Si a mí no me parece nada extraño que una chica de once años hable como si tuviese 25, que sepa manejarse con un ordenador como si tuviese la carrera de informática, que tenga una firma digna de Rita Hayworth y que le plante cara con desparpajo a un moderador.

Es lo normal, ¿verdad?





Bienvenida, brujitamini.