Iniciado por
Iban
En tu historia se dan dos planos narrativos diferentes. Por un lado está el relato, que consiste en la vida de las esponjas, sus actitudes y hábitos (y es donde desarrollas la magia). Pero, por encima de él, se encuentra el meta-relato, que lo contiene, lo circunscribe y lo justifica. Este meta-relato, o relato de nivel superior, eres tú, viendo el reportaje en la tele, y las circunstancias en las que te encuentras mientras esto sucede (en tu caso, tu madre, los desayunos y la tele).
Comienzas en el meta-relato, como aproximación al relato, y luego ya bajas al relato, donde se encuentra el contenido interesante a desarrollar. Pero... finalizas en el relato, sin volver a cerrar el meta-relato. Y esto es un error discursivo. En lugar de inscribir una circunferencia en otra circunferenca, estás rodeando el círculo interior (relato) con un arco exterior (¿me explico?), que es un meta-relato con principio, pero sin final. Al acabar, debes de volver al meta-relato para también cerrarlo. Debes retornar al plano de "qué pasa con la tele, el reportaje, los desayunos"... has de acabar con la vida de las esponjas y, por último, finalizar de nuevo en tu mundo, en tu casa, en tu sañon. Si no, es como si abrieses dos paréntesis y sólo cerrases uno.
Sirva como ejemplo, no como propuesta:
Cuando llegas de trabajar, después de comer, te gusta tirarte en el sofá a ver los reportajes de animales, mientras haces la digestión. Los que más te gustan son los de fauna marina, y especialmente los de esponjas, porque resultan unos animales muy curiosos, los hay rojos, que son revoltosos, amarillos, que son envidiosos.... hacen esto y lo otro... (bla, bla, bla magia, viajes, movidas varias)... Pero casi siempre te pasa lo mismo, que al acabar el reportje te das cuenta de que has estado dormitando y no te has enterado de nada, porque de pronto miras la tele y ves un montón de esponjas de mil colores por todos lados que no tienes ni idea de dónde han salido ni porqué están ahí, y decides que ya va siendo hora de levantarte del sofá y ponerte a hacer algo útil.