obsesión.
(Del lat. obsessĭo, -ōnis, asedio).
1. f. Perturbación anímica producida por una idea fija.
2. f. Idea que con tenaz persistencia asalta la mente.
Vale, que no hay buenas o malas palabras, hay palabras bien o mal usadas, o peor aún: hay intenciones buenas o malas al usar las palabras.
A mí no me parece nada malo tener una idea que con tenaz persistencia asalte la mente, sobre todo considerando que, con lo enfermo que estoy, ese espacio lo podría estar ocupando cualquiera de los otros quince vicios que tengo, entonces, en algunos casos, es cosa de enfermarse de la enfermedad menos problemática. Mi fiera me dice que prefiere verme metido con las cartas siempre que verme en la cantina siempre, y vaya que ese fue un problema MUY real que tuve (al grado de que, quienes me conocen, perfectamente podrían creer mis historias de tahúres y felices divertimentos de cantina, por lo que para mí no es un problema decir cosas del tipo "Una vez en una cantina un viejo me dijo que...").
En fin, que quiero decir que tanto una pasión como una obsesión pueden estar mal encaminadas y llevar al persono que las sufre o disfruta a derroteros muy torcidos.
Además, le concedo cierta "poeticidad" a la idea de obsesionarse.
Pero, como decía Facundo Cabral: Hay que hacer solo lo que se ama, el que hace solo lo que ama está irremediablemente condenado al éxito.