conté cosas, me contó cosas, y aprendí muchas cosas de él. Quizá demasiado, porque me enseño alguna técnica que está bastante por encima de mi capacidad y creo que debo aprender otras cosas primero. Pero eso es otro tema.

    Ciertamente no tenemos obligación ninguna de contar nada. Pero entre aficionados, sobre todo si tienen ya un cierto nivel (no digo que yo lo tenga), si te preguntan si un juego lo has hecho así o asá, y efectivamente lo has hecho así y asá ¿realmente tiene algún sentido negarlo? Si te preguntan si un juego lo has aprendido de Tamariz, o de Palmero, o de Lavand, o de quien sea, ¿tiene sentido negar que los conoces, sobre todo si has hecho el juego exactamente igual que lo hacen ellos, con la misma presentación y casi las mismas palabras?

    En última instancia, creo que ya he dicho todo lo que tenía que decir sobre el tema. Podéis seguir vosotros si queréis dando vueltas a la cuestión y hablar sobre el sexo de los ángeles. Por mi parte, el tema ya está suficientemente explicado y tratado. Nos veremos en otro hilo.
    ¿Qué hace un mago en una habitación a oscuras?
    Magia Negra.

  6. #46
    Fecha de Ingreso
    21 dic, 06
    Mensajes
    162

    Predeterminado

    Sí, ya sé que he dicho que ya había dado el tema por zanjado, dado que yo ya no tenía más que añadir a todo lo que he escrito ya en este hilo. Pero todo el mundo tiene derecho a sus propias contradicciones. Hoy ha ocurrido algo que ha hecho que vea con nuevos ojos todo este espinoso asunto. No hay nada como un poco de empatía para aclarar las cosas, y si además vives en tus propias carnes la postura del contrario, ya es que te das cuenta de que tiene razón. Sí, soy yo el equivocado. Y si por casualidad este hombre está leyendo esto, pues desde aquí va mi abrazo y mis disculpas. Sé sus motivos. Conozco cómo se sentía. Esta misma mañana, yo he estado en su lugar. He aquí lo que ocurrió.

    Tras una dura mañana de trabajo, dando instrucciones a mis capataces acerca de cómo llevar unas tierras que tengo bastante alejadas de mi palacio, volvía a casa en mi carroza, y debido a los rigores de primeros de julio y el calor sofocante, ordené a mi cochero que detuviese la carroza en una posada donde pudiera tomar alguna libación que me permitiera refrescarme y continuar camino. Debo decir que ya había parado antes en esa posada y por tanto ya me conocían. En otras ocasiones ya les había honrado con algunos de mis juegos. Muchos de los asistentes, tras verme actuar, se habían quemado los ojos con tizones encendidos debido al aterrador convencimiento de que jamás vivirían para ver algo que superase mi actuación. Igualmente, varias mujeres me exigieron diversos tipos de acrobacias sexuales, a las que me negué porque soy un hombre casado. Esto motivó el ingreso de algunas en conventos.

    Antes de entrar tuve que hacer azotar a uno de mis lacayos, dado que se le olvidó extender la alfombra roja a la puerta de mi carroza. Al entrar, no había casi nadie, salvo el posadero, que se arrastró a mis pies, y me pidió que le obsequiase con algún juego nuevo que yo tuviera a bien concederle. Aunque no había nadie, mi magnanimidad es tanta, que accedí a lo que el posadero pedía. Saqué mi baraja y le dije que iba a ver cosas que las generaciones venideras tendrían por imposibles, y que se diese por afortunado al haberme conocido. Comencé de la siguiente manera:

    “Hoy voy a contar la historia de un jugador, el tahúr más feroz que conocí jamás. Sergio Jiménez, se llamaba. Le decían el Cumanés, porque procedía de la región oriental de Venezuela llamada Cumaná”. No voy a contar aquí toda la historia. Basta con decir que el juego sorprendió al posadero. Pero de repente, cuando el posadero se fue a cumplir con sus obligaciones, oí una voz, en una mesa que me decía “eso lo ha aprendido usted de René Lavand, ¿verdad?” Miré al que había hablado. No lo había visto al entrar porque estaba en un rincón. Nada más verle me repugnó. Era un grasiento individuo, con ojos de batracio y abdomen de cachalote. Sus dedos eran gordos y todo en él denotaba una falta absoluta de higiene. Me dijo que era aficionado a la cartomagia y se acercó a hablar conmigo a la barra. Me echó sus pestilente aliento encima, un aliento cargado a vino peleón (“ph 1” pensé para mi interior). Dijo que era una bonita versión del juego de los cuatro ases del manco, de Dai Vernon. ¿Cómo se atrevía aquel sujeto, mezcla de hiena y babosa, a pronunciar con su asquerosa boca los nombres de mis ídolos? Inmediatamente le clasifiqué en mi escala de valores un punto por debajo de la ameba.

    No quise hablar con aquel personaje acerca de mis admirados maestros. Me parecía casi innoble mencionar sus nombres ante aquellos oídos. Dije que no sabía de quién me estaba hablando. Esto no lo desanimó, sino que sacó una baraja sucia y casi rota y repitió mi juego, el mismo que yo había hecho, como si aquello debiera impresionarme algo. Me dijo que viese que él también tenía maña con las cartas. Su aliento era vomitivo. Miré para otro lado, pero él siguió haciendo juegos. La náusea me invadía. ¿Cómo osaba además hacer juegos en mi presencia? ¿No se había percatado acaso de que allí sólo podían hacer magia los magos guaperas?

    No podía más. Estaba a punto de tener un shock anafiláctico. Sólo era capaz de murmurar “no pienso decir nada, todo esto es secreto”. Afortunadamente se fue, y sólo gracias a eso, me fui relajando. Volví a mi carroza y ordené que me llevaran a mi palacio. Llevo toda la tarde postrado mi lecho, meditando sobre lo ocurrido. Y ahora por fin veo que tenía razón el otro hombre. No hay nada como que te suceda a ti lo mismo para comprender. La descripción que he hecho del otro mago, según mis amigos, se parece bastante a mí mismo (eso es lo que opinan mis amigos; lo que opinan mis enemigos no es reproducible en este foro). No obstante, debo decir que cuando yo era el mago entrometido, al menos yo me había duchado esa misma mañana, y quizá, sólo quizá, tenga mejor gusto en materia de vinos.

    Bueno, en serio. Tenía ganas de hacerme unas risas con todo este tema, quizá también de reírme un poco de mí mismo. Espero seriamente que mi postura ante el mago del restaurante no fuera como la que menciono aquí, lo mismo que espero que su postura no fuera como la que hago mía en la anterior chorrada. Por mi parte, ahora sí, ya está todo dicho. No obstante, si este hombre se deja caer por aquí y lee todo este hilo, estaré encantado de hablar con él en términos amistosos, si él quiere. Y si no quiere, pues no pasa nada. Otra vez será.
    ¿Qué hace un mago en una habitación a oscuras?
    Magia Negra.

  7. #47
    Fecha de Ingreso
    18 feb, 07
    Mensajes
    756

    Predeterminado

    Cuando iba leyendo el post, estaba por decirte que tenias un problema serio.Luego lo aclaraste todo ^_^

    Un abrazo,

  8. #48
    Fecha de Ingreso
    27 oct, 06
    Mensajes
    97

    Predeterminado

    Jorlando, no pongas así de feo el personaje de tu relato, porque lo que hiciste de presentarte al otro mago y de querer hablar de magia y de preguntar por el origen de su versión, está MUY BIEN. O sea, que por ti todo PERFECTO, hiciste lo que tenías que hacer.

    Lo que pasa es que al otro le pillaría en mal momento o tendría como principios personales algunas de las normas o pensamientos que he descrito en mi anterior mensaje. Ese mensaje era para defenderle un poquito, para que se vea que a lo mejor no es tan "monstruo" como parece. Pero aquí, el que no es un monstruo seguro eres tú, que has hecho lo normal entre magos. Si al otro no le va, tiene todo el derecho de pasar de ti, de mí o de quien sea. Pero tú has hecho lo normal, y es lo que tienes que seguir haciendo en otras ocasiones, a mi modesto entender. Y si alguien se molesta, pues cada uno por su camino y tan amigos.

    El tema es que los roces entre las personas son normales. Es el precio que hay que pagar por vivir todos en un mismo planeta

  9. #49
    Fecha de Ingreso
    12 feb, 07
    Mensajes
    73

    Predeterminado

    Jorlando dentro de lo relacionado que este con tu experiencia, oye!!! el relato esta de puta madre, aplicable a una presentacion 100x100, sobretodo el principio para una historia argumentada...m
    e gusto la parte en la que se habían quemado los ojos con tizones encendidos... jajaja, y lo de la alfombra roja, yo creo que le cuentas eso a alguien mientras le haces un juego y se parte

  10. #50
    Fecha de Ingreso
    01 feb, 05
    Ubicación
    White Morning Cottage. Innisfree - Ireland
    Edad
    58
    Mensajes
    2,448

    Predeterminado

    Jorlando: Como mago eres pestilente, apestoso, pesado, pesado y desagradable, pero como escritor tienes un futuro glorioso!!!!!!!!!!!!!!!

    Lo que me he podido reir con el relato. Me uno a Sendal enla invitación a que acompañes ese relato con un par de rutinas (el juego que harías tú y la versión que haría el 'Baboso' que han de ser parecidos pero no exactos, así como un par de juegos rápidos a cargo del baboso...). Tío, eso promete!!!!
    "La magia es el arte de transformar una ilusión en una sonrisa y un aplauso" [Patrick I. O'Malley]
    "Y procura hacerlo bien para que, cuando aplaudan, no sea tu cara lo que hay entre sus manos" [También Patrick I. O'Malley]

 

 

Marcadores

Permisos de Publicación

  • No puedes crear nuevos temas
  • No puedes responder temas
  • No puedes subir archivos adjuntos
  • No puedes editar tus mensajes
  •  
El huso horario es GMT +2. La hora actual es: 19:02 .
Powered by vBulletin™ Version 4.2.5
Copyright © 2024 vBulletin Solutions, Inc. All rights reserved.
Traducción por vBulletin Hispano.
MagiaPotagia 2010
vBulletin Skin By: PurevB.com