Hola queridos compañeros del foro. Llevo días dándole vueltas a un asunto, a raíz de que me propusieran que hiciera de mago en una comunión. Dije que no por varias razones:

- Creo que no estoy preparado.
- No tengo material.
- No hay nada que me eche más atrás en el mundo de la magia que una bolsa de c*mb***.

Haciendo alusión al último punto (en el que he usado la exageración, no me lo tomen al pie de la letra), quiero decir que no me gusta la magia infantil, por lo menos lo que he visto de ella: coloring book, objetos que desaparecen al meterse en cajas, y por lo general cacharros varios. No por nada, sino porque para hacer magia a gusto tengo que sentir que me engaña a mi también, y la magia infantil, aunque tenga sus más y sus menos, y sintiendolo por mi, no me gusta. Ojo, no me refiero a que no me guste hacer magia a los niños, sino al tipo de magia que siempre he visto enfocada a ellos en mi entorno más cercano.

Esto me hace plantearme lo siguiente: me recuerdo de pequeño, sentado frente al televisor viendo el show de David Copperfield (el clásico juego en el que colocaba una serie de cartas en la pantalla y siguiendo sus instrucciones al final adivinaba cual te quedaba bajo el dedo). Tengo recuerdos de mi sentado en una butaca, en un teatro, viendo a Tamariz haciendo aros chinos y otros clásicos ¿tendría yo 10 años?... y simplemente me encantaba. No había raccoon, ni bolsas de c*mb, ni coloring book (de verdad, vi ese juego presentarlo siendo yo chico y recuerdo que no me engañó, y lo veo hacer una y otra vez a magos de mi entorno y arhhhhgggg!!!!!!)

Con esto quiero decir, ¿creeis posible crear un repertorio para todos los públicos que guste a niños? No hay nada que me gustara más ahora que intentar meter cabeza en un poco de magia de escenario, aunque fuera en hospitales por puro placer y sin cobrar (tengo esa posibilidad), pero es oir "magia infantil" y jjjjjjjjjjjjj.