Lo que más me ha llamado siempre de la magia es el poder contar con voluntarios, más que nada porque son personas de carne y hueso que genuinamente no se esperan el truco. Me explico, no hablo únicamente de contar con una baraja y hacer cartomagia o sorprenderles con algún truco que, presienten, está más que preparado, porque ya van dados a la manipulación. Me fascinan los trucos de magia en los que tiene que interactuar el cuerpo, porque es cuando más surrealista parecen. Cartas que aparecen mágicamente en los bolsillos de los voluntarios, relojes que desaparecen de sus muñecas (pero que siempre vuelven a ellas, cuidado), ese tipo de cosas. Me gustaría perfeccionar mi arte en ese tipo de trucos, pero como se trata de trucos que han de practicarse sí o sí con personas a veces me da reparo y me siento un poco estancada. De momento trato de defenderme con la cartomagia, aunque tampoco es que sea un As :001_302:
Vosotros cómo empezásteis a crecer como magos, probando cosas diferentes y perfeccionándolas? Sé que la práctica hace al maestro, pero a veces es muy frustrante ver que algo no te sale y dan más ganas de rendirse que de seguir.
