La semana pasada hice un espectáculo que me llenó muchísimo. Por lo general, cada año intento hacer una sesión para diferentes sectores, haciendo que todo el mundo se sienta integrado o que pueda disfrutar al máximo de la experiencia de la magia en todo su esplendor. El espectáculo en cuestión lo realicé para personas con sordera o con una capacidad auditiva reducida, con audífonos o con implantes, utilizando en todo momento el lenguaje de signos para integrar a aquellas personas que no podían. Creo que la magia puede ser explicada y expuesta sin necesidad de palabras, como harían los mimos, con gestos y alguna que otra palabra, pero sin requerir mayores cualidades. Creo que esto es lo que hace tan formidable el ilusionismo y todo el mundo que lo rodea.